El inicio (Privado-lemon)

Dejo a un lado su chaqueca mientras le indica al chico que le acompañaba que estaba bien que se adentrara a la sobria oficina.

Prendio las luces casi atardecia, le ofrecio sentarse con un ademan de mano.

El hizo lo mismo frente a su escritorio.

-Bien como eres de mi propiedad habras de firman antes que todo tu contrato con el Prostibulo, tienes dos opciones vivir aqui en las instalaciones y la comida y renta corren por cuenta de la casa o puedes vivir independientemente pero solo contaras con los ingresos de propinas de los Clientes, no pagamos un sueldo.

Dejo claro mientras se notaba que para los negocios tenia un caracter distinto.

Seguía los pasos de su amo maravillado con todo lo que veía. Jamás había estado en otro lugar que no fuera la corporación Hanori, de modo que hasta lo más normal del mundo le resultaba maravilloso.
Entró, un poco sumiso a la oficina, examinándola de arriba a abajo con sus ojos, examinando con los mismo hasta el más mínimo detalle, para luego sentarse frente al escritorio de Zeth, quien se sentó del otro lado.
Escuchó atentamente lo que su amo tenía para decirle y, tras pensar un momento le respondió:
- A decir verda, amo, me siento alagado ante este gesto. Significa mucho para mí que usted me de tanta libertad, aún siendo un esclavo... si no le molesta, me gustaría vivir aquí, así podré estar más cerca de usted, en caso de que me necesite. - luego de concluir, se apoyó en el respaldar del asiento y cruzó sus piernas, a la vez que ladeaba la cabeza hacia un costado, en un gesto muy aniñado y dulce.

Le agradaba la docilidad del pequeño le moldearia a su entero gusto si ese fuese su deseo cosa que no descartaba a llevar acabo.

-Bien te quedas aqui entonces, puedes escoger la habitacion que desees espero que te lleves bien con tus compañeros y te auguro un buen futuro aqui, eres encantador lo cual gusta mucho.

Saco del cajon de enmedio unos papeles y le tendio uno al pequeño

-¿Tienes algun tipo de firma?.- pregunto.

Se quedó pensativo atne aquella pregunta...
- A decir verdad, no. Jamás había tenido que firmar nada, digamos que siendo un esclavo uno no espera este tipo de tratos. Por eso le dije antes que pareciaba mucho su gesto. Pero si vamos al caso, no tengo una firma. de todos modos puedo escribir mi nombre donde usted lo requiera, si bien me resulta algo redundante, puesto a q usted ya firmó un contrato queme convierte en su propiedad, por lo que puede disponer de mícomo quiera, sin necesidad de este papeleo.
Estiró su mano y alcansó el papel - con su permiso - dijo y tomó una pluma del lapicero que reposaba sobre el escritorio. Examinó el papel buscando dónde debía firmar para lueo delinear su nombre con dicha pluma, demostrando una caligrafía perfecta.
- Ya está - le dijo sonriendo.

-Si bien eres mio no eres un esclavo no mas, me gusta pensar en mi loca mente que los chicos que trabajan aqui tienen un poco mas de libertad que cuando estaban en aquellas vitrinas, asi que creo que necesitare de tu firma aun asi sabes a muchos clientes les agrada tener a mis chicos y cuando hablo de tener es casarse con ellos...los tramites de liberacion ante mi son necesarios por eso la firma.

Se debia de tener previsto todo incluso lo que describia llegaba a pasar.

Miro el papel con aquellas lineas, lo guardo y despues le observo.

-Eres virgen y no sabes nada del sexo...uhmm nada de complacer o complacerte ¿cierto?.

Un leve tono rojizo apareció en sus mejillas, acompañado de una expresión en su rstro que demostraba pesar y algo de verguenza.
- Pues... etto... no tengo nada de experiencia en ese rubro señor.
Intentaba a toda costa disimular los nervios, pues el sexo era un tema que le aterraba, por eso de vez en cuando le daba algo de pena estar en un prostíbulo, si bien lo vale el hecho de hacer feliz a su amo.
- Pero estoy dispuesto a aprender.

-Bien yo estoy dispuesto a enseñarte.- aclaro mientras se ponia de pie y se dirigia a paso seguro hacia el chico.

Bordeo con sus brazos la silla en donde el otro estaba sentado e inclino su cuerpo para estar a la altura de su oido.

-Empezemos por complacerte, pues para gustar de los clientes debes de saber en que punto se debe de tocar....- sus manos se deslizaron por el pecho del pequeño tocando por encima delineando sus formas mientras su aliento chocaba con el oido del menor.

Tragó saliva al escuchar que Zeth le enseñaría en este momento. No esperaba que sus leciones comenzaran tan pronto.
Zeth se acercó al menor y le susurró al oido. Fue entonces cuando su puslo se aceleró aún más - entiendo - le dijo, escuchando atentamente las recomendaciones de Zeth, si bien se le dificultaba un poco el habla debido a los nervios. Temblaba levemente, lo que se intencificó al sentir las caricias de Zeth por sobre su cuerpo, así como su aliento en la oreja

Sin duda la evidencia del nerviosismo y quizás del miedo estaban presentes en el pequeño, detuvo sus caricias para pasar su rostro un poco adelante por aquel hombro para verle mas de cerca.

-Tranquilo serán solo caricias, no te tenses si quieres parar házmelo saber.

Era comprensivo con los primerizos así debía ser para que le negocio tomara un buen cause.

Lamió una porción de cuello mientras sus manos volvían a la acción tocando el pecho sobre la ropa, bajando un poco mas enfilándose a las piernitas del chico.

Los nervios y la incertidumbre ya eran indicimulables en Heimdall, y Zeth no tardó en percatarse.
Se detubo un momento con las caricias y adelantó suc cara por sobre el hombro de su esclavo, diciéndole palabras que a Heimdall lo tranquilizaron un poco y lo hicieron sentirse en buenas manos.
-Descuide... aprecio su preocupación pero... usted continúe... de verdad quiero aprender... - se le digicultaba un poco el habla a causa de los nervios.
Sintió, repentinamente, la humeda lengua de Zeth por sobre su cuello, acariciándolo... hecho que le provocó una leve pero espasmódica inhalación para luego soltar un gemido casi inaudible, a la vez que notaba cómo la mano de su amo se enfilaba hacia sus piernas.
Sin notarlo su cuerpo comenzó a exitarse, y muy de a poco su miembro iba despertando.

Las reacciones de una primera vez siempre debian ser satisfactorias, forzadas y dolientes tan solo marcarian y causarian disgusto.

Su mano se detuvo a escasos milimetros de la entrepierna, le miro de reojo mientras capturaba el lobulo de su oreja con sus labios, lo lamio bien a gusto hasta que se separo y aprecio el color rojizo que tenia.

-Tu mano Heimdall.- pidio con una morbosa idea en la cabeza.

La mano de su amo se detubo a escazos milímetros de su entrepierna. Sus ojos estaban cerrados ya que se estaba relajando de a poco y comenzaba a disfrutar de las caricias y mimos que Zeth le daba.
Cuando él capturó con su boca el lóbulo de Heimdall, el mismo, acomodó levemente su cabeza para darle más espacio y así dejarlo hacer con su oreja lo que quiciera.
"Tumano, Heimdall" le dijo Zeth, a lo que el menor, sin emitir sonido, la alsó y la apoyó levemente sobre la palma de su amo, esperando que él hiciese ocon ella lo que quiciera.

No se le paso desapercibido el movimiento de aquel cuello, en realidad dio a ver la exquisita extension que abarcaba de la oreja hasta el fin en el empiezo del pecho, una linea delicada enmarcada por aquella piel sumamente terza.

Sujeto la mano que se le era ofrecida para luego observarle con mas detenimiento.

Dio unos pasos para situarse al lado de el mientras observaba la palma extendida, su lengua entonces lamio la misma para despues soplar un poco de aire.

-Es una terminal nerviosa bastante fuerte no mas que tu boca claro o quizas otra parte de tu cuerpo.- insinuo mientras el brillo en sus ojos aumentaba.- Desabrocha el zipper de tu pantalon hazlo lento...

Observó detenidamente como su amo le examinaba la palma, mintras más se percataba de loatractivo que era... en ningún momento había visto a Zeth de esa manera, solo ahora sus ojos emanaban lujuria, y quién sabe s algo más... aunque tubo que cerrar nuevamente sus ojos para concentrarse en la lamida que le habían propinado en la palma de la mano. Una sensación extraña, a decir verdad. Sentía que su cuerpo aumentaba su temperatura, y su miembro estaba erecto, aunque aún nervioso pero más exitado.
Escuchaba atentamente cada palabra que Zeth le decía... estaba absorto en aquellas oraciones. Estaba callado, casi inerte. Solo se limitaba a respirar profundamente y a acatar las órdenes de su amo.
Obedeció entonces ante la última con ambas manos desabrochó lentamente su pantalón.

El sonido del zipper lleno la habitacion y pudo divizar como un bultito se asomaba por aquellos interiores.

-Supongo la masturbacion esta lejana de ti.- dijo mientras se pasaba por adelante del menor para quedar sentado en su escritorio de frente a el.

Acaricio su menton mientras su mano s extendia por la entrepierna del otro.

-Erecto ya, uhmm el cuerpo traiciona...ponte de pie y bajate los pantalones, aprenderas como es darte satisfaccion...y lo haras muy bien.

Alsó la cabeza aún con sus ojos cerrados para sentir más la caricia por su mentón, ahora con el zipper desabrochado... cuando su amo palpó su entrepierna no pudo evitar estremecerse y temblar espasmódicamente durante una fracción de segundo, emitiendo un casi inaudible gemido.
Sin embargo no se podía decir que eltrato que estaba recibiendo era desagradable... de hecho, más allá de las presiones del momento comenzaba a disfrutarlo.
Ante la orde de Zeth, Heimdall se levantó de su asiento y, con su cara sonrojada, y con algo de verguenza deslizó sus pantalones hata el suelo, quedando estos envolviendo sus tobillos.
Su ropa interior seguía en su lugar y podía apreciarse un pene que, si bien no era grande, respondía a las espectativas de acuerdo a la edad.

Lo examino cuidadosamente aun con la camiseta puesta pero ya sin los molestos pantalones, su erecto miembro se asomaba por lo interiores sin duda una vista erotica estaba frente a el.

Sin pudor le hizo volver a sentarse mientras una de sus manos abria gentilmente las piernas de su esclavo.

-No debe darte pena, son reacciones normales en tu cuerpo ahora Heimdall con tu mano acaricia tu pene, hazlo lento y delinea con uno de tus dedos la punta por encima de tus interiores, explorate conocete...que es solo el principio.

Volvió a sentarse aún con algo de sonrojo en su rostro. Pocas veces había visto a su miembro erecto pero nunca pensó que se debiera a la exitación. Escuchaba cada palabra de Zeth muy atentamente. El enterarse que esas reacciones eran normales le aliviaron un poco, aunque el pedido del mayor lo desconcertó...
Con algo de duda fue acercando lentamente su mano hasta donde su genital y comenzó a acariciarlo tal y como su amo le había ordenado. Lo hacía lento y aprovechaba para sentirse así mismo por primera vez, jamás se había tocado de esa manera y, por ende, no tenía idea de lo placentero que era. A medida que avanzaba su automasaje iba tomandole confianza, disfrutando de aquella nueva sensación.
Se tomo el atrevimiento y, sin que su amo le dijese nada, con la otra mano estiró y bajó un poco el elástico de sus interiores, liberando así por completo su pene y pudiendo ahora examinarlo con ambas manos, al igual que a sus testículos.

Le agrado la iniciativa del pequeño sin duda eso haria de aquella tarea algo mas placentero, cuando se deseaba era mucho mejor.

Podia casi sentir la friccion de aquella mano sobre los interiores y despues la imagen mas viva de aquel miembro aparecio erguido y pujante, las manos de su esclavo se movian ansiosas por descubrir nuevas sensaciones.

-Bien muy bien.., lame uno de tus dedos...mientras con la otra mano te masturbas asi se llama eso que haces.

Le observo siendo todo sensual y el chico parecia que no sabia que lo era.

Estaba muy exitado, cuando descubrió que el placer se multiplicaba al descubrir y cubrir reiteradas veces el glande con el prepucio ya no le daba nada de verguenza masturbarse... así se llamaba esos egún su amo: "masturbarse"
Acercó su dedo índice hasta su labios y asomó por estos su lengua. Acot seguido humedeció el mismo con una lamida de modo que, sin querer, le estaba mostrando a su amo una imagen de lo más erótica y exitante.
- Usted... usted también suele hacer esto? - le hablaba con los ojos cerrados, rendido ante el extasis, tendido en aquel asiento, masajeándose la entrepierna y con dedo húmedo en alto - me... refiero a masturbarse, amo...

Estaba en la posicion privilegiada esa en la que veia todo.

-Suelo hacerlo...es una forma de relajacion bastante satisfactoria me gusta...solo que al humedecer yo mi dedo como tu lo hiciste antes...lo paso despues por el glande sumiendo la punta...insitandola a enrojecerse mas.

Hablo sin tapujos...y vendria lo mejor aun.

-Abre tus piernas y apoyalas en los mangos de la silla muestrame el lugar con el que abras de dar placer..a mi o a los clientes.

Dirigió el dedo hasta su glande, como su amlo le dijo que él lo hacía... y en efecto se sentía muy bien.
Este sin fin de sensaciones nuevas para él lo maravillaban. Jamás se le hubiese ocurrido que existiría una forma de "autosatisfacción" tan placentera, aunque nunca hubiese sido necesario en Hanori, ya que no fomentan la idea del sexo para preservar vírgenes a los productos, con el fin de venderlos a un precio más elevado.
Ante la orden de Zeth, Heimdall obedeció con algo de torpeza a causa del estremecimiento brindado por el placer.
Primero terminó por deshacerse por completo de su ropa interior y su pantalón que hasta ese momento rodeaba sus tobillos y luego se acomodó en el asiento y alzó sus piernas por sobre los pozabrazos y las dejó reposar en ellos.

Sabia bien que a los esclavos los mantenian lejos de todo tema referente al sexo pero sin duda uno que otro se tocaba por simple curiosidad.

Esa cara en el pelivioleta era sin duda una imagen exquisita, jadeante...sonrojada llena del rictus placentero que era el masturbarse.

Tenia su vista clavada en el, la punta del pene de Heimdall rozaba su vientre le gustaba en su forma erecta tan listo a ser degustado por cualquiera. Los testiculos firmes y jovenes tapaban la principal zona a "entrenar" aun el menor tenia su camiseta sus manos se estiraron para despues indicarle al pequeño que subiera lso brazos para zafarsela ahora estaba desnudo y deliciosamente expuesto.

-Con una mano estimula un pezon y con la otra continua lo que hacias roza tu glande en tu vientre..no muy fuerte solo con la finalidad de sientas aun mas placer que antes.

El que su amo le quietara su camiseta significó un alivio para Heimdall, pues estaba muy acalorado, si bien le daba algo de pesar exponerse de esa manera.
Acatando las ódenes y disfrutando al máximo el momento, Heimdall llevó una de sus manos al pezón contrario y comenzó a sobarlo con las llemas de sus dedos y a pellizcarlo levemente con lo mismo, y al mismo tiempo continuaba con su masaje en su miembro, rosando levemente contra su bientre como su amo le había dicho.
Sin duda él sabía acerca de estos temas, pues en efecto la cuota de placer que sentía se habaía incrementado considerablemente, hasta tal punto que comenzaba a sentir una extraña pero agradable sensación en su pene, a la cual reaccionaba con leves apagados y suaves gemidos.

El movimiento de aquellos dedos sobre el pezon era cautivable, ver como la textura cambiaba como se erguia...y se enrojecia por el asedio que su propio dueño ejercia en el.

La zona donde el glande rozaba se abrillantaba...la sudoracion se hacia evidente y el delicioso olor sexual que desplegaba Heimdall llenaba su oficina.

-O si, ricos espasmos se presentan en tu pene y tu ano resiente parte del placer que te das, cosquillea se aprieta y desea algo mas de ti...o de quien te este mirando..hay muchos a los que solo les gusta observar...lame su dedo muy bien y pasalo por tu ano...lentamente mostrandome su textura...y color...el sabor lo dejaremos para mas adelante.