Ahora somos tres

No tienes por que agradecerme. Obed... quédate conmigo esta noche, aun que sea esta sola noche. No haré nada hasta que tu estés preparado.
Pero antes, quiero ir a ver a Kudo, ver como esta y hablar un poco con el, claro siempre y cuando no termine sacado a patadas de su habitación.

Le beso una ultima vez de manera ligera en los labios antes de incorporarme y dar paso a que el hiciera lo mismo.
Me levanto del sillón esperando a Obed para que me acompañara a la habitación de Kudo.

Llegamos a la habitación de Kudo y ahí estaba el, sentado junto a la ventana, ya había caído dormido. Me acerco a el y lo levanto en brazos y llevarlo a la cama.

Obed ayúdame a acomodar la cama, y ponerlo dentro de las cobijas, también debemos cerrar las ventanas, esta empezando a hacer frio, se siente frío, con las mantas ya se calentará, creo que hablare mañana con el.

Creo que tienes razón, bueno, vamonos será mejor dejarlo tranquilo por esta noche.
Ya mañana me dirá su opinión de lo que quiero para el y Jahi.

Salimos de la habitación dando un ultimo vistaso a la recamara y a Kudo. Estaba ya durmiendo un poco mas tranquilo, eso por el momento me dejaba satisfecho. Cierro la puerta tras de nosotros.

Obed Vamos a la cama, creo que este día fue bastante cansado. para los cuatro, solo espero que Jahi no este haciendo tonterías por esta separación. me preocupa de igual manera como Kudo. Bueno Vamos ya, esta empezando a enfriar.

En camino a obed del hombro hacia mi recamara, como si ya lo hubiera hecho con anterioridad, pero era la primera vez que el pasaría la noche conmigo.

Es verdad, y la ropa no la traen sino hasta mañana. Te buscare algo que pueda quedarte, tal vez alguna camiseta larga o camisa, no tengo ropa tipo deportiva para que puedas usar, por que como ya habrás dado cuenta tengo serios problemas con el guardarropa.

Camino hasta el armario y empiezo a buscar algo, por fin encuentro una camisa blanca que no había usado ya hace un tiempo, ya que se había encogido un poco y las mangas me quedaban cortas, pero para Obed le quedaría igual de larga.

Bueno espero que te guste, esa podría ser tu pijama por hoy, te la regalo, no la use mucho, ya que se encongio muy rápido, no la use mas que dos ocasiones y esta limpia. mientras acomodo la cama, si quieres puedes usar el baño y cambiarte ahí. no hay prisa. No lo decía y no me atrevería a decirlo, pero me gustaba el pensamiento de ver su piel. Al contrario yo acostumbraba a dormir sin ropa, tan solo los interiores o aveces sin nada.

Al escuchar abrirla puerta solo puedo voltear a ver a Obed, se veía muy bien en esa camisa. Se denotaban sus piernas largas y delgadas, muy bien torneadas ademas de eso. Bueno quería ver su piel y ya lo había logrado. Sin mucha preocupación...

Que lado prefieres de la cama, ami me es indiferente el lado, con tal de descansar esta bien. Puedes poner tu ropa en el sillón si gustas, mañana ya traerán la ropa que compramos hoy, y ya podrás cambiarte a gusto. Yo entrare al baño a darme una ducha rápido y salgo. Si quieres puedes ir a comodandote. Regreso no tardo.

Me dirijo al baño y entre cierro la puerta, abro la llave de la ducha mientras el agua se calentaba me voy quitando la ropa para poder entrar a gusto. Esperando que tal vez cuando saliera Obed ya estuviera durmiendo, ya que era demasiada la tentación de tener lo en mi cama y no poder tocarlo. Pues no haría nada que el no quisiera.

Me había caído muy bien el baño, solo me coloco una de las toallas en la cintura mientras con la otra terminaba de secarme el cabello, para mi era mas normal salir del baño de esa manera o aveces sin nada. Pero estando Obed allí creo que lo mas apropiado era por lo menos salir con la toalla, Obed ya estaba en la cama de lado de la ventana, por lo que me siento del otro lado de ella, secándome el cabello. Pero pude distinguir su rostro sonrojado. Me gustaba Obed, ya lo había confesado, pero de ahí a que terminara haciendo alguna otra cosa con el ya rebasaba mis limites por el momento. Me meto por fin a la cama y estiro mi brazo para apagar la luz de la lampara de la mesa de noche, solo la luz que entraba a través de la ventana era suficiente para poder ver a Obed. Me quito la toalla que llevaba en la cintura para dormir completamente desnudo.

Sera mejor dormir, mañana será un día con mucho trabajo.

Despertó de un sobresalto desconociendo el lugar en donde se encontraba, se sentó abrazandose las rodillas mientras miraba asustado a su alrededor "Jahi?...Dónde estas?...donde me encuentro...." sentía como las lágrimas amenazaban con salir, respiró hondo para refrenerlas.

Se bajó de la cama y descalzo caminó, silencioso cual gato, por la habitación abrazado a la almohada. De pronto, al estar frente a la ventana, los recuerdos de esa tarde volvieron como un balde de agua fría sobre el neko. Quien rompió a llorar enterrando el rostro en la almohada y cayendo de rodillas junto a la ventana.

En la quietud de la noche sus llantos no eran más que un silencioso lamento, como el viento que llora la auscencia de la luna.

Se acurrucó ahí mismo abrazado a la almohada. Tenía los ojos muy abiertos y veía todo a ras de suelo.

Se quedó ahí llorando en silencio.

La noche estaba fría, no acostumbraba a dormir con cobijas extra, sol la sabana y el cubre cama, por lo que podía sentir el temblor de Obed a pesar de estar alejado. Me coloco de lado y lo único que veo es su espalda, faltaba una almohada, por lo que suponía que la tenía abrazada para cubrirse un poco del frío. Me acerco poco a poco a el hasta llegar a abrazarle, pasando mi mano por la cintura y la otra por encima de su cabeza.

Hace frío, por que no en vez de abrazar la almohada te abrazas a mi brazo, yo cubriré el frío por esta noche. Ademas quiero estar a lado de la persona que me gusta y quiero.

Le beso el cabello y escondo un poco mi cabeza en su espalda.

Entonces así serán todas las noches. de ahora en adelante.

Quería decir mas, pero el golpe de que algo caía me saca de mi cómoda posición, del único lugar donde podría venir ese ruido era de la habitación de Kudo. Me separo un poco de Obed y voltear a la puerta.

Será mejor que vaya a ver que ha pasado. No quiero que Kudo se haga daño. Espérame aquí.

.Me levanto, dejando a Obed en la cama, voy al baño y saco una bata para poder salir de la habitación

Llego a la habitación de Kudo, abro la puerta y lo que encuentro es a Kudo en el suelo, llorando, abrazado a una almohada. Me acerco lentamente y me hinco junto a el acariciando su cabeza.

Anda regresa a la cama, hace frío, Prometo mañana hablar contigo con mas clama, pero lo que debes hacer por estos momentos es descansar y tratar de dormir. Dime que puedo hacer para que puedas estar en cama, no puedo regresarte con Jahi, por eso, por favor vayamos ala cama para que trates de descansar.

Lo levanto en brazos ya que no se veía dispuesto hacerme caso y llevarlo a la cama.

Había cerrado los ojos y se estaba quedando dormido cuando una voz le despertó. Se abrazó a la almohada asustado, pero al reconocer la voz de Frederich se relajó aunque no dijo nada.

Se dejó llevar hasta la cama sin soltar la almohada y al escuchar el nombre de su amo nuevas lágrimas comenzaron a brotan de sus enrojecidos ojos.

Una vez acostado se acurrucó hecho un ovillo, su cuerpo temblaba a causa de haber estado tanto rato en el suelo. pero ninguna queja salió de los lábios del neko, simplemente cerró los ojos.

Me siento en la orillad e la cama, acaricio sus cabellos de manera gentil, sus llantos eran bajos, pero los escuchaba a la perfección por el silencio de la noche. Me era insoportable la idea de haber alejado a esta hermosa criatura del ser que amaba. pero si era por el bien de ambos solo podía dejar que las cosas siguieran su curso, me levanto y busco en una de las repisas del armario, en el fondo de este estaba un oso de peluche que jamas había sido sacado de su envoltorio, al igual bajo una manta, regreso a la cama y hablo a Kudo.

Dame esa almohada y abraza a este chico que siempre a estado solo. Siempre estuvo esperando a alguien para que le abrazara, y creo que ya llego esa persona. Es tuyo desde ahora, cuídalo y el te cuidara también.

Me sentía raro, tal vez así me hubiese sentido si hubiese tenido la oportunidad de tener a esa personita ahí en casa. Cubro a kudo con la otra manta para que entrara en calor.

Abrió los ojos lentamente al oir que le hablaba pidiéndole la almohada, se sentó y se la entregó sin levantar la mirada. Pero al ver al oso de peluche lo tomó con delicadeza, como si fuera de verdad, y le dió un fuerte abrazo con un denso suspiro, para después mirar a Frederich por primera vez desde la tarde.

-...Gra...gracias...- Susurró suavemente mientras estiraba la mano para tocar la del mayor sin separarse del oso.

El pequeño kudo abraza al oso, eso me hizo sentir bastante bien. Al menos ya no estaría solo en la noche.

No es nada pequeño. Ahora será mejor que duermas, mañana podremos hablar esta bien? Pero antes que nada, espero que le pongas un buen nombre, ya que te va acompañar de ahora en adelante.

Acaricio su cabeza de manera gentil, y me acerco a darle un beso en su cabeza. esperando a que volviera a acostarse en la cama. Pensé muy en el fondo de mi ser... Acaso así sería yo si hubiera sido padre?... pero no debía pensar en ello. no ahora.

-Un nombre...- Susurró mirando al oso nuevamente.-...m...Kuma-chan.- Dijo con una sonrisa triste y cansada.

Se recostó y acurrucó al osito contra su pecho y con un suave suspiro fue quedándose dormido.