Al aprovechar en máximo su verdadera libertad, tras varios años encerrado injustamente en las corporaciones de Hanori, había decidido en su "grande triunfo" conocer cada una de los rincones en la ciudad. Comenzaría en zonas claramente habitadas y donde no tuviera problemas de orientación a la hora de regresar a su provinciano y afortunó hogar. Parques, centros comerciales y plazas eran la lista imaginaria que formaba su cabeza para ir explorando su entorno en la isla. Atreviéndose incluso en elaborar visitas a las zonas más peligrosas o donde lo llevaran inconscientemente sus pies.
Al ser uno de los primeros lugares en la lista. Sus pasos lo habían llevado a unas de las tantas principales plazas de Zados. De exquisitas tiendas y luciendo un agradable ambiente. Sin duda era un buen lugar para tomarse unos momentos de relajación. Las muchas tiendas y segundos, terceros y hasta quintos pisos de construcción de la plaza lo habían desorientado un poco en sus errantes pasos.
Por lo que frunciendo el ceño, en el pequeño paseo de Jounochi se había interrumpido al verse perdido y desorientado en medio de la multitud de gente a su alrededor. Alejándose un poco del centro, camino por las orillas de la plaza alcanzando a divisar una de las tantas bancas del lugar. Apresurando el paso llegó hasta una de las bancas, "ignorando" que estuviera ocupada por un extraño sujeto de cabellos rubios, se sentó en ella con una prudente distancia del desconocido para soltar un imperceptible suspiro de frustración…
-…Tks-