Sus oídos fueron inundados con la voz del placer de su esclavo mientras su propio cuerpo se reponía de las sensaciones descontroladoras de su reciente orgasmo. Apretó los dientes al sentir los cálidos fluidos del esclavo llenar su interior. Abrió la boca soltando un suspiro para después recibir los labios de Paul que comenzó a besar correspondiendo su tibieza. Los beso lentamente disfrutando del sentimiento de relajación que ahora lo inundaba, se sentía cansado, la deliciosa fatiga que te provoca un sueño profundo y tranquilo. Acaricio el rostro de su esclavo, ese bello rostro tan suave que le provocaba sonrojarse al verlo, aun después de lo ocurrido.