De nuevo a la venta (privado)

Se sentía triste y frustrado… totalmente resignado… sin ganas de continuar… desganado…
Ya hacía varios días que se encontraba cautivo nuevamente exhibiéndose en Rozen. Su amo, a quien él amaba tanto y que había jurado serle fiel había decidido devolverlo sin ninguna explicación… solo lo revendió a Rozen…
Heimdall se sentía traicionado y guardaba mucha ira hacia con su antiguo dueño, así como hacia con sí mismo ya que no pudo satisfacer a su amo.
Estaba ahí donde todo había empezado, en Rozen… haciendo su exhibición haitual, mas esta vez no estaba tan esperanzado como lo estuvo durante sus primeros 16 años de vida… ahora le daba igual si o compraban o no… después de todo… para los libres los esclavos son simples objetos…

Avia decidido hacerse de una compañia, le habian recomendado uno si queria "saber" de Zados, asi que fue hasta la zona industrial, quedando en la calle entre Rozen y hanori... por un buen rato miró a ambas y decidió entrar solo a rozen, dado que le habian dicho que los precios eran mas axcequibles...

Suspiró mirando la nota, realmente odiaba comprar a alguien... el termino le sonaba muy arcaico pero para su infortunio ya no habia vuelta atras, era mejor hacerlo y ahorrarse muchas molestias en lo proximo...

Avanzó por la sala de muestras viendo cada esclavo, algunos viendolo como una rareza, otros con rencor y algunos con indiferencia, como era el caso de cierto pelipurpura en una de las vitrinas... Alzó la vista hacia la placa... "Heimdall"... abajo el precio y una pequeña palabra de descripcion, verificó su nota y vio al chico de soslayo...

Enseguida uno de los que atendian alli fue hasta el, y con unas simples palabras le pidio que abriera el cristal, cuando estuvo abierto le pidio que se retirara y solo se quedo viendo al chico frente a el.

Mirando hacia la nada, totalmente absorto en lo que sea, con una expresión vacía en su rostro, Heimdall pronto fue sacado de su ensimismamiento, al percatarse de que alguien estaba leyendo su descripción.
Clavó, entonces, su vista en él examinándolo, como intentando conocerlo por el simple contacto visual… sin darle mucha importancia al hecho de que probablemente el desconocido se estuviese interesando en él.
Sin escuchar lo que el libre le decía a alguien que Heimdall no veía por las limitaciones del escaparate, comprobó segundos después que sus sospechas eran ciertas ya que en efecto el desconocido había llamado a un empleado de Rozen para que abriese la vitrina.
Heimdall se quedó estático unos instantes, aún examinando a quien tenía enfrente con sus ojos color rubí.
-Buenas noches, señor – dijo al fin al mayor, conservando esos modales que le habían inculcado en la corporación, agachando levemente la cabeza en señal de respeto, mas no cambiando ese gesto ausente en el rostro.

Sintio que el chico le miraba, aun con ese lindo rostro sin mucha vida, le escudriñaba. Escuchó su saludo y movi un poco su rostro hacia un lado... era bello sin duda no sabia el por que de esa mirada, pero se decidio que alguien como el debia estar a asu lado, quizas no enteramente por el fisico, para no hacerlo parecer una compra superficial.

"Buenas noches Heimdall..."
Fue lo unico que dijo, con voz suave y mirandolo aun... aunque alguna vez se acostumbraria a verle, no pudo evitar quedarsele viendo detenidamente... para volver a sus ojos rubies.
"Heimdall... que piensas de mi?"

Una pregunta simple, algo estupida ya que el muchacho no le conocia, pero queria oirle expresarse... si pensaba que lo comprariapor comprarlo, o si podia ver el interes mas alla de sus acciones.

Heimdall alzó las cejas al escuchar la pregunta del mayor. A decir verdad le resultó algo ridícula, pues el pelipúrpura jamás había visto en su vida al sujeto con quien estaba interactuando, ni mucho menos hablado como para poder conocerle y a partir de ahí dar una respuesta bien fundamentada.
-No sé qué pensar de usted, señor… jamás en mi vida lo he visto, formular una opinión ahora con mi poco conocimiento de su persona sería prejuzgarlo y por ende injusto… - comentó con tono serio sin desviar ni un instante la mirada – sin embargo… puedo deducir que está interesado en adquirirme… de lo contrario no le hubiese pedido al empleado que abriese la vitrina… los fines de su adquisición los desconozco, por lo que tampoco podré opinar… aunque si me los expresara tal vez podría concretar una imagen general de su persona… - comentó de manera algo fría, con una mirada tajante, muy distinto al Heimdall de antes.

Escuchó la respuesta de aquel chico sin moverse ni un apice ni cambiar su mirada, solo miro al encargado y le hizo unas señas, algo de que pagaria en cheque o una cosa asi.
entonces se volvio a Heimdall con la misma mirada de antes.
"Ultima pregunta... Que es lo que esperas si te compro... seme sincero, y di todo lo que tengas en mente..."

Eso habia sido mas estupido aun pero era lo que realmente queria oir del chico, si bien su rostro mostraba ausensia, Ryuu se estaba proponiendo cambiar aquella expresion... pero ¿como?
Quizas la respuesta de Heimdall le ayudaria.

Observó al desconocido hacerle gesto a alguien… asumió entonces que con quien hablaba estaba decidido a comprarlo.
Acto seguido escuchó lo que tenía para decir y la última oración le hizo recordar a cuando fue comprado por primera vez, ya que su antiguo amo Zeth le había hecho una pregunta similar, es decir como si ambos buscaran la “bendición” de Heimdall al aceptarlos como amo…
Por eso mismo la situación no lo sorprendió en lo más mínimo por lo que respondió con sinceridad a la pregunta.
-Yo no espero nada, señor… no tengo ni derecho ni autoridad para hacerlo… Yo como esclavo soy conciente que debo someterme a mi amo, sea cual sea su orden o propósito hacia conmigo… Sin embargo, mi respuesta sería diferente si usted preguntara “Qué deseo si me compra”… después de todo, nadie le puede arrebatar a uno, esclavo o no, los sueños y fantasías – dijo entendiendo hacia dónde realmente apuntaba la pregunta de su potencial amo, con un dejo e resignación en su voz – en ese caso le respondería que deseo un amo que sea honesto conmigo y que me valore a mí como a mi esfuerzo por servirle… también deseo que me trate bien y que sea amable conmigo… en pocas palabras deseo a un amo a quien de gusto servir… ni más ni menos.

Estuvo un tiempo escuchando al pequeño, pensando en su respuesta, tnto en lo primero como ultimo que dijo.
"Tratare de dar la talla"
Espetó como si nu hubiera escuchado lo primero pero si lo hizo, aunque queria tratar al muchacho de forma que no pensara en el como su amo solamente...
"Me puedes llamar Ryuuji... a secas"

Dijo viendo como un empleado se acercaba hacia el... sacó una chequera, y el empleado le facilito un boligrafo. Escribio rapidamente todo lo que debia y arranco el cheque entregandolo al sujeto que de una vez los dejó solos nuevamente.
Volvio a mirar al chico de cabellos purpuras y le extendio la mano con una media sonrisa.

Miró con desconfianza al mayor cuando este le extendió la mano para invitarlo a salir de la vitrina.
De todos modos sabía que no tenía opción, pues Ryuuji, quien así se había presentado, acababa de pagar el valor estipulado, por ende, tenía todo el derecho a llevarse a Heimdall del lugar.
Sin tomar de la mano de su nuevo amo, prácticamente ignorándola, procedió por sus propios medios a salir de la vitrina y se paró enfrente de él y casi mecánicamente, mientras aguardaban a que el empleado les trajera lo correspondiente a la compra, agachó la cabeza en señal de respeto y le dijo…
-Haré lo posible por servirle de la mejor manera, amo Ryuuji – volvió a alzar la vista y sus ojos rojizos se centraron en los de su nuevo dueño – mi nombre es Heimdall… aunque asumo que lo leyó en la placa…

Observó como el chico salia de la vitrina sin haber aceptado su mano, sonrio muy levemente para sí mismo pensando que quizas seria muy pronto para el muchacho en tomarle confianza...
A la vez que le oía decirle amó, alzo los ojos con un poco de fastidio, como si hubiera odiado aquel llamado, y aunque lo era lo iba a negar torundamente.
"No soy tu amo"

Dijo a secas, implantando una pequeña duda en el menor y cuando el encarado trajo el recibo solo lo tomo, arrugandolo rapidamente y lanzandolo a un bote de basura.
"Si no tienes nada que llevarte podemos irnos..."
Respondio de una forma algo fría y adelantando su paso hasta la salida, pero sin dejar muy atras a Heimdall...

Ya afuera llega tranquilamente a su moto pero se detiene en seco... dando media vuelta viendo a heimdall a los ojos con una expresion sumamente seria y mirada penetrante, llevando sus brazos a su peño, cruzandolos al igual que sus piernas, solo que estas, dejó una frente a la otra, soportando su peso en un poste que tambien soportaba a su moto...

Heimdall hizo caso omiso cuando Ryuuji le dijo que no era su amo, pues para el ojirrojo era muy claro que no era más que una simple adquisición por parte del mayor.
Sin embargo, si bien no se iba a dejar engañar tan fácilmente como se había sumido ante los encantos de su anterior amo, sin embargo, un hilo de esperanza comenzaba recorrerle el cuerpo. “Tal vez Ryuuji sea diferente… quién sabe, solo el tiempo lo dirá.” Pensó para sí mismo, disimulando muy bien ese rasgo de esperanza.
Sin decir nada asintió con la cabeza y comenzó a caminar tras su nuevo dueño, quien procuró deliberadamente adelantársele.
Heimdall caminaba mirando nuevamente hacia todos lados, observando algunos rostros envidiosos que le miraban con resentimiento desde las vitrinas.
Al salir, Ryuuji se recargó contra un poste, en el cual había apoyada una motocicleta, asumiendo que le pertenecía.
Ante la mirada seria y penetrante que el mayor le dedicó a su esclavo, no se resistió las ganas de preguntarle algo por lo cual tenía mucha curiosidad.
-Disculpe mi atrevimiento pero, quisiera saber de antemano cómo dispondrá de mí Ryuuji – inclinó nuevamente la cabeza en señal de respeto, ocultando su mirada del mayor así como de el mundo exterior el cual Heimdall ya conocía.

Quedó viendole fijamente por unos segundos, mientras escuchaba su inquietud.
Sonrió para si de momento, un pequeño mohin de diversion, pero justo como vino aquella sonrisa regresó su seriedad. Acercandose al chico se arrodilló frente a el y tomó su menton suavemente... Le miró por pocos segundos para luego sonreir nuevamente, y con toda naturalidad juntó sus labios con los del muchacho.
Solo fue un beso, discreto y nada lujurioso, del cual dio paso al siguiente comentario por parte del peligris...
"Te quiero para mi... asi de simple"

le susurró y acaricio su mejilla volviendose a colocar en pie.
"por eso he dicho que no soy tu amo... pero espero llegar a ser mas que eso, y tuve que comprarte para tenerte, pero de haberte podido tener en otra forma tambien lo hubiese hecho..."

Dijo simplemente a lo que alzaba una pierna para montar su motocicleta, tomando el casco que tenia para dejarlo frente a heimdall.
"Nos vamos..."

Le dijo viendole, esperando que tomara el casco para luego ayudarle a subir al vehiculo.

Esperó paciente la respuesta para luego encontrarse cara a cara, muy cercano a su amo quien se agachó para robarle un fugaz beso…
Los ojos de Heimdall se abrieron de par en par, víctima del asombro por ese repentino e inesperado accionar de su dueño, se quedó ensimismado unos segundos mientras los labios de ambos estaban en contacto. Tanto así que cuando se dignó a responder – quién sabe si por simple compromiso y complacencia hacia con su amo, o por verdaderas ganas de prolongar el beso – el mayor ya se estaba levantando para montar su motocicleta a la vez que le respondía y le explicaba el por qué de su compra.
Un leve color rojizo cubrió las mejillas del esclavo. La respuesta de Ryuuji lo había dejado perplejo y por alguna razón la esperanza de que pudiese estar a gusto con quien lo había comprado le había regresado. Sin embargo eso no quitaba el triste pesar que había padecido con su anterior amo así que ahora el interior de Heimdall se encontraba en un dilema, sin saber si darle rienda suelta a su confianza, o permanecer frió y distante, no yendo a ser que se encariñe y después vuela a suceder un percance similar al que sucedió con su antiguo dueño.
Tras un breve instante de ensimismamiento, Heimdall asintió con la cabeza y se acercó para tomar el casco y colocárselo en la cabeza. Acto seguido, con la ayuda de Ryuuji se montó en la motocicleta y se aferró al vientre ajeno desde el asiento del pasajero.

"Sujetate fuerte, quiero llegar rapido a casa"
Dijo viendole por encima de su hombro, y sacando la motocicleta hacia la calle la encendió haciendo ronronear un par de veces el motor.

En menos de un segundo estaban saliendo de la zona industrial a gran velocidad, pasando suavemente entre los autos, hasta avanzar cerca de la zona residencial, especificamente hacia los departamentos.
"Ya casi estamos"
Aquello fue un pensamiento en voz alta pero de seguro Heimdall le habia escuchado.


+Closed!!!+
((Nee, niño bonito, crearé el tema en los departamentos... te reportas por alli! ))