Sexo y unas copas [Arthur] (lemmon)

Unos nuevos gemidos salieron de sus labios con sus ultimas embestidas para luego sentir como la esencia del rubio llenaba por completo su interior y su cuerpo caia ligeramente sobre el suyo mirando mas de cerca el rostro del chico mientras recuperaba lentamente el aliento. Su cuerpo fue movido recostado sobre el del mayor, cerrando sus ojos por unos segundos recuperando el aliento ante el calor de aquel cuerpo quedandose un instante tranquilo pero luego abriendo los ojos de golpe como recuperando parte de la razon perdida.

Trato de moverse mas ante el primer movimiento un quejido salio de sus labios, su cuerpo le dolia tanto que ni podia moverse bien ¿Cómo se iria de alli? ¿Cómo se alejaria de aquel demonio con aspecto de angel? No lo sabia.

Hizo un nuevo intento de movimiento esta vez mordiendo sus labios para que no escapara quejido alguno pero tampoco obtuvo mucho, su cuerpo se sentia pesado muy pesado.

Ahora respiraba con más tranquilidad, el cuerpo de Arthur no pesaba casi nada e incluso era agradable tener su calidez. Había sido un muy buen sexo, pero al final solo eso. Después de dejar el hotel no volvería a ver al muchacho, de eso se trataba el sexo de una noche. No era la primera vez que lo hacía, ni seria la ultima, era un trato conveniente, un trato silencioso ente los participantes, incluso más conveniente para el que se negaba a entregarle su afecto a todos.

Sintió los movimientos de Arthur al tratar de levantarse, escuchando sus quejas al no poder hacerlo. Pensaba irse el antes y dejar a Arthur dormir en el hotel, la habitación era lujosa y la dejaría pagada. No pudo evitar sonreír ante la nuevamente recurrente necedad del chico.

- ¿Te vas tan pronto? Me siento algo usado. – bromeo. Si que era necio, pero no podía irse así, no estaba en las condiciones, debía descansar un poco. – Si lo que te molesta es mi presencia, no te preocupes, me iré, tú puedes quedarte el resto de la noche si lo deseas. La habitación esta pagada así que no te preocupes por eso.

No respondió ante las primeras palabras del rubio, si alguien debería sentirse usado era el después de todo el era que había terminado siendo el pasivo en todo eso, algo que no lo dejaba nada orgulloso aunque tampoco podía quejarse mucho porque su resistencia había sido casi nula y era conciente de aquello.

Por alguna extraña razón cuando hablo sintió las ganas casi apremiantes de impedírselo, lo que menos le molestaba era el pago de la habitación y tampoco podía decir que le disgustara la presencia del mayor pero no era del todo agradable para el sentirse frágil ante el, le habían enseñado a pensarlo todo, tener el control de todo, parecía casi inconcebible haber perdido el control ante aquel chico que recién conocía.

- puedes quedarte un rato si quieres- dijo fingiendo desinterés total hacia aquello pero cerrando los ojos cesando por fin aquellos intentos inútiles de irse, se abrazo a si mismo como queriendo así menguar el frío que empezaba a sentir, su orgullo le impedía usar el cuerpo del mayor de abrigo aunque su cuerpo temblaba ligeramente.

Disimulo la sonrisa en sus rosados labios; así que quería que se quedara… por supuesto el orgulloso Arthur jamás se lo diría directamente. El chico era lindo, no, era hermoso, pero el rubio no tenía intenciones de liarse con nadie, así era su forma de pensar, no le demostraba afecto a nadie, sin importar el parentesco o la historia que tuviera con aquella persona, ni siquiera a su pequeño hermano le había demostrado cariño, aunque el menor le quisiera de aquella forma tan pura. A su memoria llegaron los recuerdos de su padre, su rostro endurecido y la amargura que se reflejaba en sus pupilas. Aparto aquellos pensamientos insanos y desagradables y se levanto del sillón, sin pedir ningún permiso o dar algún aviso tomo a Arthur entre sus brazos y lo llevó a la recamara para recostarlo en la cama y meterlo entre las sabanas, después de todo le era difícil moverse y no lo dejaría abandonado en el sillón, le había hecho pasar un muy buen rato.

- No puedo quedarme, digamos que no tengo las mismas obligaciones que cualquier otro hombre de mi edad. – si en verdad el tenia una compañía enormemente reconocida que manejar. Se dirigió a la puerta del cuarto. - Descansa, te lo he dicho, todo está listo y no tienes de que preocuparte. – iba a irse pero se detuvo y se giro de nuevo. – Fue todo un placer. – fueron sus últimas palabras que iban adornadas de su sonrisa característicamente maliciosa, no se podía evitar, era su personalidad.

Habiendo dejado a Arthur en la otra habitación comenzó a vestirse y cuando estuvo listo salió sin hacer mucho ruido, calculaba que el muchacho estaría dormido. Ahora solo restaba ir a casa, tomar un baño, comer algo y regresar a la oficina para terminar con el trabajo pendiente.





Off: Bueno Arthur, em… no sé si quieras terminar con un post tuyo o si quieres que lo cierre yop, así que por el momento lo dejo abierto ^^ besos.

Un ligero quejido salio de sus labios al sentir como era cargado hasta la habitación. No respondió a las palabras del mayor acerca de sus obligaciones, el también las tenia aunque en ese momento no le quedaba mas opción que quedarse allí. Ni bien sintió el las sabanas bajo su cuerpo se acomodo poniendo recostando su cabeza sobre la almohada y cerrando suavemente los ojos.

El sueño fue haciendo cada vez más pesados sus ojos haciendo que quedara dormido justo después de que el mayor dijese la última palabra.

Se despertó temprano en la mañana siguiente con el cuerpo adolorido y con una gran confusión en su mente ¿Qué había hecho?, no solo lo había hecho con un desconocido sino que le había permitido poseerlo cayo en cuenta de lo grave que podía ser la situación, necesitaba un baño e ir a la farmacia, luego volvería a casa…sin saber porque la idea de su vacía casa le acuso cierta tristeza que de apártala de su mente mientras se duchaba con premura mas esta se quedo allí como siempre, aun después de llegar a casa esta seguía en su corazón como si hubiesen nacido allí.

[cerrado]