15 razones por las que tirar pan a patos de goma jamás funcionara *PRIVADO*

-...pff...el gatito...saca...las uñitas...-murmuró, burlón, mientras daba un sorbo a la leche y empezaba a romper un cigarrillo para echar el contenido sobre una servilleta, sacando papel de liar y un mechero-...te voy...a acabar...lavando la...boca...con jabón...-murmuró, sacando algo de maría de una bolsita y empezando a mezclarla con el tabaco-...asi...que encima...de una momia...eres...un solitario..., lo siento...si te he ofendido..pero es que...no sé...si abrazarte...o pegarte...una ostia...- comentó con sinceridad-...yo...nunca...me llevé...bien con mi familia..., me hubiera...gustado...ser un solitario...también...., mis padres...eran unos...capullos...narcisistas...y tocapelotas...se creían...que...hacerme pasar...por quirófano...era genial..., aunque...supongo...que..tu tampoco...elegirías...lo del ojo...-comentó pensativo-...el truco..es quitarles... a posteriori...lo que...te han robado..., le debistes...arrancar...otro ojo...-lamió el papel de liar, y se lo encendió-

Arrugó por una vez más la nariz, ¿de qué iba, quería que se “pegaran” de nuevo o qué? Chasqueó la lengua mientras que hacía un pequeño gesto de mano, como si aquello no le importara. –Tú vas hablar.- Mencionó severamente encogiéndose, por una vez más, de hombros.
Se le quedó mirando a la vez que alzaba una ceja, dos opciones, recibir algún golpe o ser abrazado, pero como era de costumbre, ninguna de las dos, no le gustaba que le tocaran la piel, por esa razón sentía rencor por lo de antes, por su culpa, su piel había obtenido ciertos tonos rosados de los golpes dados por antes. Y estaba claro que de eso no se olvida y ya se lo pagará más adelante…

Pero ante su historia bostezó descaradamente, levando su diestra sobre sus labios. –Y que.- Dijo tranquilamente. –Realmente eres un infeliz al decir eso.- Escupió esas palabras como si nada, fijándose en lo que hacía. –No sabes lo que dices.- Resopló para después volver a dar un sorbo de su refresco.
-Calla.- Repitió la orden frunciendo el entrecejo. –Metete en tus asuntos, por ejemplo en drogarte, pero deja a los demás tranquilos.- Se notaba que empezaba a enfadarse, aun que lo que el otro había utilizado para crear aquel cigarrillo no sabía si era droga o qué, pero lo dijo sin pensar.

-...no tan infeliz...como un crío...malhumorado..y acomplejado...necesitado de...cariño....-susurró burlón, dando una calada al porro, y expulsando el aire con elegancia-...pero..si insistes...no te...preocupes..., no te...volveré...a dirigir...la ...palabra..., así...que te..ignoraré...
Poniendo en práctica la amenaza, empezó a ignorarlo olímpicamente, como si el asiento de enfrente estuviera vacio, volviendo a su porro, sus cuentas matemáticas extrañas para organizar planes descabellados y unos cuantos sorbos ocasionales a su vaso de leche, metiéndose en su mundo de pensamientos confusos y enmarañados al instante.

Gruñó por lo bajo ante sus palabras, ¿de nuevo le hablaba de esa manera? Será idiota… Pero se le quedó mirando, ¿él, ser ignorado? Lo más normal es que el mismo ignore a los demás… Pero poco le importaba, no caería en aquel juego estúpido, así que solo se encogió de hombros y miró hacia otro lado. –Eso me da igual.- Habló manteniendo su ceño fruncido hasta no poder, pero de vez en cuando iba mirándole, observando lo que hacía y poco a poco iba bebiendo su refresco.
Sabía que el mismo se iba enfadado, no, no podía evitarlo, eso de ser ignorado… Le miró para después mirar por la mesa, percatándose de aquellos palillos que no fueron recogidos del todo, al menos, no por su parte, cogió uno y se lo lanzó.

Así sucesivamente, fe tirándole los palitos uno a uno, algunos le daban en el rostro, otros en el cabellos, en los papeles que tenía…
Se notaba que quería fastidiar al contraria, así que haría aquello hasta que los palitos se le acabasen, y en cuando los acabara ya pensaría en otra cosa, pero de momento, se divertiría con ello.

Sabiendo que sería mucha más molesta la ignorancia total para el menor, que empezar a discutir, hizo como que no se enteraba de los palillos que caían a su alrededor, y siguió a lo suyo, escrbiendo como si no hubiera un montón de palitos sobre sus cuentas.
Empezó a tararear una canción, pero debido a su incapacidad para recordar una canción completa, juntaba cachos de varias, cambiando de ritmo cuando se le olvidaba una, pasando a otra.
En el fondo le divertía un montón la situación, consciente de su falta de conciencia sobre sí mismo, podía permanecer horas pasmado, perdido en sus pensamientos y sin soltar prenda, por lo que en una batalla de resistencia, Soun tendría todas las de perder.

Pasó de la lluvia de servilletas como quien mira llover. Sabía que lo que más le jodería al otro sería pasar completamente de él. Al parecer, a parte de tener mala leche, el crío estaba pagado de sí mismo y parecía querer ser el centro de atención, así que siguió a lo suyo, retirando una servilleta mojada del vaso de leche y echando unos sorbos, después de años de ser yonki, asesino y cirujano ya no le quedaban demasiados escrúpulos con nada.
Volvió a silbar más alto, evitando aún más el contacto visual.

Suspiró y entró al baño empleando su encanto personal particular: pegando una patada a la puerta.
-...eh...tú...el del deficit...de atención...el imbecil...del camarero...ha traido...pastel de...chocolate...y odio las...cosas dulces...
Observó como el otro se miraba segundos antes en el espejo:
-....vaya...vaya...ya veo...así que ...te ponías...mono para...mí -cerró la puerta detrás de él de manera gatuna, situándose de manera que taponase la entrada con su cuerpo, y sin previo aviso, empezó a moverse de manera seductora hasta la posición del chico-...si necesitas...algo...sólo pídelo..., es una pena...tan mono...y con...esa mala leche -quedó a un palmo de él y depositó un suave beso en los labios ajenos, pasado un segundo, cambió radicalmente de acitud y salió del baño-...y ahora...deja de...hacer...el gilipollas y comportarte...como...un crío...

Un pequeño sobresalto se dio en cuando aquel hombre abrió la puerta de una patada, haciendo que su corazón legara a palpitar con fuerza, incluso llegó a imaginar que estaría apunto de salirse de su pecho.
Dio un pequeño bote sin poderlo evitar y rápidamente miró al culpable de aquel susto, más aquella reconocida voz.
Al final, a saber de quien se trataba gruñó por lo bajo, ¿de qué iba entrando de esa manera? Chasqueó la lengua y miró hacia otro lado, volviendo a buscar algo para secarse las manos, se podría decir que ignoró las primera palabras del tipo, pero ante las que escuchó a continuación, hizo que le mirase de golpe, ¿qué, qué se estaba poniendo...? ¿Pero de qué demonios iba ese? Estaba claro que no se estaba arreglando para alguien como ese, solo estaba mirando aquellas malditas marcas en su piel que el otro había dejado en tiempo atrás.

Pero en cuando quiso darse cuenta, el otro ya se encontraba a un lado de su cuerpo, frunció el entrecejo, como de costumbre y abrió sus labios para contestar a tal grosería de parte del otro.
Aun así, antes de decir nada sus labios llegaron a ser sellados por los contrarios, sintiendo la calidez del otro sobre el propio.
Parpadeó atónito, no se lo podía creer, ¿de verdad que...?
En cuando sus labios se despegaron a los del otro, se quedó por unos segundos impactado para después reaccionar nuevamente.
Caminó a pasos agigantados hacia el otro, deteniendole antes de que saliera del baño, interfiriéndose en su camino, mirándole con mala gana por aquel acto contrario. -¿¡Po-por qué has echo eso!?- Le gritó casi mientras que permanecía delante de la puerta para no dejarle pasar.
Quería saber la razón de ello, aparte, así podría “aclarar” las cosas de aquellos golpes que antes había recibido.

Ronroneó encantado cuando el otro se puso delante de él, cruzándose de brazos divertido ante la actitud del otro:
-...¿qué..., curioso...?...me apetecía...besarte..., tienes...unos labios bonitos...y me lo...estaban...pidiendo...a gritos...¿no...los escuchabas...?...nunca..¿verdad?....¿nunca haces...nada...por el...hecho...de ser...divertido...y excitante...?, a mí...me...encantan los...retos...
Volvió a acercarse con cuidado hasta él, y repitió la acción, esta vez dándole algo de más tiempo para poder decidir si se unía o lo apartaba.
No entendía como alguien no podía encontrar divertido besar a alguien atractivo por sorpresa

¿Por qué le apetecía? Eso no era excusa, mantuvo el entrecejo fruncido, observándole con la nariz arrugada, ¿eso era lo mejor qué tenía, esa inútil excusa? Chasqueó la lengua a la vez que apartaba la mirada, ¿de qué diciendo ese tipo de tonterías? Era... incomprendible.
Resopló pesadamente mientras que sacudía el rostro, quitándose ciertos pensamientos de su cabeza, volviendo a mirar al otro con una ceja alza, y ladeó la cabeza, ¿algo divertido y excitante? Se quedó unos segundos pensativo. -Pues...- Masculló curvando los labios, no, nunca había echo nada igual, pero tampoco le importaba mucho.
Se encogió de hombros y ya era hora de irse hacia la mesa de antes, daba igual... ya “repararía” aquel asunto en otro momento.
Sin embargo, antes de decir alguna que otro comentario, sintió, por una vez más, aquellos labios sobre los propios, ¿de nuevo?

Se quedó con el parpado abierto para después fruncir el entrecejo, ¿por qué diantres repetía aquella misma escena? Condujo sus dos manos hacia el pecho ajeno, dándole un leve empujón, haciendo que este se separase de él. -¿Quieres dejar de hacer eso?- Preguntó pasando su brazo por sus labios, como si se estuviera limpiando de algo que no le había gustado.
Aun así, a pesar de que le molestaba esas acciones, en sus mejillas se notaba cierto color carmesí que decoraba su piel pálida.

-..sois...tan suuumamente...monos...cuando hacéis eso...-comentó, observado encantado el sonrojo, luego se encogió de hombros-...era...un cumplido..., me pareces...mono...no del tipo..."hombre hecho...y derecho..."...más bien..."del tipo...mono"...-murmuró pensativo, sin acabar de aclararse ni él mismo-...aunque supongo...que...con ese...caracter...horrible...y esas vendas...te lo dirá...más bien...poca...gente...
Volvió a abrir la puerta de una patada, mirando con una ceja alzada como el otro se limpiaba los labios con la manga:
-...frígido..y remilgado...-murmuró para sí, volviendo a la mesa y mirando unos instantes aquellos extraños papeles, sin tener la menor idea de lo que acaba de hacer.

¿”Sois”? ¿A qué se refería con ese “sois”? ¿es qué había alguien más? Chasqueó la lengua y ante esa “explicación” del otro le siguió con la mirada, hasta el otro volvió a la mesa en donde estaban antes ambos.
Sacudió la cabeza y volvió a limpiarse los labios con la manga de la camisa, repugnante.
En cuando terminó decidió volver a ir hacia la mesa, y eso hizo, en cuando regresó hizo una mirada fulminante al otro, con el ceño fruncido, cual dio un leve golpe a la mesa antes de sentarse, alzando su mirad hacia aquel que tenía delante. -No vuelvas hacer eso nunca más.- Su tono de voz parecía como si le estuviera amenazando de algo.
Se acomodó en el asiento y volvió a llamar al camarero, pidiéndole que le trajera de nuevo cuenta lo que antiguamente le había pedido, un refresco.

Mientras, a la espera de su pedido, fue mirando al otro de mala gana, fulminandole con la mirada, entrecerrando su parpado y volviéndose a fijar en los papeles del otro, pero al ver la cara que el otro ponía alzó una ceja casi sin creérselo. -¿Qué pasa? ¿Es que no te acuerdas de lo que estabas haciendo?- Preguntó de manera burlona mientras que sonreía burlonamente.

-...no..¿y...tú lo sabes...?-preguntó, terriblemente curioso, para él era algo totalmente extraño que alguien pudiera recordar lo que se había puesto el día anterior o que había hecho la semana anterior. Para el narco todos los días eran "el único día" y era una chorrada pensar en el presente, y mucho más en el futuro, que técnicamente tampoco existía para Lenin-...creo que...es algo...con...dinamita..., pero...aquí hay suficiente...para que...se vuelen...un par...de edificios...-comentó, pensativo, quitando algunos de los palillos que andaban por ahí, inexplicablemente-...el consumo...de zumos...de piña...representa...el 49´68% de las...exportaciones...de frutas...exóticas...de Irlanda...-dejó caer, mirando el color del refresco del chico-...y básicamente...aumenta...el flujo...de sangre...en un...3´4% ,...lo que...supone...un incremento...del 1´7%...de una...posible..escitación...sexual...o..."calentón..."- acabó el discurso estadístico, y volvió a mirar el papel, guardándolo preventivamente en sus pantalones, fuera suyo o no incluía dinamita, y lo iba a poner en práctica pronto.