Departamento de Ryusei [lemon-Paul]

Esta situación era nueva para el, nunca pensó en la posibilidad de comprar un esclavo, ni siquiera cuando su tío se lo propuso lo tomo enserio, considerando los detalles de su vida, no seria algo que el haría. En fin, ya estaba ahí, después de casi correr para hacer la entrega que tan descuidadamente olvido, no había mejor lugar que casa. Su pequeño y confortable departamento le abrió las puertas a su dueño, que ahora venia acompañado de un nuevo inquilino.

Ryusei dejo su mochila en una silla que estaba al lado de la entrada y se giro observando al muchacho, obviamente mucho mas alto que el, sintió escalofríos al sentirse tan pequeño y dudaba que debía decir ahora.

- Escucha, no me gusta esto de los esclavos, pero mi tío dijo… el vendedor… yo estaba… - no terminaba de explicarse, pues ni el mismo savia muy bien porque había comprado a Paul. Guardo silencio solo unos segundos bajando la cabeza y ordenando sus ideas. – No quiero llamarte “mi esclavo”, serás… mi ayudante… de acuerdo?

- Llámame por mi nombre. – le pidió dándole una sonrisa y enseguida miro las pertenencias que Paul llevaba, como era parte del trato, en Hanori cada esclavo venia con 2 cambios de ropa, aun así el chico no estaba muy seguro de que esa clase de ropa le gustara mucho como para que el mayor anduviera en casa, de verdad era bastante perturbadora la forma en que se le adhería al cuerpo; de cualquier manera no había mas, ya después se encargarían de eso.

- Paul, te mostrare tu habitación para que dejes tus cosas en ella, espero sea de tu agrado. – le volvió a sonreír y lo encamino hasta el pasillo mas cercano, en el había 2 puertas una a la derecha y otra a la izquierda, y una mas al fondo. Ryusei abrió la de la derecha, que a pesar de estar vacía tenia muy buen aspecto y se encontraba bien limpia.

- Este es tu nuevo cuarto, cuídalo y siéntete cómodo. – dijo el muchacho sentándose en la cama y mirándole muy alegre.

Mientras Paul revisaba su nueva habitación Ryusei saco su celular de la bolsa del pantalón y veía los mensajes, como era de esperarse ya tenia uno de su tío quien había sido avisado de que en una de sus tarjetas de crédito se le había cargado una suma de dinero un tanto grande, por lo menos lo suficiente como para ameritar el ser notificado. En eso estaba cuando escucho que el mayor le hablaba.

- Que no es lo mas normal? – si era normal que 2 hicos que apenas se conocían durmieran en diferentes habitaciones pero Ryusei savia perfectamente a lo que Paul se refería, ya que era aun mas normal que los esclavos fueran comprados para satisfacer los deseos sexuales de sus amos y por consiguiente durmieran con ellos. – Tu… preferirías dormir conmigo entonces? - le contesto amablemente y sonriendo comprensivo. Jeje, disculpa si no soy un amo normal, pero hare lo necesario para que te sientas cómodo, me gustaría que verdaderamente nos llevásemos bien. – sonrío hasta casi serrar sus ojos.

Se mostraba serio y calido como era su costumbre; cuando escucho que Paul solo deseaba leer sintió algo punzante en su pecho, esas eran palabras que para el significaban mucho. Pero todo aquello se nublo en su mente cuando apreció las calidas manos de su esclavo sobre las suyas, las miro e instantáneamente volteó a ver el rostro de Paul, encontrándose de lleno con su penetrante mirada. Entrecerró los ojos con las mejillas encendidas en rojo sin apartar la vista de aquellos hermosos ojos.

- Puedes leer lo que quieras… eso no es problema… - el no quería ser como los demás amos que abusaban de sus esclavos pero en esos momentos sitia unas ganas tremendas de saborear esos finos labios.

Un suspiro se escapo de la comisura de sus labios, con la mirada al piso.

- Sobre eso… creo que hay algo que te alegrara mucho – le sonrío aun con el sonrojo en sus mejillas y se puso de pie para salir de la habitación. Condujo a Paul hasta la estancia donde había una enorme repisa llena de libros.

- Mi tío me los compra, la lectura es algo que a mi me fascina y pues… - hizo una corta pausa remembrando en la historia que tenia con ese hombre que podría muy bien llamarse su padre. – Bueno, puedes tomar los que quieras. – se paro en medio de la estancia y cortésmente pregunto. – Tienes hambre? O quizás deseas tomar un baño?

- Jeje, si, mi tío es una gran persona. Pero no Paul, tu eres el que elijes esta ves, después de todo se trata de tus necesidades, así que si gustas de un baño entonces te lo preparare. Ben conmigo.

Lo guío hasta el baño que tenia azulejos blancos, se inclino poniendo el tapón en la tina y abrió la llave para que esta se llenara. Se quedo un momento de rodillas apoyado sobre la orilla de la tina revisando la temperatura del agua, dejo la mano dentro cerrando los ojos.

- Yo también necesito un baño, relajarme me sentaría bien – suspiro. – Ben, toca el agua para ver si es de tu agrado.

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando la presencia de Paul se hizo tan notoria a sus espaldas y sus manos se encontraron en el agua.

- Paul... quítate la ropa, yo preparare algo de cenar. – se soltó del agarre y se puso de pie para después detenerse en la puerta. – A si, relájate, te traeré una toalla, debo sacarla del armario. – salio del cuarto de baño.

Salio del baño para dirigirse a la cocina, pensó en preparar algo de espagueti, era rápido y le daría el tiempo suficiente a Paul para que disfrutara de la tina y se aseara. Con el paquete de fideos en la mano puso la otra en su cuello, después el seria el del baño, aunque la idea de compartir tina se le cruzaba fugas en su cabeza río por sus pensamientos y se puso a preparar el platillo. Después de terminar se trepo hasta la parte mas alta del armario y alcanzó a bajar una toalla para Paul.

Toma, esto es para ti. – Entro dirigiendo su vista lejos del cuerpo que yacía en la tina. Se acerco y dejo la toalla en un pequeño mueble que estaba aun lado.

- No es necesario que te apures, no tomare el baño hasta que te haya acompañado a comer, es un poco desagradable comer solo estando alguien mas en casa. Te espero en la cocina. – sonrío amablemente, tenia pensado preguntarle a Paul un par de cosas para entender mas lo que era su vida y distraer su cabeza de su atractivo físico, al menos esperaba que eso funcionara.

Termino del todo en la cocina y sirvió los platos.

- A Paul, ya volviste, disfrutaste el baño? – lo miro ahí parado con esas ropas tan sensuales sintió como el calor recorría su cuerpo. – Mañana iremos de compras, no creo que esas sean muy cómodas para dormir, discúlpame el no poder proporcionarte algo ahora, pero mi ropa es seguro que no te quede. – Comparando el tamaño de Ryusei con el de Paul eso era un hecho. – Toma asiento. – indico el muchacho al peliplateado. La comida aun humeaba por el lo caliente. – Paul, dime, tu fuiste creado en la compañía?

- Supongo que eso es algo no muy agradable de recordar ee… seamos justos, yo pregunte, ahora tu pregunta, y después yo, así como los juegos de los niños, será mas agradable supongo y hará muy amena nuestra comida, además… me gustaría saber mas con quien estoy viviendo. – le sonrío amablemente tratando de asimilar lo duro que podía ser eso para el a pesar de que tratase de disimularlo.

Enrolló un poco de espagueti en su tenedor que después introdujo en su boca. Se percato de la incomodidad de Paul, así que sonriendo le contesto.

- Los libros son como la vida, hay uno para cada momento, uno de los últimos que he leído y que por ahora encabeza mi lista es “La tumba”. Se trata de la vida de perdición de un chico. Es muy realista, por eso me gusta. No estés nervioso – dijo inclinándose hasta Paul y puso sus manos sobre las suyas. – Aunque quizás te parezca grosero pero… Que cosas te enseñaron en Hanori? Me da curiosidad el pensar que me hubiera… - hizo una corta pausa. – Sus métodos están un poco ocultos de las personas, se sabe muy poco, y con justa razón, no quieren competencia jeje… - aun sostenía las manos de Paul y se inclinaba hacia el, hablaba tranquilo y con la mayor cortesía posible.

Los colores subueron a su rostro inmediatemente y un intenso calor se esparcia por cada fibra de su cuerpo. ¿Como explicar las cosas que en ese lugar le enceñaron? No era nada facil comentar todo lo referente al tema, asi que tardo unos segundos en pensar las palabras exactas con las que explicaria todo.

-No enceñan lo basico que enceñan en todas las escuelas, a leer y escribier, nos enceñan pues... el amo Ryusei debe saberlo... nos enceñan a complacer todo lo que nuestros amos pidan, nos enceñan sexo y todo lo que eso conlleva... no se si me explique o quiera algo mas especifico.

Parpadeo un par de veces, el sonrojo en Paul lo hacia ver tan bello, además de que sus palabras lo hicieron reflexionar, si se sonrojaba al recordar todo lo que le habían enseñado quizás es porque habían sido muy explícitos en los métodos de satisfacer a los amos, esto provoco un sonrojo también en el ojiplata, estaba muy cerca de Paul, trago saliva pero no tubo la fuerza de voluntad necesaria para alejarse de el, quería verle de tan cerca como se pudiera.