Se dejó arrastrar por el hombre en un tour por la casa en la que ahora tenía que habitar, era la primera casa de civiles que veía en su vida y definitivamente no sabía que pensar sobre ella.
Aunque desde luego, no entendía la utilidad de aquella habitación propia si a partir de ahora sería la sombra de su amo y éste le había dicho que dormiría con él. Ni que no tuviera que hacer nada, de ser así ¿para qué lo había comprado, para ser un adorno bonito y caro?.
Lo vió todo mucho más claro ante el último comentario de Talos, parecía bastante frustrado sexualmente, es cierto que a Inu le daba algo de temor el sexo, pero no iba a permitir que el otro se largara a emborracharse, pillar alguna enfermedad venerea, acabar tirado en cualquier lado y definitivamente estropear su relación con el otro esclavo. Lo protegería y mediaria la relación entre los dos, aunque tuviera que poner su cuerpo de por medio para ver a su amo feliz:
-Entonces fóllame a mí -sentenció serio, abrazándolo de la cintura y apretándose contra él, cogiendo las manos del mayor y situándolas en su propio trasero. Tenía que admitir que era una táctica un poco forzada, pero confiaba en que funcionase- yo no tengo ninguna enfermedad, tengo buen aguante físico...y aunque me dé un poco de temor, estaré encantado de pasarlo para poder ser útil y complacerlo...
Lo miró de nuevo con su eterno aspecto tranquilo, poniéndose de puntillas y besando durante un instante los labios del mayor suavemente, a punto de dar el golpe de gracia a todo ese discurso:
- Además, amo...creo que sería mucho más excitante para usted entrenar personalmente a alguien en sus gustos sexuales, que respete la relación establecida ya con su otro esclavo, y que sea lo suficientemente sumiso para no decirle que no en momentos como éste.
Cuando se dió cuenta de que lo había besado sin permiso ni motivos y de lo que estaba diciendo. Se apartó de un salto del mayor, más avergonzado de lo que había estado en toda su vida con esa proposición que acababa de soltar:
-...yo...lo siento...