En espera. {Privado Richard-Lemon}

Allí estaba… Colocando bien la ropa de su “señor”, doblándolas con cierta facilidad y agilidad, dejándolas en el armario bien colocados para después cerrarla una vez puesto las cosas correctamente.
Se llevó su diestra en su frente, suspirando profundamente por el trabajo que estaba haciendo, sonrió y prosiguió lo suyo.

Este tenía puesto una ropa fácil, ya que así le sería mejor para el trabajo, llevaba un delantal blanco, cual le rodeaba su cintura, d pantalones remangados negros y de camisa blanca, más un pequeño sombrero que hacía conjunto al delantal, haciendo que recogiera su cabello y no le estropeara.

Seguidamente cogió la escoba y empezó a barrer, era un sitio muy grande, así que le sería de mucha faena hacer todo eso, pero mientras, iba tartamudeando una pequeña canción, barriendo con cierta felicidad y en espera de él, dejándole allí debido a su trabajo y así aprovecharía ah hacer todo lo de casa, aprovechando que no estaba para recoger las cosas mejor y poder “preparar” la cena, más bien, intentaría…

Ya había acabado, satisfecho colocó sus manos en su cintura, revisando la casa con la mirada, después se dirigió hacia la cocina, en donde empezó a sacar los supuestos ingredientes para poder prepararle algún manjar y así podría practicar un poco el “don” de la cocina y así pasaría el tiempo para que el otro llegara….

Había pasado mas o menos un mes o mes y medio en que Carlise había llegado a vivir a su casa o mas bien dicho que lo había sacado de aquel lugar, que para Richard no tenia sentido alguno. Desde el primer día que había llegado no había tenido nada de sexo con el pequeño, que por una parte le estaba desesperando ese hecho, pero el peliverde sabia perfectamente que con ese fin no había comprado al chico, mas bien no sabia por que lo había hecho, simplemente no le gustaba ver a la gente siendo usadas y por eso lo había comprado, si esa era la razón, y por lo mismo no podía pedirle tener sexo con él.

Esa tarde había conversado con Ezequiel y le había invitado a la discoteca, acepto y fueron los dos solos; el rubio se encontraba raro últimamente y no sabía la razón por la que estaba actuando de esa manera; pero ahora estaba de regreso a la casa.

Para Richard estar tanto tiempo sin tener nada de sexo le causaba un poco de estrés, mas el que le causaba el trabajo, era peor, así que recurrió a sus tácticas de seducción y convencimiento, sabia que esa seria la mejor solución antes de ponerle un dedo enzima al pequeño, así que decidió buscarse a alguien para poder saciar su necesidad de placer.

Las luces de la sala y comedor se encontraban apagadas, no sabia por que lo llevaba a ese lugar, sabia que el chico estaba en la casa y podía escucharlo, pero es que estaba tan necesitado que no le importo. Entro a la casa casi devorándose a un chico un poco mas bajo de estatura que él, delgado, cabello rubio lacio, ojos cafés, cuerpo débil y mucho mas joven que él; cerro torpemente la puerta y se dirigió a la sala despacio y besándole el pecho, cuello y desabrochando la camisa que traía puesta, el chico solamente jadeaba por que al igual que el peliverde ya se encontraba algo excitado; logro llegar al sillón y acostarlo cómodamente, al mas pequeño, acomodándolo entre las piernas y luchando con el cinturón; el jovencito estaba haciendo lo posible por seguir al ritmo del mayor, pero sin darse cuenta se resbalaron del sillón cayendo al piso y haciendo algo de bulla.

"Shuu... o nos pueden escuchar" susurro en el oído al rubio, jugando con el óvulo de este, se acomodaron en el piso, Richard arriba del joven, y comenzó a besar nuevamente los labios del muchacho, bajando por su pecho e intentando desabrochar el cinturón, que por el nerviosismo y las ansias lo estaba haciendo torpemente, parecía un chico de secundaria que apenas tiene relaciones sexuales y es inexperto en ese tipo de cosas y eso le causaba un poco de enojo al mayor.

Verduras; Patatas, zanahorias…
Bien, todo listo para preparar la cena, sonrió, se remangó las mangas de la camisa y no dudó en ponerse a l obra.
Agarró el cuchillo de cocina para después coger la zanahoria en donde le miró, suspiró hondo y lo colocó, dispuesto a empezar a cortarlo.

Poco a poco fue deslizando su mano [Que sostenía el cuchillo] hacia el alimento, dándole un pequeño corte… No parecía tan difícil, así que lo hizo más seguido, pero no se daba cuenta de que algún que otro trozo era más grande que el anterior.

Una vez que acabó con eso se puso con otra verdura, las patatas, empezó a pelarlas poco a poco, pero se llevaba más de lo que tenía que cortar, dejando una pequeña y escasa patata para comer.
Se lo quedó mirando como si no se lo creyera, después resopló, la cocina no se le daba bien.

En intento de pelar otras patatas terminó. Ahora tocaba encender la sartén y olla para hervir el agua y freír algún que otro trozo de carne.
Sacó la carne de la nevera y llenó la olla de agua, lo dejó e intentó encender el fuego, cosa que le costó, debido a que no sabía cómo utilizar aquello.

Con esfuerzo lo hizo, ya encendido colocó la sartén, el aceite, dejó que esta se calentara un poco para después poner la carne, mal hecho, le faltaba sal y había esperado mucho para que se calentara, ahora salpicaría por todos lados, y así pasó, se cubrió como pudo, extendió su diestra para apagar el fogón, si no antes de recibir un fuerte “golpe” de fuego. Al apagarlo se miró la mano algo quemada, sopló un poco para después ir a mojarse con agua fría, pero….

Cierto ruido le desconcertó, miró hacia la salida de la cocina mientras que hundía su mano hacía el agua, se quejó un poco, después se secó con el delantal y salió de allí, seguramente sería él; Richad.
Fue hacía el comedor, en donde las luces ya hacían apagadas, pero extraños ruidos procedían de él.

Sin comprender aquello encendió la luz… Y… Para su sorpresa se encontró a Richard con un chico de corta edad.
Parpadeó nervioso ante aquello, no se lo esperaba, ni lo hubiera pensado. Se quedó allí, quieto, sin saber cómo reaccionar, manteniéndose de pie y con ciertos nervios.

Richard ya se encontraba con la camisa y pantalón abiertos, mientras intentaba bajarle el pantalón y el boxer al menor. Estaba tan entretenido en la lucha con el menor, definitivamente pensaba que ese día tendría lo que por mas de un mes había estado deseando, no es que Richard fuera un pervertidor y abusador de menores, simplemente que las necesidades de la naturaleza se lo pedían.

Por un momento se había olvidado de donde se encontraba, pero la luz de la sala fue encendida, tirando a Richard de su nueve en donde se encontraba, definitivamente Carlise había escuchado el ruido que estaban haciendo.

"Maldición, Carlise" dijo separándose del chico, sentándose a lado del rubio, que se había sentado cuando el peliverde le dio oportunidad, y se tapaba al mismo tiempo.

"Rich, creo que..." Richard suspiro algo frustrado por la interrupción de Carlise.

"No te preocupes" le dijo al joven, mientras se levantaba y le ayudaba al otro, después, el menor, tomo sus cosas y, junto con Richard, acompañándolo, se retiro de la casa.

“Lo siento…” dijo el peliverde.
“No te preocupes… será para la otra” dijo el rubio.
“Esta bien”

Richard entro de nuevo a la casa molesto y frustrado, pensó que esa noche si se le iba hacer, pero al parecer no iba hacer así; entro soltándose el cabello, que traía anteriormente amarrado en una trenza, se sentó en el sillón cruzando las piernas una sobre la otra, suspirando e intentando controlar la molestia que traía. No dijo nada solamente permaneció ahí sentado, encendiendo un cigarrillo empezando a fumar e intentando controlarse.

"¿Que haces despierto tan noche?" solamente se limito a decir eso y esperar la respuesta del menor.

Su corazón dio un gran salto al contemplar esa escena, pero tampoco hizo nada, no se movió ni pidió disculpas ante aquella interrupción, solo se quedó allí de pie, observando aquello, sorprendido, más avergonzado, seguramente sus mejillas ya se hubieran tornado un tono carmesí, cual seguramente se mostraba, pero en aquel preciso momento no le importaba nada….

Quería desaparecer de allí e intentar olvidar eso, pero sus piernas no le correspondían, es más, deseaba que desapareciera de allí o que al menos se le tragara la tierra.
Pero no fue así, se mantuvo allí, hasta que ambos se detuvieron.

Al ver como se acercaban, rápidamente volvió en sí, y se apartó de su camino fugazmente, incluso algo torpe, haciendo que casi se cayera, pero pudo mantener el equilibrio con firmeza.
Observó a ambos, persiguiéndoles con la mirada.
Parpadeó nervioso, ¿Y ahora? Richard parecía muy enfadado… ¿Qué haría, que tendría que hacer, que decir, como hablarle?...

Mientras que todas esas preguntas pasaban por su mente no se dio cuenta de que el otro le había preguntado.
Le miró, tragó saliva con dificultad y tembló ligeramente. –Eh…- Susurró a la vez que bajaba la mirada hacia el suelo, ajuntando sus dos manos, jugueteando con los dedos pulgares.

Se notaba que estaba nervioso, ni si quiera se podía escuchar sus susurros, con los nervios por el cielo intentó contestar a la supuesta pregunta de él, o al menos, solo esperaba aceptar con la respuesta adecuada… -P-pues, estaba haciéndote la cena….- Susurró manteniendo su mirar al suelo, estaba de acuerdo, Richard parecía ser que se había enfadado….

Escuchar aquel –Eh…- lo único que le indico fue que el chico no había comprendido la pregunta que anteriormente le había hecho, suspiro un poco mas frustrado por la lentitud del joven.

"Te pregunte si ¿que es lo que hacías despierto a esta hora de la noche?" suspiro dejando salir un poco del humo que había inhalado anteriormente, observando al pequeño con la comisura de sus ojos, el pie que mantenía sobre el otro comenzó a moverlo de un lado a otro, mostrando su desesperación por desahogar su enojo, pero no sabia con que.

¿Cena... cocina... comida... condimentos... alimentos...? por eso habían interrumpido lo que se encontraba haciendo; ya era demasiado noche como para que estuviera levantado y haciendo comida. Rogaba que hubiera escuchado mal para que su cólera no estallara sobre aquel pequeño chico.

"¿Cocinando... estabas cocinando?" pregunto pausadamente tragándose sus palabras que gritaban por salir de aquella garganta.

"¿escuche mal... o no?" pregunto nuevamente, aquello le estaba causando una enorme desesperación y si el chico decía solamente un 'si', su coraje desataría sobre aquella pequeña y frágil figura.

Lo que menos quería era hacerle daño pero aquel pequeño no estaba haciendo las cosas mucho mas sencillas, o mas bien Richard no estaba haciendo las cosas correctas y mucho menos pensando en sus acciones. Esperaría la respuesta de Carlise y todo dependía de aquellas palabras.

Su mirada siguió por el suelo, manteniéndolo allí mientras que sus piernas temblaban ligeramente, era la primera vez que veía a Richard de esa manera y causaba una sensación de…. ¿Miedo?
Tragó saliva y volvió a mirarle, observando como la pierna del ajeno empezaba a moverse, quizá significado de alguna desesperación por no haberle contestado correctamente….

Sin querer solo retrocedió un poco, seguramente había hecho aquello mal, muy mal, ¿ahora qué imagen tendría frente al otro? Solo se le quedaba mirando, escuchando la frustración de este.

¿Cómo podría actuar? Se notaba que el mayor estaba enfadado….

Ante su pregunta dirigió la mirada hacía el suelo, quizá pensando alguna respuesta correcto… Pero… ¿Cual? Cerró los ojos con fuerza y solo se mantuvo callado, sin saber que decir, si o no….

Su mente estaba en blanco…. ¿Qué haría o diría el ajeno? Si seguía así el otro acabaría por empezar a gritarle…. Solo se mantuvo quieto de donde estaba, con la mirada en el suelo y con varios pasos de distancia de donde el mayor se encontraba.

Al no contestarle lo único que logro fue que Richard se molestara y se molestara al punto de no poder tener control de sus propios pensamientos y acciones.

Se levanto del sofá, molestó a mas no poder, le dio una ultima calada al cigarrillo para después apagarlo sobre el cenicero, y comenzó a caminar pasando a un lado del pequeño, que reflejaba en su rostro miedo y preocupación, no le tomo mucha importancia ya que lo que mas deseaba era saciarse de placer y desahogarse de su furia; entro a la cocina pasando por alto aquel rostro con miedo, al estar en la puerta de la cocina se percato que el fuego estaba prendido y que la olla estaba hirviendo a mas no poder, parecía que el agua se había evaporado por completo, mas frustrado e intentando no decir y mucho menos hacer cosas que luego se arrepintiera, suspiro fuertemente y se dirigió a la estufa apagando aquel fuego y después regreso a la sala junto a Carlise.

"¿Que es lo que estabas pensando?" preguntó, su tono de voz comenzaba hacer algo fuerte que anteriormente. No recibía respuesta del chico, absolutamente eso lo estaba frustrando y sin su respuesta era mucho más, que no aguanto su cólera.

"Si no me contestaras entonces no hay remedio" dijo encolerizado y lo tomo de la mano, fuertemente, llevándolo hasta la mesa del centro y acostándolo en ese lugar, estando ya ahí se acomodo y tomo la barbilla de este, lo beso a la fuerza, comenzando a quitarle la prenda de arriba, sin dejar de tocar partes del cuerpo del de abajo.

Definitivamente esa noche iba hacer algo que nunca pensó que le podría hacer a aquel chico, lo había hecho antes con otras personas pero Carlise era muy diferente que todas las demás; todo eso era por que el mas pequeño nunca, pensó, que lograría llegar a ese punto al actuar por el cólera.

Por el momento su mente no pensaba, solamente estaba saciando su sed de todo, su frustración, su coraje y sus heridas.

Su cuerpo seguía temblando por momentos, incluso cerró los ojos con fuerza al ver como aquel se acercaba, pero pasó de él, los abrió con suavidad y se fijó que entraba en la cocina; error, había dejado las cosas encendidas, con todo aquello se le había olvidado por completo.

No le dio tiempo ni a reaccionar, el otro ya había regresado, y cada vez parecía que estuviera más enfadado, quizá sería mejor dejarlo para otro día, mejor no llegar a decirle nada que le ofendiera, así que tendría que pensarse bien las cosas antes de decir nada.

Pero igualmente, sus palabras ni llegaron a salir de sus propios labios, ¿cómo calmarle, qué hacer precisamente, cómo hablarle, cómo actuar…?

Todo aquello le estaba poniendo nervioso; Temor.
Sentía miedo, ¿por qué? Sabía que Richard nunca llegaría hacer nada malo… ¿No?

Fue un pensamiento nulo…

Sintió como le agarraba de la mano con fuerza, cosa que con la quemadura le hizo más daño, pero no se quejó, se aguardó las cosas para su dentro…
Pero… En cuando el otro le acostó y este se colocaba encima ya empezó lo peor…

Sintió los labios de este sobre los suyos, por la presión se dio en la cabeza por retroceder.
Abrió sus luceros hasta no poder, en cuando este empezó a quitarle la camisa con sus manos intentó detenerle, la derecha en el pecho del ajeno, en intento de retirarle mientras que la otra intentaba impedir que llegara a quitarle la ropa.

No podía estar pasando… ¿Era Richard de verdad? …

Ahora si estaba sumamente cegado por la furia que se guardaba y además de las ansias que tenia.

El chico se estaba resistiendo, eso solamente alentaba a Richard para que prosiguiera con lo que estaba haciendo. Se levanto sin dejar estar arriba del chico y se quito la corbata que la tenia alrededor de su camisa y cuello, tomo aquella corbata y luego las manos del pequeño, juntándolas y amarrando bien aquel par de manos débiles.

"Así esta mucho mejor..." sonrió maliciosamente y coloco ese par de mano arriba de la cabeza del menor sin soltar las manos de Carlise. Después prosiguió con lo que estaba haciendo; con la mano que tenia libre termino de quitarle la camisa, dejando al descubierto aquel hermoso torso, era perfecto para los ojos del mayor, sin pensar y sin tener tacto comenzó a besar aquel delicado cuello bajando hasta el pecho del chico, pasando la mano libre por una de los pezones del chico llegado al vientre de este, ahí dejo su mano, pero su boca bajo hasta aquel pecho, sin dejar de besarlo, hasta apresar el otro pezón entre sus labios, comenzó a lamerlo y chupar aquella parte del menor. Aquella mano que permanecía posada en el vientre comenzaba a jugar entre el mandil y el pantalón de Carlise, tenia que quitarle aquel delantal que le impedía el paso a abrirle el pantalón.

Aquellas acciones estaban siendo llevadas por el placer mas que nada, pero todo lo estaba haciendo sin tomar en cuenta a la otra persona, era un defecto de aquel joven, siempre había sido así, desde muy pequeño cuando estaba encolerizado hacia las cosas sin prestar atención a lo que podía pasar después y el daño que podía causarle a las demás personas, eso era lo que mas le molestaba a Richard, pero ahora tenia a Carlise a su merced y ya no podía retroceder mas que el enojo lo había cegado ante la realidad.

Al notar como el otro se separaba pensó que lo había conseguido, pero se equivocó. Observó como este se quitaba la corbata, sin llegar a salir de encima suyo, para después sentir como le agarraba de las manos, cosa que intentó no dejarle. -¡No!- Exclamó, pero demasiado tarde, ya sus manos estaban atadas, inmovilizado, ahora no podría utilizarlas y menos si el otro las sostenía para que no llegase a moverlas.

En cuando este colocó sus manos hacía arriba de la cabeza cerró con los ojos con fuerza, al mismo tiempo que su cuerpo empezó a temblar ligeramente.
Al notar cómo se deshacía de su camisa cierto escalofrió recorrió su espina dorsal, ante aquellos besos en su cuello y estomago se quejó, negando con el rostro, señal de que dejara de hacer aquello.

Pero parecía que el otro no entendía a razones.

Pero había algo raro… Abrió sus labios y sus luceros al sentir la húmeda lengua del mayor pasar por su pezón, se movió un poco bajo el cuerpo del ajeno, intentando poder liberarse pero le era imposible ante aquella atadura.

Su cuerpo siguió temblando ligeramente. –P-para…- Suplicó mientras que sus luceros llegaron a humedecerse , apretó los dientes ante aquellas lamidas en su pezón, más notaba como su otra mano libre estaba en su vientre.

¿Qué había pasado con el Richard que conoció? Aquel no era el Richard de siempre… Incluso empezó a cogerle miedo…

Escuchaba y debes en cuando miraba de reojo el rostro del pelivioleta, aquellas expresiones y quejas solamente hacían que Richard prosiguiera con su labor, sonrió y por ultimo mordió el pezón del menor.

"Lo disfrutaras" susurro y prosiguió bajando, dejando así libre las manos de este pero sin desamarrarlas, hasta llegar a la comisura del delantal y pantalón; se levanto de aquel lugar sentado a Carlise en la mesa y desamarrándole las manos para atárselas atrás de la espalda y quitarle el mandil, después lo cargo hasta uno de los sillones para poder cambiarse de posición, el chico casi no pesaba así que le era sencillo moverlo y cargarlo, esta vez lo sentó en el sillón acomodándose sobre las piernas del menor pero sin dejar caer su pesor, volvió a besarlo esta vez buscando introducir su lengua en aquella cavidad y sus manos jugaban en el pecho del menor, bajando hasta los seguros de aquel pantalón, sus labios estaban concentrados en aquellos otros y sus manos en aquel pantalón.

Ahora si que se estaba pasando, absolutamente cuando todo esa pesadilla terminara se iba a arrepentir de lo que había hecho.

Parecía ser que sus quejas no eran de utilidad, el otro proseguía como si nada…
Su cuerpo siguió temblando constantemente, mientras que sus dientes estaban apretados hasta que notó el mordisco en el pezón, cosa que hizo que dejara escapar un pequeño quejido de dolor, ahora manteniendo sus labios entre abiertos y sus luceros cerrados por completo, con fuerza.

Al escucharle abrió un poco sus luceros, dejándolos entrecerrados y mirando al mayor con sus mejillas completamente sonrojadas, mientras que a la vez su respiración era agitada debido a lo que estaba sucediendo….

Al notar cómo le sentaba encima de la mesa quiso aprovechar para salir corriendo, pero antes de que pudiera hacer nada sus manos fueron liberadas, oportunidad perfecta, pero al mismo tiempo que lo pensó notó como le amarraba de nuevo sus manos pero esta vez detrás de su espalda, peor aún, así le sería imposible moverse con ellas.

Se quejó debido al fuerte amarre que le hizo en las manos. De nuevo sintió como se elevaba, esta vez en un lugar un tanto más cómodo… ¿El sofá? Miró a su alrededor para después al ajeno, su cuerpo temblaba por completo, no podía para…

Observó como este se sentaba encima suyo, pero sin llegar apoyar su peso, retrocedió el rostro al ver como se le acercaba, pero le fue imposible esquivarle. De nuevo, sintió los labios encima de los suyos, pero esta vez notó la lengua del ajeno pasar por dentro de su cavidad, haciendo que cerrara con fuerza sus luceros. –Mmh…- Se quejó, sin recordarlo intentó mover sus manos, pero le fue imposible, no se recordó que las tenía atadas, pero al moverlas se dañó un poco.

No podía hacer nada… Lo único que podía hacer era temblar….

El chico estaba haciendo todo lo posible para soltarse, pero inevitable, Richard tenia bastante agilidad y sobre todo en las manos, tenia años tocando el piano que eso le llevaba una buena coordinación y rapidez para hacer las cosas.

Movía su lengua inspeccionando aquella cavidad que estaba bastante calida, los labios del más pequeño estaban a su merced y eso hacia que prosiguiera aun con aquel beso.

Sus manos abrieron ágilmente la bragueta del pantalón haciendo que dejara a la vista la ropa interior del chico, sus manos jugaron sobre la ropa interior del menor mientras que poco a poco iba bajando, dejando liberada la boca de Carlise, besando todas las partes donde sus labios pasaban, bajo del sillón quedando arrodillado enfrente del pelivioleta, bajándole el pantalón y boxer, dejando a la vista todo el cuerpo desnudo del menor, así Richard tomo el miembro de este y comenzó a lamerlo despacio, jugando lujuriosamente con el miembro.

Notaba como la lengua del mayor vagaba ligeramente por su cavidad, como si suya se tratase, su propia lengua en intento de esquivar al otro iba rozando la de este.
Notaba como finalmente el otro tomaba total control de su boca, haciendo que le fuera imposible volver a tomar control de su propia boca…

Notó como ligeramente el otro abría la bragueta del pantalón, haciendo que se sobresaltara, abrió sus luceros y bajó la mirada, observando cómo este jugueteaba con su ropa interior, se movió un poco, intentando liberarse de este, le era difícil… Sus luceros siguieron humedecidos.. Como si en cualquier momento fuera a estallar en llanto…

Finalmente sus labios fueron liberados de los del ajeno, cogió aire, se notaba que su respiración estaba muy agitada y sus pómulos sonrojados por completo…
Con sus luceros entrecerrados observó como este se bajaba y se quedaba agachado delante de él.

Al ver como intentaba bajarle el pantalón y los bóxer cerró las piernas a la vez que sus ojos, pero el otro le podía…
Ya totalmente desnudo ante los ojos del ajeno…

Su cuerpo no dejaba de temblar…. Le era inevitable.
Mantuvo los ojos cerrados hasta que notó como le agarraba su miembro y notaba como la húmeda lengua del otro comenzó a lamerle.
Entre abrió su boca y de allí se escaparon ciertos gemidos. –Ah… P-parah...- Suspiró a la vez que gemía débilmente, echando la cabeza hacia atrás.
De sus luceros empezaron a fluir pequeñas lágrimas que iban recorriendo sus mejillas con lentitud.
No sabía porque pero su cuerpo comenzó a comportarse de una manera extraña por mucho que él no quería. Su miembro poco a poco fue “despertándose” hacían que cada vez se pusiera erecta ante aquellas lamidas.

Sin quererlo volvió a gemir algo más fuerte que antes. –No…- Repitió echando la cabeza hacía un lado a la vez que su cuerpo temblaba y mantenía sus labios entre abiertos…

Definitivamente esta logrando excitar al chico, era bastante vulnerable y eso le agradaba, sonrió mientras besaba el miembro de este.

"Debes de disfrutarlo" le susurro mientras tomaba un poco de aire y proseguía con lo que estaba haciendo, sin tener mas que hacer, introdujo el miembro, ya erecto del pequeño, dentro de su boca succionando y chupando aquel pene.

Sus manos mantenían abiertas las piernas del pequeño, ya que si la cerraban le iba a estorbar. Después, de unos minutos, de estar trabajando en aquel erecto miembro, se separo de este, levantándose y moviendo a Carlise, colocándolo de cuatro, aun que por sus manos amarradas no podía sostenerse bien, dejando al descubierto la entrada del menor, hizo que levantara las caderas, mientras él se acercaba y comenzaba a lamer el orificio del pelivioleta.

Jugaba con su lengua en aquella cavidad, estaba disfrutando mucho aquello; su respiración comenzaba hacer entre cortada y su cuerpo comenzaba a sentirse excitado por todo aquello.

Apretó los dientes ente aquello, no sabía que le pasaba pero su cuerpo reaccionaba ante tal cosa, incluso llegó a sentir… ¿Placer?
No, pero él no quería eso…. No…. Más bien le era obligado.

En cuando notó como la boca del otro llegaba a succionarle todo su miembro no pudo contener un largo gemido, manteniendo su boca entre abierta en aquello. –Ahh… De-detente….- Dijo a la vez que se le escapaba otro gemido de sus labios, se quejaba, pero sabía que igualmente el otro no pararía con lo que hacía….

Tampoco podía cerrar sus piernas ya que el ajeno las sostenía con firmeza, haciendo que le sea imposible, suspiró y gimió. Su miembro ya estaba erecto por las lamidas de este, cosa que le hacían sentir extraño, una sensación que nunca había sentido…

El otro al detenerse, respiró agitadamente mientras que abría un poco sus luceros, sus mejillas seguían sonrojadas por completo, algo que se notaria a primera vista.
Pero al sentir como el otro le colocaba a cuatro patas, cosa que le fue algo imposible, mantuvo sus brazos encima de su espalda, dejando la parte trasera en alto mientras que la delantera estaba agachada.

Su cabeza tuvo que hacer de soporte ante su peso, ya que sus manos estaban amarradas, cosa que no podía apoyarse con ellas. –Ahh…!- Gimió con fuerza al sentir como aquella lengua volvía hacer de las suyas, pero esta vez por su entrada.
Al tener sus labios siempre abiertos, empezó a surgir de estos un pequeño hilo de saliva que recorría su mentón más ciertas lágrimas que se iban deslizando de sus luceros.
Si continuaba de aquella manera no tardaría en correrse… Claro, era la primera vez que sentía algo igual y no tenía experiencia alguna…

Aquellos gemidos eran música pura para sus oídos, eso solamente alentaba a Richard llegar hasta el final, haciendo suyo aquel delicado cuerpo... eso simplemente significaba dolor para el pequeño, aun que Richard no lo hacia a conciencia y eso le iba a poder mas adelante.

Después de degustar aquella entrada, se separo, lamiéndose los labios, quedando satisfecho de lo que había hecho en ese lugar, aun que para la mente de Richard no era la única cosa que podía hacer; introdujo uno de sus dedos en su boca, humedeciéndolo, para después llevarlo enfrente de entre los glúteos, abriendo aquel par de nalgas e introduciendo el dedo poco a poco hasta el fondo, aquella cavidad se contraía por lo excitado que se encontraba el pequeño y eso le gustaba, a parte de que era virgen, y eso ocasionaba una cavidad tan estrecha. Comenzó a mover aquel dedo en el interior, mientras se levantaba y se colocaba por encima de Carlise, posando su brazo, desocupado, a lado del rostro del menor, el cuerpo mayor tomaba la misma forma que mantenía el cuerpo más débil. Sin más, un segundo dedo fue introducido, esperando que el chico pronto se acostumbrara a la sensación de aquellos intrusos.

Todo lo que había aguantado por un mes estaba desahogándolo esta vez, aun que estuviera tomándolo arrebatadamente y a la fuerza; su cuerpo estaba resistiendo bastante pero poco a poco aquel cuerpo deseaba estar adentro de aquella persona y lo lograría... solamente que todo a su tiempo.

Ciertos gemidos surgían de sus labios a cada lamida del otro le colocaba en su entrada, mientras que su cuerpo seguía temblando, tenía miedo…. Por mucho que le digiera que se detuviera no lo hacía, pero no significaba que se rendaría… Así que con débiles susurros siguió rogándole que se detuviera.

Después de no sentir la húmeda lengua por su entrada respiró agitado, manteniendo sus labios abiertos y su entrecerrar de su mirada, pero ya sin confiarse giró un poco la cabeza en donde vio como se preparaba `para algo más, cual se alertó y entrecortadamente intentó detenerle. -¿Q-que… Vas hacer??- Preguntó mientras que su respiración era agitada y sus pómulos sonrojados por completo.

Pero cierto dolor surgió, un dolor que hizo que gimiera con algo de fuerza. –ahh! D-uele…- Se quejó a la vez que se retorcía un poco. -¡Pa-para ahh….!- Casi lo dijo en un grito de desesperación, aquel dolor era punzante.

Pero no solo eso, si no, también sintió cierto peso, abrió un poco sus luceros y observó al otro encima de él,, después cerró de nuevo los ojos, a la vez que varias lágrimas surgían de sus luceros.
-D-duele….- Repitió a la vez que sentía como otro dedo se introducía dentro de él, algo que hizo que gritase y exclamara con. -¡P-para, duele, ahhhh…!- Quiso apartar al otro de encima suyo, pero le era algo imposible, más aquellos dedos dentro de él hacía que estuviera a punto de….

Se mordió el labio inferior, no tardaría… -Ahh… M-me…- Susurró con la voz temblorosa y con algún que otro gemido débil.
Ante aquellos movimientos dentro de él hicieron que un gemido fuerte saliera de sus labios a la vez que se corrió a la primera.

Jadeó cansado, manteniendo sus luceros entrecerrados y su cuerpo seguía temblando, aun sentía aquellos dos dedos en su interior, cosa que gimió con debilidad….

Escuchaba todo aquello, las suplicas en las que pedía que no siguiera aquellos actos, Richard por su parte estaba disfrutando de todo aquello, estaba embriagado de placer y cólera, cosa que no lo regresaban a la realidad.

"Pequeño travieso..." susurro observando como aquel cuerpo de había relajado por un momento aun que eso no impedía que el peliverde llegara al final con todo eso; sonrió maliciosamente y suspiro.

"Serás castigado por esto..." susurro levantándose de aquel cuerpo sensible, aun no sacaba aquellos dedos y mucho menos los dejaba de mover, con eso le bastaba para poderlo estimular antes de que pudiera saciarse y poseer todo aquel pequeño y frágil cuerpo.

Todo el pequeño cuerpo de Carlise estaba acabado por la resistencia de sentir aquel placer que el maniático de Richard le estaba proporcionando, desde que lo había comenzando a tocar no había parado de temblar y de resistirse a sentir aquella maravillosa experiencia... una nueva... según tenia entendido el peliverde.

Después de unos minutos, saco aquellos intrusos de la cavidad, tal vez para el cuerpo de Carlise eso iba a ser lo último, aun que para Richard no era todo, aun faltaba lo mejor de todo; saco su miembro de entre sus ropas y se preparo para penetrar al pequeño.

"Relájate por favor" le dijo y sin mas comenzó a meter su pene, poco a poco en aquel lugar tan estrecho, sintiendo aquella sensación en todo su cuerpo, parecía que no iba a aguantar mucho aun que eso era mejor para el pequeño.

Se mantuvo del mismo estado, agitado y con sus mejillas sonrojados, más, gemidos seguían surgiendo de sus labios ante aquellos intrusos dedos que aun los seguía sintiendo dentro de él más los movimientos que este hacía. Lo gemidos surgían y surgían a pesar del cansancio, miedo que sentía.

Pero ahora… Se podría decir que sus gemidos no eran exactamente de dolor… Se había acostumbrado a tener esos dedos dentro, cual mucho dolor no sentía.
Aun así ponía resistencia, pero ya nula.

Al escucharle, deslizó su mirada poco a poco hacía el otro, con la respiración agitada y con la voz temblorosa le pidió de nuevo que se detuviera, pero parecía que no entendía a razones.

De nuevo, soltó con gemido al sentir como quitaba los dedos de dentro de él, un alivio que sintió al no notarlos, cerró los ojos agitado, nervioso con miedo solo en pensar en que haría el mayor…
Pero en cuando quiso darse cuenta un gran dolor sintió, un dolor que incluso hizo que derramara lágrimas al instante.

Gritó de dolor ante aquello, diciéndole que se apartara, que no siguiera con eso a la vez que gemía de dolor, apretó sus manos amarradas, temblando por completo mientras que aquel dolor se mantenía allí. –Ahhh… Pa…ra…!- Dijo agitadamente y dolorido, casi se podría decir que sus palabras ni podían salir de sus propios labios…

-D-du…ele… Ahhh!- Cerró los ojos con fuerza mientras que seguía derramando lágrimas sin cesar.

Persiguió a comenzar con la embestidas, todo aquello era fascinante, aun que muy en el interior de su corazón no lo quería hacer, estar en esa posición con esa persona le era muy incomodo y eso le molestaba un poco, pero desde el principio había estado cegado a lo que estaba haciendo y no tenia voluntad propia de parar, aun que aquellas suplicas, que desde principio habían estado sonando ahora eran muy pocas aquella suplicas que recibía de aquel ser.

Toda la habitación estaba inundada de aquella voz, susurrando, gimiendo, llorando... jadeando... si, ahora en aquella habitación solamente se podía sentir la excitación de aquel peliverde que estaba poseyendo a aquel chico, la lujuria que se había estado guardando desde que aquel pequeño entro en aquella casa, ahora estaba ahí logrando tener todo de aquel cuerpo, virgen, hasta ese momento, y frágil.

Sus embestidas comenzaban hacer más rápidas y con un poco mas de fuerza, todo aquello estaba ahí, concentrado en aquella pareja, enfocado en lo que Richard estaba haciendo...

Después de estar embistiendo aquel pequeño, por fin llegaba la hora en que todo lo que había hecho llegaba a su fruto, su coraje poco a poco comenzaba a apaciguarse, aun que no era completamente; si por fin, llegaba al clímax de todo eso y así terminaba con todo aquello. Con un gemido termino aquello, se vino, aun que antes salió del pequeño, no deseaba llegarse adentro del pequeño, no hoy, no hoy que se había molestado con Carlise, así que era mejor terminar de esa manera; sin mas se dejo caer dejando debajo el cuerpo del chico, estaba cansado y lo único que deseaba era regresar a su respiración normal y común, tranquilo cerro los ojos, descansando de todo lo que pronto se iba a arrepentir

En aquella sala solo se podía escuchar sus llantos, las suplicas que le decía, los jadeos, gemidos… Todo aquello hacía como si sonara en un eco.
Mantuvo sus luceros cerrados con fuerza, tenía miedo, dolor, pánico… Ante las embestidas que el otro hacía se quejaba con cierta fuerza pero a la vez débil…

Su mente solo se mantenía en una cosa… Dolor… Aquello hacía que le doliera es más si continuaba de aquella forma no tardaría en venirse de nuevo. Jadeante y lloriqueando le iba suplicando que se detuviera, hasta que finalmente de sus labios no salió nada más que gemidos de dolor.

Ya no aguantaría…. No… Ante la última soltó un gemido más fuerte que los anteriores y llegó al clímax, de nuevo corriéndose e intentando recuperar el aliento.
Jadeó cansado a la vez que abría un poco sus luceros al notar como el otro se dejaba caer encima de él.

Los mantuvo entrecerrados, pero como si de ellos no hubiera vida alguna, después escondió el rostro a la vez que sollozaba, ¿qué había pasado…? Había sido… Solo cerró los ojos con fuerza, ahora no quería saber nada más del otro, no le quería ver… No más… Ahora le había cogido miedo….

Todo aquello había sido tan inesperado y tan rápido que no sabia que pensar... mas bien dicho no estaba pensando... era mucho mas conflictivo a cuando tomaba mucho y aun seguía en sus casillas... en realidad todo era confuso... todo estaba nublado... desolado... y triste...

Se levanto del sofá, se acomodo el pantalón y tomo su saco colocándoselo al chico, para que cubriera su cuerpo, lo tomo en brazos y camino a las escaleras, subiendo a su recamara, ya en ella recostó al pequeño en la cama, cubriéndolo, ya que esa noche había estado muy fría y no quería que el pequeño se enfermara.

Después de depositar al pelivioleta en la cama tomo algunas ropas y se dirigió al baño, se ducho y después regreso, acostándose a lado del chico para poder descansar; después de todo lo que había pasado lo único que deseaba era descansar, sabia que a la mañana siguiente tenia que asumir lo que había hecho y por el momento tenia que meditar y descansar de todos los pensamientos que le invadían en aquel momento.

Si tan solo se hubiera calmado, o más bien si no hubiera cometido el error de llevar a aquel chico a su casa, sabiendo que Carlise se encontraba ahí... todo eso no hubiera pasado... simplemente había sido un enorme error y ahora no podía remediarlo... o más bien dicho... borrar aquella experiencia de la memoria del menor.

Sus sollozos no desvanecían, al contrario, parecía ser que fuera cada vez más fuerte, pero al notar cómo le cubría y seguidamente le levantaba abrió sus luceros, no tenía fuerzas para evitar que le tocara… Para poder deshacerse de aquellos brazos que ahora mismo le rodeaban.

Np quería escucharle, no quería verle… Le tenía miedo… No quería acercarse más a él… Algo que hizo que a partir de aquel momento sus labios se quedarían sellados.
En cuando el mayor llegó a quitarle la corbata que permanecían sus manos ajuntadas, las miró por encima, observando como la marca se quedaba en su piel, pero aquello quizá solo perduraría algunos días… ¿No?

Con la mano diestra se agarró la muñeca izquierda, dándose unas pocas caricias en ella, claro que igualmente no pudo callar sus sollozos.
En cuando notó que lo depositaba encima de la cama, se fue a un rincón en donde allí permaneció quieto, sin llegar a moverse ningún centímetro.

Su cuerpo seguía temblando, quizá por el frio pero lo más probable que sea por…. Cerró los ojos con fuerza mientras que se encogía sobre sí mismo.
Ahora solo quería salir de aquel infierno…

Al escuchar cierto ruido y algo a su lado giró un poco la cabeza; ¡era él!
Rápidamente se alejó de él, quedando en la punta de la cama, bien alejado del ajeno.

Las horas seguían pasando, pero no podía coger el sueño…. Por mucho que se sentía cansado no podía dormir sabiendo que estaba en la misma cama que él…
Entrecerró sus luceros aun humedecidos, se giró sin hacer ruido y lo visualizó, pensó que quizá se había a dormido, perfecto.

Se levantó sin llegar hacer ruido alguno, como si de un felino se tratase, cogió su ropa y alguna que otra de sus pertenencias, para después salir de aquella habitación.
Dirigiéndose hacia el baño en donde se bañó lo más rápido posible, quitándose del cuerpo aquella “impureza”.

Hecho esto se cambió y se dirigió hacia la puerta de salida, en donde giró por unos segundos su rostro, observando todo aquello, mientras que de sus luceros iba resbalando cierta lágrima de cristal…

Era el momento de marcharse… De irse de casa… Se podría decir que estaba huyendo de casa…
Cerró los ojos y finalmente abrió la puerta y de ella salió, dejando todo lo que se encontraba dentro atrás.

Lo anterior le había hecho hacer que no quería estar más con nadie… Ahora, solo quería estar solo… Y… Sin ganas de verle…