El inicio (Privado-lemon)

El sentido de lealtad de Heimdall para con era elevado eso lo noto en su forma de hablar, cerro el agua que corria del cepillo mientras miraba la tina.

-Confia en mi para todo pequeño, tu vida aqui comienza si algo te molestase hazmelo saber ¿de acuerdo?.

Dijo notando aquel sonrojo.

-Estas listo para la tina o prefieres ir a dormir.

Las palabras de su amo lo llenaron de alegría y satisfacción. Se sentía muy a gusto en su compañía y hasta a veces le hacía olvidarse de que era un esclavo.

-Sí – dijo enérgico, sonriéndole para luego responder a la pregunta de Zeth

-Bueno… el baño me ha relajado bastante y a decir verdad nunca me he bañado en una de estas, pues en Hanori nos bañábamos en duchas comunes, así que creo que prefiero la tina si no es mucha molestia, amo.

-No la es.- dijo cortamente para sostener contra el el delgado y fino cuerpo de Heimdall, se puso de pie cargandole para dirigirse a la tina.

Con cuidado entro en ella para despues volver a sentarse deposito en cuerpo aquel encima de el, relajandose al contacto del agua.

-Es agradable estar asi aqui contigo.

Sentirse en brazos de su amo le proporcionaba a Heimdall tanta seguridad que todo se remitía a ese bello momento en que Zeth lo trasladaba hasta la tina, admiraba su cara bastante de cerca idiotizado por la belleza de la misma y pensando en lo feliz que se sentía por servirle a una persona tan buena como él.
Cuando el mayor fue sentándose y el agua fue haciendo contacto con sus pieles, fue inevitable para Heimdall soltar un suspiro a causa de la agradable temperatura.
Se encontraba muy a gusto sentado sobre el pelinegro; a Heimdall el agua le llegaba a poco más debajo de cuello, a diferencia de Zeth, que parte de su torso quedaba fuera, sobre el cual se apoyó tímidamente el pelipúrpura.
Al escuchar Heimdall las palabras de su amo, los latidos de su corazón comenzaron a acelerar.
-También disfruto, amo… se, se siente muy rico el agua alrededor de uno, y su compañía hace a la ocasión mucho más agradable para mí. – Hablaba algo nervioso mirando los azulejos, recargado sobre el pecho del mayor – y dígame amo… perdón por el atrevimiento pero… – el rubor en sus mejillas se hizo presente nuevamente - …me gustaría saber… etto… - le resultaba complicado hallar las palabras – usted es una persona muy buena y… y atractiva. A caso… - dudó un poco antes de preguntar, tal vez se estaba metiendo donde no debía, pero su curiosidad era mucha y de verdad quería saber así que tragó saliva y continuó – Disculpe si le suena inapropiado pero… usted está con alguien? Quiero decir… etto… tiene… pareja?

Le miro de reojo mientras escuchaba su pregunta, sabia los sentimientos que pudiese despertar en el pequeño fuesen por agradecimiento o algo un poco mas intenso no era despues de todo la primera vez que pasaba.

Una de sus manos se paseo por el brazo de Heimdall procurando hallar las palabras adecuadas, sabia que herir no era la cuestion de ese momento.

-No tengo pareja, no procuro una ni podria tenerla soy muy promiscuo y a pocos les gusta ser el segundo o tercero de una relacion, Heimdall entiendes lo importantr que eres para mi ¿cierto?...no soy tu dueño solo trabajas para mi.

Sintió la mano de su amo acariciarle el brazo y no pudo voltear a verle la cara para esperar ansioso la respuesta, aunque esta terminó por decepcionarlo así que volvió a fijar su vista en los azulejos, tratando de disimular la pena
-Claro amo… aunque… creo que usted malinterpretó mi pregunta… es decir… solo era curiosidad – Heimdall trataba de convencerse a sí mismo con sus palabras pero le era imposible. Por alguna razón algo le estaba ocurriendo a pesar de hacer tan poco tiempo que conocía a su amo, de todos modos, después de la respuesta de Zeth, le quedó bien en claro cuál es su posición.
-Claro amo… yo… solo soy… su empleado. – dijo mirándole y forzando una sonrisa

Por alguna un otra razon parecia que sus palabras dañaban al pelivioleta, decidio entonces no decir mas aunque le pidiese una respuesta a sus preguntas.

Se dejo relajar por lo calido del agua mientras escuchaba aquellas palabras.

-Espero que tu curiosidad haya sido aclarada y o te preocupes se que te queda claro tu lugar aqui y para conmigo.

Ya se pensaria como evitar volver a tocar un tema tan sensible.

-Claro amo… - dijo inmediatamente - …me quedó claro y lo entiendo.
Casi automáticamente después de dicho eso, hizo fuerza con sus manos sobre las rodillas de Zeth y se levantó quedando parado frente a él.
-Si me disculpa, amo, quisiera irme a acostar ahora, pero usted no tiene que acompañarme si no lo desea.
Heimdall no tenía idea de por qué las palabras del mayor le habían dolido tanto, es decir, tenía bien en claro que él era solamente un esclavo y que su propósito era solamente servir, pero un sentimiento que nunca antes había experimentado estaba invadiéndolo ahora, y a su vez, algo le decía que no debía sentirse así.
Atolondradamente quiso salir de la tina para dirigirse nuevamente a la habitación de su amo, quien le dijo al pelipúrpura que dormirían por esa noche ahí. De improviso resbaló y calló en los brazos de Zeth, quien si no lo hubiese atajado, las caras de ambos se hubiesen estrellado, dejándolos a los dos heridos.
-Yo… yo… amo, lo siento… disculpe mi torpeza… - Heimdall estaba muy nervioso y lloraba sin razón aparente, aunque de seguro que se debía a ese sentimiento extraño el cual experimentaba.

No dijo nada ni de su contestacion ni de la forma en porque habia resbalado ni mucho menos por las lagrimas que ahora recorrian la cara del otro.

Le sostuvo por la cintura para pasar su mano por debajo de sus piernas, salio de la tina sujetandolo, cargandolo para tomar una toalla y dejarsela sobre el cuerpo, camino hacia la habitacion mojado como estaba y deposito al pequeño en la cama.

-Secate.- indico mientras el regresaba al baño y hacia lo mismo, salio despues con una bata cubriendo su cuerpo.- Duerme aqui yo ire a otro lado y deja de llorar si no deseas trabajar para mi entonces puedes hacer otra cosa dentro del prostibulo puedes vivir fuera y hacer tu vida lo mas normal que puedas.- hablo dejando esa proposicion.

Comenzó a secarse algo avergonzado por su actitud hacía unos segundos. En qué pensaba… él no es así, no se supone que sea así. Es un esclavo, cómo puede ocurrírsele que su amo podría… no eso sería inaudito, insólito. Se sentí iluso y si bien aún afligido se reía de sí mismo ante tan tonta actitud.
Lo vio llegar nuevamente a Zeth esta vez con una bata y lo escuchó decir esas palabras notando un tono frío y algo exasperado, el cual le dolió a Heimdall como una puñalada en el pecho.
-Aguarde! – gritó casi desesperado – yo… - balbuceaba intentando elegir las palabras más adecuadas – yo… lo siento mucho, amo. – Hablaba cabizbajo evadiendo la mirada del mayor - Quiero disculparme por mi actitud de hace unos instantes… No… no quise incomodarlo o exasperarlo ni nada parecido; es que… no sé… me comporté como un malcriado y le prometo que no volverá a suceder. No me importa si soy su empleado o esclavo o como sea que quiera llamarle… solo sé que usted me trata muy bien y no se merece mi comportamiento tan inapropiado del cual fue testigo. – Alzó la vista mostrando una expresión de desesperación y apego, hablando con sinceridad – Yo solo sé una cosa, amo. No quiero separarme de usted ni mucho menos ser una molestia… no me importa si para eso tengo que entregar mi cuerpo a quien sea, porque saberlo feliz será mi recompensa siempre, y si usted está conforme conmigo entonces yo seré feliz amo… Solo… solo… no me quite su afecto, por favor… se lo ruego. Le juro que entendí cuál es mi lugar aquí, de verdad pero… no puedo evitar sentirle cariño independientemente de lo que yo signifique o deje de significar para usted… Yo… haré lo que usted me pida simplemente quiero serle útil y hacerlo feliz… Le prometo que no volverá a ser testigo de tan inapropiada actitud. – Finalizó volviendo a bajar la mirada.

El sabia que aquello podia pasar, en realidad no era la primera vez habia sido un error que su primera vez fuese con el; se olvida que los sentimientos de las personas no era como los de el mismo.

No estaba enojado, mucho menos exasperado ya se habia tomado una decision y esperaba que el pequeño lo aceptase.

Camino hacia Heimdall no tenia porque disculparse el entendia, se paro frente a el para acariciar sus cabellos ligeramente humedecidos.

-No tienes la culpa de nada, fui yo quien quize robarme tu primera vez...es inevitable que ahora guardes hacia a mi un sentimiento de "atraccion" u otra cosa te hare mucho daño Heimdall demasiado y no lo deseo tu trabajo aqui sera el que tu desees ahora duerme descansa y veras que mañana las cosas empezaran a ser diferentes, vamos recuestate.

-En realidad amo… yo creo que si hubiese sido un error el hacerlo por primera vez con usted, no me hubiese gustado o sentido tan feliz… Pero bueno… solo por si a caso, no me arrepiento de nada y no me siento atado por un sentimiento a usted… es decir, sí el sentimiento, pero no la atadura. Simplemente quiero hacerlo feliz por puro deseo. Yo quiero servirle… quiero serle útil porque yo lo decido más allá de mi condición social… Creo que… aunque usted ahora mismo me diera libertad yo optaría por trabajar aquí como iba a ser desde un principio, jeje – hablaba evidenciando rubor, pero ahora mucho más calmado y evidenciando una mejora considerable en su estado anímico.
Haciéndole caso a su amo, se metió desnudo, poco a poco bajo las sábanas de la amplia cama.
-Amo… solo una cosa… quisiera quedarse conmigo? Solo por esta noche y ya… claro si no es mucha molestia y es de su agrado la proposición.

-Valoro lo que puedas sentir, pero no puedo corresponderlo quieres de una manera muy especial pero no soy apto para sentir lo mismo no puedo prometer mas de lo que doy, pero si puedo decirte que si tu piensas que no fue un error entonces me has quitado un peso de encima creo que me sentiria mal si fuese lo contrario.

Le miro recostarse y escucho su peticion.

-¿Si no te molesta?.- pregunto siendo cuidadoso para dejarse al lado del menor pero sin quitarse la bata ni tampoco pasarse por debajo de las sabanas.

-Yo sé… – más bien entendió, aunque no iba a decirlo - …que usted no puede corresponderlo amo, sin embargo yo me conformo con como estamos así, y no, no me molesta en lo más mínimo que me acompañe, jeje, al contrarió, creo que dormiré mejor hoy si se queda a mi lado – en un acto afectuoso, Heimdall abrazó a Zeth y se recostó en el pecho del mayor.
-No debería sentirse culpable hacia con un esclavo amo… de todos modos ya que aprendí me daría mucho gusto satisfacerlo cuando usted quiera, solamente deberá pedírmelo – hablaba muy inocente y despreocupado, sin pudor; con los ojos entrecerrados, pues la noche había sido larga y cargada de emociones.

Se acomodo al lado del pequeño y pensaba en lo que habia acontecido sabia que Heimdall lo habia entendido pero eso dolia, no era ajeno a experiencias asi cuando mas joven asi que lo entendia.

-Duerme ya pensaremos si me complaceras o no, el hecho es que el dia de hoy lo hiciste bien mereces dormir tranquilo.- apenas jugo un poco con los humedos cabellos.

Ante lo dicho le dedicó a su amo una tierna y sincera sonrisa, alzando la vista para poder mirarle directo a los ojos.
-Gracias… es que le puse mucho empeño y lo disfruté mucho, jeje – dijo con los ojos ya cerrados y empleando un timbre de voz menos elevado.
Sentía los latidos del corazón de Zeth al estar Heimdall acostado en su pecho y ellos lo relajaban al pelipúrpura.
-Hasta… mañana… amo… - le dijo en un tono casi inaudible, para luego quedarse finalmente dormido.

-Hasta mañana.- dijo algo quedo mientras procuraba pensar...tardaria un poco en dormir eso lo sabia muy bien.

Tenia mucho que hacer con respecto a Heimdall y la semana de adaptacion le ayudaria.

No paso mucho y el sueño tambien le invadio a el

CERRADO.