Un neko herido (Jahi)

Lo siguio abrazando mientras escuchaba lo que le decia algo sorprendido con su forma de hablar en especial teniendo en cuanta que podia haber muerto.
- fui yo, cuando te encontre temi perderte- volvio sertir aquel miedo mientras recordaba la escena y acerco su labios tiernamente para lograr convencerse a si mismo que aquello no era un sueño y que Kudo en realidad seguia alli con el.

-Sabía que eras tu...- Le dijo dulcemente acariciandole el rostro para luego besarle en esos tiernos labios.- Gracias a ti estoy de vuelta, tu voz me llamó y yo volví de donde estaba...y en verdad no quería volver estaba tan cómodo y tranquilo...hasta que te escuché tu voz me llegó llena de tristeza y no pude quedarme, debía volver aunque estuviera aun enfadado conmigo.- Le miraba con los ojos llenos de amor, cálidos y tiernos, mientras continuaba acariciando el rostro de su querido amo con sus pequeñas manos.

- no se que habria hecho si no regresabas, me senti tan asustado cuando te vi inconciente entre mis brazos, temi perderte en aquel momento- lo abrazo ocultando un poco sus rostro para que Kudo no viera las lagrimas que salian de sus ojos, no queria que Kudo lo viese llorar pero en ese momento todas las lagrimas de temor que habia sentido en aquel momento parecia convertirse en lagrimas que brotaban de su rostro.

Al sentir que Jahi lloraba el neko se inquietó y buscándo su rostro lo besó repetidas veces.

-No...no llore.- Le pedía con tristeza.-No me pasó nada, miré...estoy aquí...no llore, né? prometí ser bueno no quiero verle llorar...porque me hará llorar también.- Tarde dijo esto último ya que gruezos lagrimones zurcaban raudos sus mejillas.- No quiero que verle triste, prometo no ir a ningun lugar...-Ya no sabía que más decir para hacer sentir mejor a su amo, más que, besarle por cada lágrima que derramaba.

Recibio el beso de Kudo, no entendia porque pero le agradaban los labios de neko, eran dulces y a la vez calidos, sus besos parecian tranquilizar su agobiado espiritu.

- no lloro- limpio sus lagrimas rapidamente para que neko no las volviera a ver, limpio tambien las lagrimas que caian por las mejillas del neko con delicadeza, acariciando sus mejillas mientras lo hacia.

- yo no lloro tu tampoco llores-le dijo con una suave sonrisa en su rostro

Lo miró sorprendido, era la primera vez que le veía sonreír así, sin ironía ni falsedad. Se dejó secar las lágrimas y también le sonrió.

-Se ve lindo cuando sonríe así...- Pensó en voz alta sin dejar de mirarle, pero al darse cuenta de que lo había dicho se llevó una mano inmediatamente a los labios.- Eto......- se sonrojó.

Se sorprendio un poco al escuchar a Kudo, concientemente no habia pensado en sonreir, esa sonrisa habia aparecido sin pensarla sobre sus labios como si fuese un acto reflejo producto de estar con el neko.

Acaricio suavemente sus sonrojadas mejillas sin saber el por que, parecia que nacia acariciar al gatito de esa manera.
- tienes que descansar...aun tus heridas no estan del todo bien-

Reía algo avergonzado mientras caminaba con cuidado hacia la cama.

-Parece que el golpe fue fuerte, né?.- Se atrevió a bromear, estaba feliz ante aquella preciosa sonrisa que había tenido la suerte de ver dos veces. Miró por la ventana y se dió cuenta de la hora.- Jahi? usted no tenía que trabajar?.- Al parecer el neko aun estaba algo desorientado con respecto a la hora y el día.

- si lo debe haber sido- dijo un poco cabizbajo al recordar los golpes que habia visto en el cuerpo de Kudo cuando lo revisaba.

Se quedo sorprendido cuando Kudo le hizo recordar su trabajo, casi se habia olvidado de el y no hbia ido el dia anterior pero en realidad en ese momento eso le importaba poco o nada.
- es temprano...y demas hoy no ire a trabajar-

-Temprano?.- Le miró algo confundido.- Pero si recuerdo que era pasado el medio día cuando salí corriendo de casa...cómo va a ser temprano?...m...- Una fuerte punzada de dolor atravesó su cabeza que le hizo llevarse una mano a la frente.

Se acostó nuevamente con el rostro serio aun pensando en lo de la hora.

- no importa eso ahora, mañana iremos a casa y tu debes descansar- le hablo dulcemente ayudadole a recostarse.

- duerme, yo no me ire a ningun lado, me quedare aqui hasta que despiestes- le dijo mientras que se acomodaba a su lado. No tenia sueño pero presentia que el neko no se queria quieto si no se quedaba con el.

Su rostro se animó al escuchar que mañana se irían a casa, se acurrucó en la cama tomandole la mano a su amo. Al parecer ya era una costumbre para el neko.

-En verdad quedará aquí, né?.- Le preguntó mientras le miraba algo inquieto para luego mirar por la ventana, como para convencerse de que era temprano.- Pero si debería estar atardeciendo....- Susurró dando un suspiro, cerrando sus ojos y estrechando un poco la mano de su querido amo.

- me quedare aqui...no pienso ir a ningun lado- dejo que Kudo le cogiera mientras que se ponia a reflexionar sobre sus actitudes que eran en realidad ilogicas para el, no llegaba a entender el porque era asi con Kudo porque lo besaba si solo habia besado a sus clientes y a sus amos pero no por cariño pero con Kudo aquello era diferente, se sentia bien al tocar sus labios, era una sensacion de paz mezclada con agitacion al mismo tiempo.

- alli esta el amo enamorado...- se escucho una voz algo despectiva a lo lejos
- calla te pueden escuchar...- se escucho otra voz y pronto los dos enfermeros que habian hablaron siguieron caminando por el pasillo.

- ¿amor?- dijo en voz baja para si mismo, ¿podia ser amor lo que sentia por el neko?, movio la cabeza en forma de negativa, eso no le parecia posible.

Sonrió ante las palabras de su amo. Cuando se estaba quedando dormido escuchó a los enfermeros, no entendió lo que decían, pero el sólo hecho de escucharlos le hizo dar un respingo y acurrucarse aun más.

Cada sonido y olor del hospital le recordaba los "castigos" en los laboratorios en Hanori, los terribles recuerdos amenazaban con asaltar sus sueños, pero el tíbio contacto de la mano de su amo los mantenía lejos, como si la cálidez de Jahi fuera un escudo protector.

Cuando los ruidos hechos por los enfermeros se acallaron el neko suspiró más tranquilo y se durmió, sin soltar la mano de su amo.

El tiempo paso rapido y pronto llego el momento de su salida del hospital. Jahi aun no entendia porque se preocupaba tanto por el gatito pero ya se daba cuenta que lo hacia.

No podia dejar de pensar que era extraño que Kudo no recordara lo que le dijo antes de salir corriendo como lo hizo, aunque por una parte pensaba que era bueno por otra pensaba que podia ser un sintoma o de algo y aun si no lo era tenia miedo de que Kudo huyera de nuevo si le venia a la mente de forma repentina aquel recuerdo.

- es hora de irnos Kudo- le dijo tomando de la mano al neko que parecia no ver las horas de salir del lugar.

-Ya nos vamos!?.-Preguntó tan feliz que casi daba brincos. Había estado caminando impaciente desde la mañana meneando su cola con rápidos movimientos mostrando su inquietud.

Y tomado de la mano de Jahi salió del hospital con una sensación de alivio casi abrumadora. Quería estar de vuelta en casa, en la tranquilidad de las habitaciones y a la tibiesa del sol entrando por la amplia ventana del dormitorio.

-Né, Jahi...me dejará preparar la cena?.- Le preguntó son una sonrisa radiante.- Prometo no hacer esfuerzo y si quiere podríamos cocinar los dos, né,né?.- Estaba feliz y entusiasmado como un niño antes del cumpleaños.

Suspiro al ver la emocion de Kudo por preparar la cena, ya conocia a Kudo asi que suponia que si no le dejaba hacerlo se pondria a limpiar el baño o algo asi en su ausencia ya que al gatito le costaba mucho estar quieto.
- cocinaremos los dos, asi vere que no hagas mucho esfuerzo- concluyo, esperaba que Kudo no discutiera aquello ya que el sabia que tenia que seguir alas indicaciones del medico.

-Eh!!!.- Exclamó celebrando, más que el hecho de cocinar la cena era que, cocinaría junto a su amo.

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