Bienvenido (Colin)

Mientras que permanecía “hundido” entre las sabanas fue cerrando los ojos, dispuesto a dormir más, ya lo dijo antes, no se irá de allí con esas ropas… Y menos con un tipo como aquel hombre, ese hombre que solo más pensarlo ya se ponía de mal humor.
Frunció el ceño y se encogió más, intentando no pensar en ello y tranquilizarse, relajó un poco el cuerpo, mientras que se dejaba llevar por el cansancio que llevaba aun encima, más aquel pequeño e insignificante dolor en la cabeza.
Estaba claro que el dolor aun no había desaparecido, pero no era tanto como antes, así que no era para tanto… Aun que él mismo reconoce que en este caso quizá se había “pasado un poco.

Chasqueó la lengua y abrió sus parpados, manteniéndolos entrecerrados, puede que se haya pasado… Pero estaba claro que no le dirá disculpas, ya que en cierto modo se lo merecía, aun que solo fuera un poco…
De nuevo, ya más tranquilo cerró sus parpados por completo, dispuesto a dormirse otra vez, es más, no se estaba tan mal en aquella cama, era blandita y bien suave, así que era normal que cogiera el sueño antes, aun que… Tampoco deberá de acostumbrarse a ello, ya que el plan de huida seguía en pie, estaba claro que no se quedaría con aquel tipejo.
Da igual lo que costara pero se irá de allí, cueste lo que cueste…

Sorpresa la que se llevó en cuando las sabanas se apartaron bruscamente de su cuerpo, alarmado por ello se levantó un poco de donde estaba, fijando la mirada hacia el culpable, que como era de esperar era él…
Gruñó sin poderlo evitar, ¿y ahora qué? Frunció el ceño e incluso arrugó la nariz, como si estuviera dispuesto a lanzarse encima como si de una presa se tratase, pero no lo hizo, en cuando el otro se fue cogió de nuevo las sabanas para poder ponérselas encima de nuevo, pero antes de hacer nada vio como dos hombre, de una masa corporal bien desarrollada, entraban con el otro, se los quedó mirando sorprendido para después chasquear e intentar huir de ellos.
Incluso a uno de ellos le lanzó la sabana para que le sea algo “imposible” de saber donde se encontraba, pero como era de esperar le cogió el otro.

En cuando el otro hombre se quitó la sabana de la cabeza se fue con su compañero para ayudarle a sostenerle, que como era de esperar, el no se quedaba quieto, empezaba a patalear e incluso a dar gritos que decían “!Suéltame, no me toques…!” Así continuamente, hasta que vio lo que le iba a poner, cosa que se removió bruscamente. -¡Ni se te ocurra!- Le gritó, pero al cabo de los minutos ya se veía con ese “traje” puesto.
No solo eso, si no aquel estúpido collar acompañado de la correa, más esos grilletes que le impedía mover las manos a su antojo.
Gruñó de nuevo mientras que intentaba deshacerse de los malditos grilletes de las manos, pero poco funcionaba.

Pero en cuando escuchó el comentario del otro rubio no pudo evitar que la rabia que sentía hacia él creciera por momentos. -¡Maldito seas!- Le gritó ya enfurecido, ante tantos gritos lo único que conseguía es que la cabeza le diera vueltas, pero lo soportaría, ahora estaba “fijado” en otras cosas… Una de ellas aquel rubio.
Ahora que lo pensaba…. ¡No se arrepentía de aquellos golpes, jamás! Si lo llega a saber le hubiera dejado allí y haber huido en vez de avisar a alguien, con eso, se arrepentiría toda su vida…
Apretó los dientes al sentir aquel tirón de su cuello, haciendo que se moviera unos pasos, pero deteniéndose en otros, evitando que el otro avanzara.

Sinceramente disfruto ver como Colin pataleaba sin poder hacer nada al respecto. Ciertamente habría podido hacer esto desde antes, pero eso le quitaría lo entretenido. La gracia de ver a los monigotes vistiéndolo con la ropa que el pequeño tanto despreciaba solo fue superada por la irritada expresión en el rostro del esclavo. Se veía furioso, lleno de odio, y si, ¿Por qué no? También algo humillado. Pero todo su odio iba dirigido obviamente al perpetrador principal de su tortura, el único idiotita infame que se había atrevido a comprarlo queriendo caprichosamente adueñarse de él. Ahora el maldito que lo observaba completamente divertido por su desgracia, Tenji. ¿Y qué? ¿Qué iba a hacer? ¿Golpearlo de nuevo? Tal vez esta vez tendría la suerte de provocarle un derrame cerebral, solo así podría librarse del rubio empresario.

Ahora solo debía llevarlo a comprar su ropa, realmente no quería verlo desnudo por la casa o en ropa interior, inclusive la ropa interior que le habían comprado era demasiado reveladora. Colin no era como los otros esclavos así que no tenia porque ir vestido igual que ellos, a Tenji no le gustaba. Y aunque no se lo dijera, se lo había ganado. Gano la batalla, la guerra aun estaba por verse pero con sus brutalidades había conseguido hasta provocarle una contusión y se había escapado de su agarre, sobre todo se había escapado de las condiciones impuestas por el rubio. En ningún momento pidió nada por favor, así que había logrado su objetivo. Su escape no fue un éxito, ¿Quién podría escapar con la cabeza dándole vueltas? Como hubiera sido Colin tenía esa victoria, si bien Tenji no se había ido con las manos vacías el esclavo tenía el trofeo. Pero solo esa vez, no lo dejaría vencer de nuevo. Aunque era buen perdedor pues le estaba dando su premio, no de la mejor manera claro, no se le podía culpar, tenía sus propios conflictos internos pero al menos lo estaba haciendo.

- ¿Te resistes? – lo cuestión después de sentir la correa tensarse. – ¿No era lo que querías? Conseguir ropa distinta a la que traes puesta. – no tenia humor para berrinches, inclusive sus palabras parecían agujas escupidas por su boca. Y sus ojos llenos de fastidio. Tiro de la correa con brusquedad casi haciéndolo caer. – Tienes 2 opciones. O obedeces y bienes conmigo para conseguir ropa de tu agrado. O te sigues resistiendo de esta manera tan estúpida e infantil y te aseguro que todos los días tendrás a estos 2 hombres vistiéndote por la fuerza y atándote las manos para que no te puedas quitar la ropa. – tiro nuevamente de la correa y se la enrosco en el antebrazo para jalarlo más cerca de él. Que supiera que pese a su acto violento de ayer no le tenía ningún miedo. – No me hizo ninguna gracia tu osadía pasada. Así que si no hablas yo decidiré por ti, y te digo, no le veo nada de malo a lo que traes puesto. – sonrió maliciosamente y después quito la tención en la correa dejando su propio brazo marcado de rojo donde las cadenas habían hecho presión.

Si se le rechazaban sus “buenos actos” no tenía más que hacer. El chiquillo realmente conseguía sacarle de sus cabales en muy poco tiempo. Su paciencia se agotaba más rápido de lo normal cuando Colin andaba cerca y se ponía a hacer cosas impulsivas solo para demostrar su “superioridad”. Tal vez Colin no era el más infantil de los 2.

Aquella mirada del otro rubio… Hacía que las ganas de volverle a golpear fueran mayores, es la primera vez en toda su vida que realmente “pegaba” y “discutía” de esa forma, realmente, aquel tipo, le sacaba de sus casillas, haciendo que su paciencia se agotara antes de lo normal, con ganas de poder volver hacer lo mismo que anteriormente, dejándole de nuevo inconsciente y en este caso, no repetirá el mismo error que antes, no será tan idiota de ir avisar a alguien, si no que directamente se irá de allí, corriendo tanto como sus piernas le permitía.
Pero no deja de ser que en cierta parte de él se sentía orgulloso, orgulloso de haber “ganado” esta batalla, estaba claro que lo había hecho, pero no será primera ni última… Era de esperar que esa guerra no había acabado y a saber cuándo terminará, aun que si continuaban así, estaba claro que sería una guerra que perduraría para “siempre”

Al escuchar su pregunta tan solo le miró como si el otro le debiera la vida, con el ceño fruncido hasta no poder, casi enseñando los dientes a la vez que la nariz ya hacía arrugada.
Estaba claro que sí, sí se resistía y sí que se resistirá, vale que quería comprar ropa que no sea “esa” pero estaba claro que no quería salir a la calle con eso puesto es más… ¡Atado como si fuera un perro! Eso sí que no lo consentiría, ya pasó por esto en cuando le sacaron de la empresa Hanori, ahora no quería volverlo a pasar…
Es algo humillante, sí, para que engañarse, le era humillante estar de esa forma, más con esa ropa que enseñaba casi todo su cuerpo.
Pero en cuando el otro volvió a tirar de la corre de que poco que casi se cae, haciendo que su cabello se moviera bruscamente al no estar recogido en su típica coleta pequeña.

Por suerte pudo mantener el equilibrio y no cayó de cara al suelo, pero ante aquel movimiento le había hecho daño el cuello, había sido brusco ante eso… Oh, claro, el otro ahora estaba enfadado… Sonrió sin poderlo evitar, pero una sonrisa burlona que se dibujó en sus finos labios, haciendo una pequeña decoración en su rostro. Aquellos golpes que le dio antiguamente habían afectado, no estaría mal volverlo hacer, lo malo es que se perjudica así mismo… Y eso cambia la cosa… Así que para la próxima pensará algo que no le perjudique.
Pero ante sus palabras le miró desapareciendo su sonrisa de sus labios, ¿obedecerle? ¡Já! Eso sí que no, no llegaría a obedecer a alguien semejante, a él y a nadie.
De nuevo el otro tiró de la correa pero en este caso enroscando su ante brazo con esta misma, apretando los dientes por el pequeño dolor que sentía al ser apretado con ella.

Resistió el quejarse ante el dolor que le hacía con la correa, apretando sus manos, notándose los nudillos de estos mientras que iba maldiciendo al ajeno, casi ignorando las palabras del otro.
Lo sabía, estaba claro que estaba molesto por aquello, bien pues… ¡Se lo merece! Y nunca mejor dicho, se merecía eso y más, estaba claro que eso no se quedaría así, pero de momento no tendría nada pensando ¿o sí…? Bueno eso ya se sabrá más adelante…
Una vez que le soltó cerró su ojo diestro con fuerza. Mientras que el otro lo permanecía entrecerrado, observando la marca rojiza de esta.

De nuevo aquellas ganas de poder pegarle de nuevo crecieron, pero en la forma en la que estaba poco podía hacer… ¿O no? Deslizó su mirada hacía sus piernas, cierto… No le habían atado de tobillos, así que podría realizar varias acciones… Sonrió de nuevo, pero una sonrisa triunfante, mezclada con un poco de arrogancia y superioridad.
Bien… Ahora solo faltaba el momento “perfecto” para poder realizar su acto, un acto que quizá sea lo mejor para huir de allí y conseguir su libertad… Estaba claro que su plan no se “fastidiaría” no esta vez… Intentaría evitarlo, solo esperaba que aquel rubio no volviera a “entrometerse” ante sus planes, si no, ya sabría lo que podía “pasar”, algo no muy agradable, para su salud.

Entonces continuaría comportándose como un niño. De acuerdo, pero entonces Tenji no le consentiría eso. Llevo sus manos a la cintura y dio un suspiro. Aunque no le gustase ni siquiera a el mismo, entonces lo obligaría a usarla, no había remedio, ¿Qué castigo podía ser mayor?

- Entonces si no dices nada significa que te gusta tu ropa ¿no? Muy bien, te quedaras con ella entonces. No tendré la satisfacción de sacar a mi perro a pasear. – lo había dicho, savia a Colin le molestaría que lo llamara perro, pero entonces vino a su mente lo verdaderamente hiriente de su frase. – ¿Es lo que te molesta no? Que te saque a la calle de esta forma. Como un perro, una mascota infeliz que lame la mano de su amo. Pero claro, tu jamás lamerás mi mano ¿no es así? Antes muerto. – se burlaba de los principios del esclavo. De cualquier manera los esclavos no podían tener principios, dependiendo del amo que les tocara harían cosas realmente desagradables y que posiblemente estaban fuera de los principios de muchos otros, así que viéndolo de ese modo, ningún esclavo tenía derecho a tener sus propios principios, simplemente porque aunque los tuviera nada importarían. – jalo nuevamente la cadena del collar atrayendo al rubio hacia él. – Colin. – dijo su nombre de una manera dulce con una sonrisa sincera y comprensiva mientras colocaba su mano en la mejilla del menor. – Pero es que sería una verdadera pera que priváramos a otros de ver lo bien que te vez vestido así, y con el cabello suelto te ves mucho mejor. – entonces se vieron sus verdaderas intenciones, su sonrisa se torno burlona y se reflejo el sarcasmo de sus palabras. Su mano tomo con fuerza la quijada del rubio. – Imposible Colin, no podríamos hacerle eso a las demás personas. Privarlos de tanta belleza seria un pecado por el que podría ir al infierno. – dio un corto beso en los labios del esclavo y siguió sosteniendo su mandíbula con fuerza para que no se zafara o hiciera algo estúpido como lo de la última vez. – ¿Eso quisieras verdad? Que me fuera al infierno. Que niño tan malo eres Colin. - Soltó el rostro del otro y dejo de tensar la cadena nuevamente dándole su espacio al menor. – Pero yo no soy tan malo así que… aunque te hayas portado mal iremos a comprarte tu ropa. Y así todo el mundo podrá ver lo bien que te queda tu atuendo actual. – tiro de la cadena hasta que lo forzó a moverse y caminar, con cierta dificulta claro está.

La mirada de Charles obviamente reprobó lo que su amo hacia, pero el rubio solo lo miro con expresión infantil y se encogió de hombros para luego despedirse del otro con una señal de mano. Se estaba divirtiendo de nuevo, ahora estaba tan molesto y tan frustrado que deseaba desquitarse con cualquiera y su rebelde esclavo le abría los brazos a sus frustraciones, se lo ponía demasiado fácil. Tenji se desquitaría molestándolo a él, y esta vez no tendría compasión, el dolor punzante en su cabeza que de vez en cuando venia por sus movimientos se lo recordaba.

Con ayuda de los guaruras Tenji hizo que Colin entrara al auto. Le dio las indicaciones al chofer de ir al centro comercial. Ahí siempre había mucha gente, podría humillar a su gusto al esclavo, además de que era el lugar perfecto para ir de compras, aunque claro, esta era la menor de las razones por las que lo hacía. Después de subir a Colin los enormes hombres le entregaron de vuelta el extremo de la correa para que tuviera al esclavo. El también subió al auto, y en ningún momento soltó la correa, de hecho se divirtió jalándola de vez en cuando, solo cuando se percataba de que su dulce Colin comenzaba a perderse en sus pensamientos, no lo dejaría olvidar lo que estaba pasando de ninguna manera, que fuera consciente de que era tratado como un perro y seria exhibido públicamente.

Se erizó por completo al escuchar sus palabras salir de sus labios, “perro” apretó los dientes inconscientemente, incluso empezaba a encogerse, como si se estuviera preparando para dar un salto y abalanzarse encima del otro.
Estaba claro… El otro quería más guerra, pues no había problema, la tendría, pero al parecer quería una guerra más “grande” que la anterior, bien, no habría problemas… Estaba dispuesto a aceptar esa guerra, dándole por entendido al otro que no se quedarás así por las buenas, estaba claro que se vengaría por algo similar… No quedaría así…
Enseñó los dientes mientras que le miraba fulminadamente, como si tan solo le estuviera ya golpeando con la mirada.

“Mascota, perro…” ¿Pero de qué iba? Estaba claro que el otro se estaba pasando, y mucho… Hizo más fuerza en sus manos, incluso llegando a hacerse daño él solo, en intento de poder deslizar sus manos por los grilletes y sacarse esos malditos objetos.
Abrió sus labios para poder contestarle y no de una forma agradable, pero en cuando el otro volvió a jalar de la cadena hizo que se le acercara obligatoriamente, gruñendo por lo bajo mientras que se le quedaba mirando de mala manera.
Le odiaba… Estaba claro y eso nadie podría cambiarlo…

Pero en cuando este formuló su nombre volvió a arrugar la nariz, ¿y ahora qué, a venía esa tono de voz y esa sonrisa? No se fiaba de él, ni ahora ni nunca, ese tipo de le había fastidiado ya varias veces, así que ahora tocaba la otra parte de la moneda, que será él quien la gire…
Escuchó sus palabras con desdén, antes de ser agarrado de nuevo, cosa que se quejó un tanto, mirándole con el ceño fruncido, se removió, estaba claro que no se dejaría tocar por ese.
Estaba muy claro, para la próxima le dejará tirado y si le pasa algo malo… ¿Qué se le va hacer? Mala suerte…
Alzó sus manos hacía el brazo contrario, intentando retirar la mano ajena de su mandíbula, por suerte, los grilletes, tenían cierto “espacio” para mover un tanto las manos, así que tampoco habría problemas de utilizar ese objeto a su favor.

Impactado se quedó ante ese pequeño beso en los labios, tuvo suerte que se alejó antes, si no ya sabría lo que tocaría…
¿Qué se fuera al infierno? ¡Por supuesto! ¡Y si se podía más abajo aun mejor! Eso o simplemente se encargaría el mismo de hacerle la vida un completo infierno…
Que es lo más seguro que suceda… Le fastidiará la vida como pueda… El otro no saldría bien “contento” eso le pasaba, por haberle comprado a él y no a otro, que de seguro que ese “otro” estaría bien encantado de sus “tratos”

Una vez suelto sacudió un poco la cabeza, zarandeando su cabellera dorada de un lado a otro, pero antes de pensar o actuar sintió aquel tirón, haciendo que se moviera obligatoriamente, no quería, cosa que se resistió, pero en cuando le obligó a entrar al auto gruñó de nuevo, miró al otro rubio con el ceño completamente fruncido, mientras que mantenía sus manos apretadas, ya formadas en puños, como si estuvieran preparadas para golpear al objetivo.
No hizo nada… Tan solo deslizó la mirada hacia la ventana en cuando el otro subió, pero iba sintiendo esos pequeños tirones que hacían que le sacara de sus pensamientos.
Le miró, y removió un poco en el sillón, para estar de tal forma para poder darle una patada en la pierna del otro.
Una patada que dio con algo de fuerza, pero no del todo debido a que estaba sentado.
Se quedó mirando al otro para ver la reacción ajena, cosa que sonrió de manera burlona ante ello, de seguro que le había hecho daño, pues se siente…