Espero que seas tú mi amo (libre)

Lo habían conducido hasta la vitrina nuevamente para ser exhibido y que esperara a alguien que se interesara en el. Estaba parado en medio de todo, justo donde lo habían dejado los encargados, permanecía en una posición vulnerable, tan inocente y frágil se veía, llevando en mano su querida flauta.

La vitrina estaba decorada con cortinas de satín azul marino en cada extremo, el piso era de madera fina y en el centro había un enorme cojín negro y esponjado para que s acomodara en el. Había un reloj de piso y varios cuadros para dar la impresión de que se encontraba en la sala de una mansión o algo parecido, lo único que él debía hacer era mostrar su encanto y sumisión.

Su vestimenta consistía en unas medias azules, un chorsito diminuto color negro y guantes azules que le llegaban hasta los codos. Tenía puesto un collar negro con la cadena rota.

Sin encontrar algo más que hacer, decidió al fin moverse e irse a sentar al cojín. El no era tan desinhibido como otros esclavos, más bien era algo inseguro y se le dificultaba estar frente a todas esas miradas, lo ponía nervioso, pero guardaba postura. Entonces comenzó a tocar la su flauta para relajarse un poco y desenfadarse, ya lo había hecho antes y estar en la vitrina eran horas y horas de aburrimiento. El esperaría tranquilo tocando la flauta hasta que un amo llegara por él.

Se paseaba por ahí sin nada mejor que hacer, ya había pensado en ver la "mercancía" que abundaba aquel lugar extrañamente tan concurrido, ninguno de los chicos le llamaban la atención cosa que ya esperaba desde antes que llegara, aquellos chicos tenían un buen aspecto y su ropa lo remarcaba aun mas, pero la concurrencia de tantos hombres alrededor debido a los movimientos exóticos de los chicos quitaban cualquier atención que pudiera llegar a tener

Escucho algo lejana, pero escucho una melodía con una flauta, se tomo la libertad de escuchar un poco de la tonada que le pareció tranquila y dulce para después seguirla hasta de donde provenía

Para su suerte venia de una de las vitrinas, se detuvo a observar al chico que tocaba de esa manera el instrumento musical, como esperaba era hermoso y parecía tranquilo cosa que lo distinguía de los demás que se movían sin pena alguna, aquello le agrado de sobremanera, siempre le habían gustado las cosas diferentes y claro esto no seria la excepción

Sin darse más rodeos se acerco con tranquilidad para poder conocer mejor al único chico que realmente había llamado su atención
-buenos días-
Dijo de la manera más educada que pudo
-cual es tu nombre?-
Se dirigió al otro sin preámbulos pero sin dejar de ser cortes, no quería incomodar al pequeño

Se había perdido en su mundo de notas musicales, y lo único que había hecho era cerrar los ojos por unos instantes para desaparecer. Solo que otro sonido irrumpió su música, un sonido que más bien articulaba palabras. La voz de un hombre libre. Sume abrió los ojos instantáneamente, algo sorprendido, al fin traído de vuelta a la realidad. 2 ojos dorados, fijos en el lo tomaron por sorpresa.

- Ah… bue-buenos días. – contesto enseguida con algo de pena, pero firmemente, ocultando la flauta a sus espaldas como un acto reflejo. – Yo… mi nombre es Sume. Es un placer conocerlo. – clavo la mirada al piso diciendo esto ultimo, tenia miedo de equivocarse o decir algo mal.

El ostro de aquella persona era pálido, se veía muy terso y sus ojos brillaban por la luz artificial reflejada, tenía una presencia que intimidaba al pequeño.

Se tomo un poco de tiempo para responder pues quería analizar todas las acciones hechas por el pequeño frente a el, su primera impresión fue de que este era bastante tímido aunque claramente como repuesta pensó en que lo primero seria hacerlo sentir mas cómodo, Sonrió con aquella sonrisa que repetidas veces le habían dicho tranquilizaba a los demás

-no te preocupes, no tienes porque ocultarme tu flauta, tocas muy bien-

Se inclino para quedar aproximadamente al mismo nivel que el pequeño sin borrar la sonrisa de su rostro, pensó nuevamente en su contestación, quería sonar lo mas cortes que su manera de expresarse le permitiera

-El placer es mió Sume, Tienes un nombre muy hermoso-

No mintió cuando dijo aquello, extrañamente aquel nombre le daba la impresión que concordaba perfectamente con el físico del menor

-Mi nombre es Narel-

Se apeno un poco por no haber dicho aquello antes después de todo aquel chico necesitaba de una presentación adecuada de su parte, se incorporo y pensó un momento en posibles preguntas que podría hacerle a su acompañante

-¿Qué es lo que sabes hacer?-

Definitivamente aquella pregunta era la correcta pues era de las primeras cosas que requeriría saber, aunque claramente no cambio su tono al hacer aquella pregunta

La espera antes de que el caballero frente a él contestara fue una pequeña tortura incomoda para el zorrito, esperaba algún signo que le indicara no haber cometido algún error, gracias al cielo no lo había hecho, en realidad el hombre de ojos dorados era alguien muy amable con voz tranquilizadora y que intentaba hacerlo sentir bien.

Pensó un poco como contestar la pregunta, elevando su mirada al cielo y después de regreso hasta la persona que le hablaba, aunque con timidez Sume contesto como si lo supiera de memoria.

- Yo he sido entrenado en artes culinarias, de limpieza, seguimiento de órdenes y satisfacción física sexual de todo tipo. – recordó entonces la flauta, que reposaba en sus manos detrás de él. – Em… pero también me han enseñado como tocar la flauta, leer las notas musicales y a mí me gusta mucho, mucho la música clásica, en verdad, en verdad disfruto de ella. – sus ojitos brillaron con emoción al decir esto, pero luego se dio cuenta de la emoción que había puesto en su expresión y se sintió avergonzado por mostrar tanta confianza con un ser libre. – Di-disculpe. – serró con fuerza los ojos y se inclino pidiendo perdón.

Se quedo observando todas las facciones del menor después de haberle contestado, y pudo verlo un poco relajado, mas bien un poco aliviado, la razón era desconocida para el pero tampoco quería incomodar al chico con muchas preguntas, tal vez aquello era lo que le había incomodado un poco, dejo aquellos pensamientos de lado y se concentro en mirarlo, no se perdió ni un solo detalle, ni de sus movimientos ni de cuando comenzó a hablar, aunque sus palabras ampliaron bastante su sonrisa

-Es muy bueno que sepas hacer todas esas cosas, en realidad me alegre bastante que sepas hacer todo eso por que en esos sentidos puedo llegar a ser un completo desastre.......claro excepto satisfacción de tipo sexual-

Sonó algo extraña esa frase con su tono de amabilidad aun en su voz, nuevamente clavo la mirada en el zorrito y noto la alegría que aparecía en su rostro cuando hablaba de la música y le pareció un muy buen detalle, aunque seguido de este animo se extraño un poco por la disculpa del otro

-no te preocupes, a mi también me gusta mucho la música, me parece una cosa hermosa, no tienes que disculparte, de hecho me alegra que le tengas ese afecto a la música-

Se sorprendió un poco pues noto de que el también había puesto algo de emoción al mencionar la palabra "música", decidió concentrarse en otro cosa y pensó un poco, "tal vez debería hablar con el mas directamente" pensó, y justo después llamo a un encargado del lugar para comunicarle que quería hablar con el menor dentro de la vitrina cosa en la cual el hombre no se interpuso, abrió la vitrina y despreocupadamente el entro encarando al pequeño al cual lo primero que hiso fue acariciarle el cabello

-y bien?, a ti...te gustaría ir conmigo?-

Aquel hombre le había puesto suma atención a todo lo que él había dicho, desde un principio se sintió un poco analizado pero eso era exactamente lo que hacían todos los hombres libres que iban a observarlos, era aliviador que esta persona fuera tan amable y no solo un viejo morboso mas.

Se alegro cuando Narel lo felicito por saber hacer todas aquellas cosas, aunque un rubor nada disimulado se poso en sus mejillas cuando hizo referencia a su habilidad sexual, de hecho el era un hombre muy atractivo y pensar aunque sea levemente en eso intimido al zorrito, pero la forma como el hombre le hablaba lo hacía sentir más confianza.

Sume mostro una amplia sonrisa cuando el rubio le comento acerca de la música con emoción y le emociono que a él también le gustaba mucho. Se mostro expectante cuando Narel hablo con el encargado para que le abriera la puerta. Nunca ningún otro se había interesado tanto como para entrar con él en la vitrina, así que no estaba muy seguro de cómo debía reaccionar ahora. La caricia en su cabello se sintió suave, tener contacto con alguien del mundo exterior era sin duda excitante, mas para el que era sumamente curioso.

Observo con atención el rostro de aquella gentil persona cuando comenzó a hablarle. Pero ¿Se lo estaba preguntando? Se dio el lujo de pensarlo rápidamente unos segundos. Las palabras que le había dicho sobre la música y la forma como lo había tratado sin duda habían cautivado al zorrito.

- Si Sr. Narel desea convertirse en mi Amo yo estaría muy feliz. – contesto con una sonrisa discreta de labios serrados.

Noto con bastante agrado que el menor ya tenía mas confianza en el, o al menos la suficiente como para poder mirarlo directamente al rostro, sintió un poco largos los segundos de intervalo entre su pregunta y la respuesta del chico, aunque le alegro bastante su respuesta

-muy bien, entonces esta hecho-

Acaricio un rato mas los cabellos del zorrito y justo después lo tomo por el hombro apegándolo un poco a su cuerpo, por un momento pensó que quedaría con aquella sonrisa trabada en el rostro para siempre si continuaba sonriéndole por todo al pelinegro, aunque seguido pensó que no tenia razón alguna para borrar la sonrisa, o al menos no en ese momento, así que no le dio importancia

-ahora vendrás conmigo a tu nuevo hogar-

Dijo aquellas palabras con un extraño tono de emoción en el, el cual al parecer no noto, con un movimiento de mano el encargado que había abierto la vitrina hacia un rato se acerco atento y sin decir absolutamente nada, aunque el entendió perfectamente el porque del silencio del hombre

-tienes alguna pertenencia que quieras llevarte Sume?-

Narel le sonreía siempre y esto lo hacía sentir bien, además de que las caricias que el mayor le proporcionaba en el cabello se sentían bastante bien. Lo abrazo con confianza y sin maldad en ello, a sume le agrado mucho pues la ropa del rubio se sentía suave en la semi desnudes de su cuerpo. Froto su rostro un poco para sentir aquella suavidad, quedándose en silencio un momento, hasta que escucho los cuestionamientos que su futuro amo tenia.

En realidad la única pertenencia que él deseaba conservar era su flauta, siendo esclavo le correspondía un cambio más de ropa, pero lo que a él le interesaba era su querida flauta.

- Solo esto tengo. – dijo mostrándole el instrumento musical inocentemente. Había visto que a Narel le gustaba la música, así que se le vino a la mente la idea de que le gustaría tocar alguna melodía para complacerlo era después de todo su mayor cualidad.

Se alegro bastante al ver la confianza que el menor había tomado en el, lo acerco mas a su cuerpo cuidando no lastimarlo, pensó un poco mientras veía atentamente la vitrina y todo lo que contenía, le pareció que no había nada que valiera la pena, aunque esperaría la respuesta del zorrito pues si este quería llevarse toda la vitrina se la llevarían toda con tal de que el pequeño estuviera cómodo, no se sorprendió cuando escucho las palabras del chico, hasta un punto lo alegro pues le encantaría escucharlo tocar algunas veces mas

-muy bien, entonces nos llevaremos tu flauta-

Le sonrió con cariño, para después acariciarle nuevamente sus cabellos los cuales le habían parecido bastante suaves al contacto

-si quieres luego podemos comprarle un estuche-

Al decir aquello volvió a dirigir la mirada al encargado al cual le ofreció una tarjeta de crédito la cual este recibió rápidamente para ir a procesar el pago

-espero estés cómodo en tu nueva casa, pero antes......quiero pasar a comprarte ropa y cosas nuevas y no aceptare un no por respuesta-

Le sonrió aun mas al menor mientras llegaba el otro y le entregaba de nueva cuanta su tarjeta diciendo un "todo esta en orden, puede llevarse al pequeño", lo escucho algo lejano pero lo alcanzo a comprender, sin decir nada mas se giro aun abrazando al zorrito dirigiéndose a la salida

Un estuche para su querida flauta, eso sería maravilloso en verdad. Su nuevo amo lo trataba de maravilla, incluso le interesaba poder conocerlo un poco más, puesto que hasta cierto nivel era una persona misteriosa, al menos su apariencia, era alguien nuevo a quien el zorrito estaba dispuesto a conocer, su curiosidad ante todo.

No pudo más que sonreír y asentir con la cabeza a las palabras del mayor. Reconoció al instante las acciones entre Narel y el encargado, lo había visto antes y eso significaba la despedida de las instalaciones de Hanori, con la esperanza de no volver a ese lugar.

Después de lo que le dijo su amo tal vez por timidez podría negarse pero la verdad era que le hacía mucha ilusión el poder tener ropa nueva y algunas cosas para él, y visto que su amo no aceptaría un no por respuesta el tampoco intentaría negarse.

Entonces finalmente era libre, protegido por el abrazo de su amo cruzaba la puerta de la vitrina de exhibición, por supuesto un esclavo nunca es completamente libre hasta comprar su libertad, pero en cierta forma Sume se sentía liberado, y más tranquilo al lado de su amo en donde le agradaría permanecer.

Salió junto con su nuevo esclavo del enorme edificio, camino en silencio pero sin borrar su amplia sonrisa

-mira allí esta mi auto, vamos hacia allá-

Le señalo bastante entusiasmado un auto negro y bastante espacioso y lujoso a la vista, sin deshacer el abrazo lo condujo hasta cerca del auto y le abrió la puerta amablemente

-entra, a pero antes....-

Se giro para ver nuevamente el edificio, levanto su mano e hiso ademan de despedida con esta

-me despido, porque mientras tu estés conmigo, nunca mas volveremos a ver esta horrible corporación-

Uso un tono un poco bromista, para después ver al pequeño nuevamente y acariciar sus cabellos para después acercarse y darle un suave beso en la frente, al ver que el zorrito había entrado por completo en el auto cerro la puerta y se subió el de igual manera en el asiento del conductor

-ahora vamos, a comprarte ropa como te dije, mi pequeño Sume-

Dicho aquello arranco el auto dirigiéndose hacia donde había dicho anteriormente

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Nota: Acabo de abrir un tema en el Centro comercial ( https://zados.foroes.org/tiendas-f39/comprando-cosas-nuevas-privado-sume-t841.htm#39384 ) ahí continuaremos

CERRADO