¿Conseguirás la noche? [Piv william][Lemmon]

Observó con curiosidad los sucesos antes de llegar al hotel. Le sorprendió la rapidez con la que el joven había conseguido una habitación. Sin duda debía tener buenos contactos.

Le siguió hacia el ascensor, y sintió como le cogía por el mentón para besarle. Correspondió al beso, intensificándolo para hacerlo más placentero.

Recibió con gusto la lengua de Armand y cuando el ascensor paró, le siguió hacia la habitación.
Al entrar les recibió un olor a menta. Observó la habitación, sencilla pero confortable. No le llamaban demasiado la atención las habitaciones lujosas, por lo que le gustó el sitio.

Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo al sentir los dedos del boxeador en sus nalgas.
-Curioso, eso lo suelo preguntar yo.-respondió con una sonrisa.-Sólo te pido que no seas muy rudo.
Acto seguido, colocó los brazos en su cuello y se dirigió a la oreja, mordiendo levemente el lóbulo de esta.

Cerró los ojos al sentirlo en su cuello y volvió a abrirlos al sentir los mordiscos en sus pezones. Un delicioso cosquilleo le recorrió por el torso en respuesta a las caricias que le brindaban aquellas manos.
Sus manos se colaron por debajo de la camisa de Armand y comenzó a acariciar su espalda, trazando círculos.

Sonrió ante el cumplido.
-Gracias. No me lo suelen decir amenudo.-contestó antes de suspirar, debido a las caricias que estaba recibiendo.
Sus manos rodearon la espalda de Armand y le empujó suavemente para tumbarlo sobre su pecho, disfrutando de aquella cercanía.
Le besó en los labios y lamió su cuello, mordiéndolo levemente.

Dejó que inspeccionara su torso a placer, disfrutando de cada caricia y extremeciéndose al sentir su boca.
Fue a su encuentro girándose levemente para poder besar su pecho y lamer sus pezones.
Dirigió una de sus manos a la cadera del joven y la acarició subiendo lentamente por su costado.

Su exicitación fue en aumento al sentir las reacciones de Armand. Arqueó la espalda levemente, para recibir mejor sus caricias y suspiró.
Siguió inspeccionando su torso, recorriéndolo con suaves caricias y besos. Descendió hacia el ombligo el cual lamió, mientras su mano permanecía en su cadera, jugueteando con el borde del pantalón.

Gimió por dentro al recibir aquel beso. Sintió como el calor iba apresando su cuerpo y antes aprobechando que mordía su labio, le besó con pasión apresando el labio inferios de Armand entre los suyos y recorriendo su cavidad con la lengua.

Le rodeó con los brazos, abrazándole y acariciando dulcemente la espalda, recorriendo con los dedos las cicatrices.

Hacía tiempo que no recibía un beso tan violento y lo acogió con verdadero placer. Apresó su legua con los labios durante unos instantes, para luego acariciar el paladar.
Gimió al sentir sus dedos y sus mejillas se sonrojaron levemente. Acarició su pecho, dedicando especial atención a sus pezones y continuó bajando lentamente hasta llegar a la entrepierna de Armand.

Un leve gemido se escapó de sus labios y por acto reflejo alzó un poco las caderas.
Siguió acariciando la entrepierna sintiendo su dureza de manera excitante. En poco tiempo, los pantalones empezaban a ser un estorbo.
Con rapidez, desabrochó el botón del pantalón y resvaló una mano por dentro de la prenda. Siguió acariciando, con un poco más de frenesí, la entrepierna esta vez con mejor contacto, mientras con la otra mano iba bajando el pantalón.
Al mismo tiempo descendió de la boca de Armand a su cuello, el cuál empezó a besar con pasión.

Alzó la mirada y sonrió con picardía.
-No te dejaré con la duda-susurró en tono provocativo y se incorporó, poniendose de rodillas en el colchón para estar más cómodo.
Tomó el miembro de Armand con ambas manos y le besó debajo del ombligo. Fue descendiendo lentamente, trazando pequeños círculos con la lengua.
Recorrió a largo, el miembro endurecido y dió un suave mordisco en la punta. Abrió más la boca recibiéndolo en su cavidad. Comenzó a mover la lengua acariciando la superficie y deslizando la boca. Sus manos, se habían desplazado hacia los testículos y los acariciaban sincronizándose con su boca.

Aquellos movimientos eran curiosos. Era la primera vez, que le tomaban de la mano y le lamían de aquella manera. Era una sensación agradable.
Continuó mimando el miembro de Armand. Aumentando su excitación por las lamidas que sentida en sus dedos.
Aumentó el ritmo de sus chupadas a lo largo de su hombría, a la vez que acariciaba con su otra mano los testículos. Succionándolo y comenzando con un rápiudo vaivén.