15 razones por las que tirar pan a patos de goma jamás funcionara *PRIVADO*

Otro día más en la vida fuera de la Zona 0 para el narcotraficante. Agradecía profundamente alejarse de todo de vez en cuando, y más cuando ahora querían su culo un mafioso ruso y un ex celoso.
Después de robar bolsas de pan a todos los viejecillos y pelearse a garrotazo limpio por un banco frente a un estanque de patos vacío, optó por lo más fácil: ver como los cadáveres de los viejecillos flotaban por el lago, y tirar de manera arbitraria cachos de pan. No sabían que se habían metido con el rey de los patos de plástico.
Sentando a su lado a su fiel pato de plástico, el único que se había librado de la liberación masiva, se reclinó, disfrutando del mediodía

-...sácame...un foto...te durará...más... -murmuró distraido, observando a la persona que se había acercando hasta allí, mirando de manera ida los vendajes. Al parecer no era la única persona en el mundo a la que le gustaba jugar con vendajes-...parece que...la competencia...hoy está...floja..., deberíamos...llamar a..la policía..., alguien ha...dejado a ...medio jeriátrico...tirado en el...lago...
Sacó un par de cigarrillos de un arrugado paquete, y se encendió uno, poniendo el otro en el pico del pato de goma de plástico.

Frunció el entrecejo ante su contestación, ¿de qué iba diciendo esas cosas, es más, por qué estaba tan tranquilo en cuando había dos supuestos cadáveres flotar en el lago, es que acaso eso era lo más normal del mundo?
Chasqueó la lengua al mismo tiempo que arrugaba la nariz, llegando a cruzarse de brazos mientras que le observaba con desdén para después mirar hacía los dos cadáveres.
¿Competencia…?
Alzó una ceja ante esa palabra, pero más tarde resopló al escuchar lo último, llamar a la policía, sí, quizá llamaría, puede que sea lo mejor… Pero, primero prefería averiguar quién había sido el culpable, que estaba claro quien había sido…

Aun así, se sorprendió al ver cómo le ponía un cigarrillo en el pico del pato de goma, se lo quedó mirando para después formar una sonrisa un tanto burlona que decoró su rostro por momentos. –Sí, será mejor llamar a la policía.- Contestó sin deshacer su “lazo” de los brazos. Sin embargo no se movió de donde estaba, manteniendo la distancia con aquel extraño hombre. –Y contar todo lo sospechoso que hay.- Dijo observándole desde el rabillo del ojo sin dejar de desvanecer su sonrisa de sus labios, quizá esperando alguna reacción de parte del ajeno.

-...diles...que hay..."tres" cadáveres...y que...los retiren...por favor...-dió una larga calada al cigarillo-...pero...mientras esperamos...¿por qué...no te...sientas...., pequeño...? -tocó la superficie de madera, pero viendo la hierática postura del menor, creyó enteder lo que pasaba, y apartó el pato de goma, poniéndolo sobre sus piernas-...donde están...mis...modales..., adelante...no muerde...yo sólo...un...poquito..

¿Tres? Al escuchar aquella palabra miró de nuevo hacia el lago, buscando con su único ojo visible el tercer cuerpo flotante, efectivamente, allí había uno más, se lo quedó mirando, entrecerró su parpado para más tarde mirar al ajeno, observando cómo se refería a él, haciendo que alzara una ceja, ¿cómo podía quedarse tan tranquilo?
Bajó un poco la cabeza para después fijarse en como apartaba el patito de goma y escuchaba sus palabras, ¿morder? Precisamente no se preocupaba por algo igual.

Chasqueó la lengua y resopló negando con el rostro. –Me quedaré aquí.- Contestó secamente, dejando de negar con la cabeza, haciendo que su flequillo se moviera de un lado a otro, cubriendo la venda que poseía en su ojo izquierdo.
Ladeó la cabeza observándole, y sin aguantarlo más le preguntó sin rodeos. -¿Por qué estas tan tranquilo en cuando hay allí tres cadáveres?- Preguntó sin evitarlo, quería saber, solo era simple curiosidad, ganas de saber la razón de aquel tipo tan tranquilo o al menos eso parecía…

Lo miró algo decepcionado ante la negativa del otro a sentarse a su lado:
-...frígido...
Luego se quedó mirando de manera ida al lago, perdido entre una maraña mental de pensamientos. ¿Le podían dar miedo personas a las que había matado y de la que no se acordaría horas más tarde?. Se encogió de hombros, mirando de nuevo al otro:
-...teniendo...en cuenta...los que...hay abajo...y no..flotan...tres no...son tantos...-murmuró, mirando las vendas-...¿eres...una momia...?

¿Había más? Parpadeó atónito ante sus palabras, para después fruncir el ceño al escuchar su comentario, ¿cómo que una momia, de qué iba ese… Engendro?
Arrugó la nariz a la vez que le miraba con el ceño fruncido, llegando casi a fulminarle con la mirada para después dar la vuelta, dando la espalda a este mismo. –Calla vejestorio.- Ordenó mientras que le observaba desde el rabillo del ojo.
Estaba claro… Quizá demasiado… Efectivamente, el ajeno era quien se había “encargado” de aquellas personas que ahora se encontraban sin vida en el lago y a saber cuentos más había.

Desde sus labios se dibujó una pequeña sonrisa un tanto orgullosa. –Será mejor decirlo ya a la policía, haber qué opina de esto.- Mencionó encogiéndose de hombros, y soltando un ligero suspiro y hacerle un pequeño gesto con la mano señal de despedirse, haber… Que tal reaccionaría, estaba claro que quería “fastidiar” un rato al otro por haberle dicho semejante palabra.

Alzó una ceja ante la palabra vejestorio, pronto cumpliría los 26 y empezaba a tener la crisis de los treinta. Se levantó algo frustrado:
-...nunca...tendrás...un culo...como éste...crío..., una de...dos....: o eres...una momia...o pareces...una...
Se acercó con aire gatuno hasta el chico, con una sonrisa de diversión:
-...nunca...me he...tirado ...una momia...o quizás... -la frase quedó en el aire, se había quedado con la cabeza en blanco-...ehh...mira, creo...que...primero...te mataré...y luego...me....tiraré...tu cadaver....y luego...con los...patos...- uso un tono de voz inexpresivo, cercano al de una entrevista formal- si...eres...una...momia...dará...igual..., así...lo comprobaremos...si llamas...a la policía...tendré..."más...patos..."

Al escucharle se detuvo o mejor dicho, frenó el paso a uno mucho más lento, llegando a fruncir el entrecejo hasta no poder ante sus dichosas palabras, que lo único que hacía era que se enfadase más.
¿Matarle, había dicho matarle? Eso sí que no se lo esperaba, pero no pudo evitar dibujar una sonrisa burlona en sus labios y colocar su mano derecha en su propia cintura con aires de superioridad. –No seas ridículo…- Masculló observándole con el único ojo visible, pero no tardó en desaparecer su sonrisa de sus finos labios, aquel hombre le estaba poniendo de malas…

Chasqueó la lengua y cerró por un momento su parpado para después abrirlo, manteniéndolo entrecerrado, pero otra curioso sonrisa cruzó sus labios rosados. -¿No crees que eres un poco mayor para esas cosas?- Dijo ladeando la cabeza, haciendo que su cabello se zarandeara suavemente hacia su diestra, mientras que esa sonrisa no desaparecía, lo que quería decir es que el otro poseía un pato de goma, cosa que esas cosas lo veía más bien para los “niños” y no para su edad, aun que eso no le importaba, solo quería fastidiarle de nuevo, al parecer, que le llamaran “viejo” se ofendía con ello, así que tendía algo por lo que fastidiarle.
-Diría que eres mayor para estar jugueteando con esos patos, ¿no te parece?– Le preguntó de nuevo sin esperar respuesta de la primera pregunta, cruzándose de brazos mientras que lo miraba burlonamente.

-...y tú...un imbecil...pero no estamos...hablando...de eso...-se acercó a su lado insinuante, y divertido por el comportamiento del otro, cuanto mas lo fastidiara, mas le gustaría rajarle-...¿qué...hay tan...interesante...bajo las vendas...? - lo cogió con fuerza el brazo derecho, tirando de él hacia su cuerpo de manera intimidatoria-...tienes...razón...soy demasiado mayor...para eso..., así...que...tú...serás...mi nuevo...juguete...

¿Cómo osaba decirle imbécil? Arrugó la nariz al mismo tiempo que le miraba fulminadamente, enseñado sus blancos dientes, pero no pudo evitar abrir su parpado una vez que el otro le sujetó del brazo derecho, haciendo que por fuerza se acercara al cuerpo contrario, notando la diferencia de tamaños, pero poco importaba eso, si no que el otro esta vez se había pasado…. Había sido la gota que colmó el vaso.
Gruñó por lo bajo para más tarde encoger la cabeza. –Vejestorio…- Masculló entre dientes ya enfadado por aquel tacto de cuerpos más esas estúpidas palabras.

No tardó en levantar su mano libre y golpear al otro en el rostro con la mirada clavada en la del contrario. -¡Estúpido, no vuelvas a decir eso y ni se te ocurra tocarme de nuevo!- Le gritó para después hacer que el otro le soltara con brusquedad, si no antes darle otro golpe de recompensa.
Si, había enfadado y mucho… Cosa que se alejó ciertos pasos del otro, manteniendo las distancias mientras que le observaba enfurecido.

Sonrió, encantado por el golpe:
-me...encanta...cuando...hacéis..eso...antes de caer...
Hartó de la distancia, volvió a acercarse de manera rápida a su arisco acompañante, para volver a sujetarlo como la vez anterior y esconder una jeringilla en su mano izquierda, que ascendía con velocidad la espalda de Soun, para clavarse entre los omóplatos del menor. Bajó el émbolo con una sonrisa triunfal en el rostro:
-...no, quiero...verlo......YA!

Retrocedió un simple paso al ver el rostro del otro, ¿cómo que le gustaba? Hizo una pequeña mueca de desagrado para más tarde, sin darse cuenta se encontró al otro delante de él, abriendo su parpado más de la cuenta, pero no tardó en volver en sí, removiéndose para intentar apartarle mientras se iba quejando. -¡Te digo que no me toques!- Le gritó de nuevo ya enfadado, frunciendo el ceño hasta no poder, aquel hombre había logrado que se enfadara del todo.
Aun así… Algo punzante pasó por al medio de sus omóplatos, haciendo que abriese de nuevo su parpado.
Un pequeño dolor punzante cruzó por aquella zona, ¿qué le había hecho? Entrecerró su parpado y bajó el rostro, apretando los dientes e incluso mostrándolos.

No sabía lo que le había hecho ni lo que le había inyectado, pero aprovecharía ya que aquello o lo que sea no le afectaba, cosa que de nuevo, con su mano libre le goleó el rostro, pero en este caso con menos fuerza que antiguamente, mirándole con desdén, escuchando sus palabras, cosa que dibujó una pequeña sonrisa en sus labios un tanto burlona. –No…- Masculló sin desvanecer su sonrisa para más tarde borrarla por completo e intentar separase de este con brutalidad. –¡Deja de tocarme!- Ordenó por una vez más, intentando liberarse de él, aprovechando su mano libre para golpearle y que le soltara de una vez por todas.

Sin soltarlo, se limitó a apretar más fuertemente y retorcer con saña el brazo del menor. Cuando una persona había sido operado de gravedad unas cuantas veces y sometido a electroshock, aquello era más bien la picadura de un mosquito:
-...¿por...qué...tan grúñón...?...puedes decírmelo...soy psicólogo..entre otras...muchas...cosas...
Volvió a tirar del otro para adelante y lo golpeó moderadamente con la rodilla entre las costillas. Aprovechando la fuerza del golpe, agarró con la mano libre las vendas de la cara del otro, tirando con fuerza para soltarlas del rostro del menor. Había algo sumamente extraño en su comportamiento, esa actitud tan sumamente arisca y gruñona le recordaba a algo del pasado que no conseguía identificar, lo que aún levantaba más sus sospechas y su curiosidad:
-...veamos...que..quieres ocultar...

Se quejó sin poderlo evitar en cuando el otro empezó a retorcer y forzar más la presión de su brazo, encogiéndose sobre sí mismo, mientras que se retorcía un poco en intento de soltarse, a la vez que mantenía su parpado cerrado con fuerza.
Apretó sigilosamente los dientes a la vez que su mano libre ya hacía encima de la del ajeno, sujetándole para que le soltara, hundiendo sus finos dedos en la piel ajena, casi hundiendo sus uñas.
Pero en cuando el otro dio un leve “empujón” se lo quedó mirando, manteniendo su parpado entrecerrado, observándole con ira.

No le dio tiempo a reaccionar si quiera, ya que de un nuevo, pero esta vez, un dolor mucho más fuerte surcó su cuerpo, aquel rodillazo entre sus costillas hizo que se inclinara hacia delante, soltando un gemido de dolor, manteniendo su parpado cerrado, intentando hacer que el dolor desvaneciera, pero poco lograba.
Sintió algo… Abrió su parpado, observando la intención del otro, cosa que no le dio tiempo a reaccionar, las vendas de su rostro ya se habían apartado de él, hundiendo su pupila ante ello.
¿Cómo es posible…? Rápidamente llevó su diestra hacia el ojo descubierto, tapándolo velozmente para que el otro no le viera. –Maldito…- Susurró observándole aun con el dolor que sentía, intentando apartarse de él, aun ocultando su ojo para que el otro no le viera.

Notó algo raro cuando quitó las vendas, pero antes de poder verlo con claridad el menor se había tapado el ojo. Disminuyó un poco su fuerza ante los quejidos del menor, manteniéndolo firmemente sujeto. Estaba más que claro que el de cabello claro tenía más de un problema con eso, lo que no hacía más que incrementar su curiosidad:
-...te hicieron...algo...¿verdad...?, por...eso tienes...algo raro en...el ojo...o no tienes...ojo... -por primera vez utilizó un tono neutro, y algo más suave-...entre nosotros...nos...distinguimos..., a mí...me quitaron...la cabeza...

No pudo evitar reirse ante el ataque y la mirada de repugnancia del chico. Estaba resultando más divertido de lo que había pensado en un primer momento. Definitivamente, quería jugar con él:
-...claro...por eso...eres...tan arisco...¿te metieron..."algo"...gatito...? - preguntó con su áspera y tétrica voz teñida con un toque meloso-...por lo que...he visto...apostaría..a que fue...con arma blanca...y apostaría...diez kilos...de crack...a que en el...fondo...sólo eres..un chiquillo...perdido...en busca de cariño...
Observó distraido como uno de los cuerpos se hundía definitivamente en el agua:
-...por eso...no te has...largado...nada...más verme...., en el fondo...necesitas...cariño...-acabó, mostrando parte de su "encantadora personalidad" natural.

Se le quedó mirando extrañado ante aquella risa que el otro formuló, ¿a qué venía esa risa, por qué reía, es que no le había afectado lo supuesto “daño” que le había causado o qué? Gruñó por lo bajo mientras que le observaba de la misma manera que antes, escuchando sus palabras, ¿una arma blanca…? Aquello hizo abrir su parpado más de la cuenta, recordando aquel suceso de hace pocos años…
Chasqueó la lengua mientras que se encogía, ¿dañado por una arma blanca…? Sí... Pero quizá no es lo que realmente piensa el otro…
Apretó los dientes hasta cierto límite para no hacerse daño e incluso apretó sus puños con fuerza. –¡Calla!- Le gritó a la vez que le ordenó.

-¡No necesito nada ni nadie, puedo obtener todo lo que yo quiera!- Volvió a exclamar al escucharle, ¿cariño? ¡No necesitaba eso, para nada! Era algo… Ridículo… Ya tenía lo que él quería para qué necesitar cariño…. Algo tan inútil como eso…
Pero al escuchar un sonido proveniente del agua deslizó su mirada hacia allí, siendo distraído por algo igual, observando como el cuerpo ya sin vida se hundía poco a poco en las profundidades de aquel lago.
Hizo una pequeña mueca ante eso, perdiendo la mirada en el lago sin hacer o decir nada.
Claro está que por allí no había nadie, si no la gente ya hubiera llamado a la policía por lo sucedido…

-...por eso...no me van...los críos...os creéis...que lo sabéis...todo...
Se encogió de hombros y encendió un nuevo cigarrillo:
-..lo que tienes..es una deficiencia...emocional...posiblemente provocada..por...la ausencia de..una "figura paterna"...o porque...alguien...que creías apreciar...decidió aprovecharse..., tu egoísmo...y egocentrismo...sólo revelan...que en...el fondo...eres un..crío...caprichoso...al que..no le gusta...que las cosas no sean...como él...quiera... Y lo...suficientemente idiota..para creer...que puede vivir...solo..., al que...posiblemente...se comerán unos...pastores alemanes...cuando muera solo...a los ...treinta...¿me voy...acercando...?

De nuevo le escuchó, cosa que ni le miró, solo permaneció en silencio, apretando los dientes a medida que fue bajando el rostro, haciendo que el flequillo le cubriera su mirar, ¿qué estaba diciendo, a qué venía eso, acaso le importaba el otro como vivía o simplemente como era?
A medida que el otro fue hablándole y fue susurrando; -Calla, calla…- Susurró apenas que se escuchaba.
¿Por qué… No lo entendía, por qué se sentía de esa manera? Quizá sea porque el otro este casi acertando… Pero estaba claro que no querrá asumirlo.

Sin aviso alguno le gritó. –¡Cállate!- Alzó el rostro hacía el otro, cual se acercó a él corriendo, alzando su puño diestro y darle con esta misma en la mejilla del otro. -¡Cállate, tú no sabes nada de mí!- Le gritó, sentía como su cuerpo temblaba, temblar de la rabia e incluso algo de desesperación por sus palabras.
Bajó la cabeza de nuevo, pero en sus labios se dibujó una extraña sonrisa que surcó sus labios. –Eres idiota…- Susurró como si nada mientras que se reía un poco, como si hubiera perdido por completo el control de sí mismo.

Suspiró, con la mejilla aún caliente por el golpe y preguntándose por qué su vida era tan subrrealista. Con lo poco que le apetecían las escenas emotivas.
Suspirando de nuevo, con aire resignado, simplemente le atrajo hacia él y le abrazó con fuerza, esperando a que el menor se calmara:
-..tranquilo...no pierdas el...control..., no te...haré nada...

Por algún extraño motivo, aquel chico le había tocado la fibra sensible, quizás porque le recordaba a él mismo durante sus problemas provocados por las operaciones en la cabeza. De no ser de otro modo, lo más probable es que hubiera acabado con los viejecillos en el lago.

Sus ojos rodaron ante las sacudidas que daba el otro, en el fondo lo había esperado, manteniendo la presión hasta que el otro se quedó tranquilo. Por primera vez se quedó mirando algo extraño y semitransparente en la espalda del otro. Miró algo mosqueado como el otro olisqueaba su ropa:
-...¿huelo...a medicamentos...?...técnicamente...tengo una "farmacia"...así que...es lo que...hay...¿te encuentras...mejor...?