La mañana después de los tragos

Era extraño que Alec estuviera tan tranquilo mientras tenían sexo, ya que siempre salía con algo que, por más diminuto que pareciera, lo conmocionaba y desestabilizaba completamente, haciendo que consumiera todas sus fuerzas por tratar de complacerlo, aunque aún le costaba intuir lo que quería o el verdadero significado de las palabras que usaba en doble sentido; así que trataba de hacer que el otro rubio se sintiera bien a su manera.

-Si deseas algo…pídelo y te lo daré. Sólo tienes que expresarlo y será tuyo.-Dijo entre jadeos mientras se inclinaba un poco a su oído, mordiéndolo levemente para luego deslizarse por su cuello, que chupó con fuerza para dejar una marca roja en él, que seguramente se borraría con el pasar de los días.

Moses aumentaba a cada instante la velocidad y profundidad de las embestidas, mientras su mano se dedicaba a jugar con el pene del vocalista; su boca se posó en los hombros del otro rubio y los mordió con suavidad, dejando huella en cada rincón de su piel morena.

-Quiero un castillo, un pony...y...aahhh!.-el cuerpo de Alec se retorició en combinación de placer y dolor al sentir los labios de Moses tomar su piel y empezar a chuparla inmisericordemente; le sorprendió que el más alto tuviera aquella reacción tan salvaje, aunque por lo posesivo, no había duda que se trataba de algo que quizás hacía rato quería hacer...ahora el vocalista iba a tener una marca para recordar a Moses varios días...estaban parejos.- no soy...una vaca!...jaja...ah...

Luego el más alto se afanó con su piel, y sin dejar de moverse o masturbarlo, siguió dejándole pequeños moretones (pequeños en comparación con el que Alec sospechaba tenía en el cuello). El rubio encontraba un placer oculto en esa actitud...era como dejarse poseer, como los tatuajes que colocaban en algunos esclavos y querían decir..."esto es mío y de nadie más"...

-Demonios...si estuviera engañando a alguien contigo estaría frito...

Y ya no aguantó más; lanzó la almohada a un lado y haciendo fuerza logró colgarse de Moses, como obligándolo a levantarse; el otro logró entender el pedido del rubio y de pronto se encontraban al borde la cama con el más pequeño colgado de sí, en el aire; Alec entonces deslizo sus piernas hasta el suelo y una vez que había ganado estabilidad empujó a Moses contra la pared para luego ser él que dando un giro se colocaba contra ésta; todo lo había logrado sin que el pene del alto abandonara su entrada.

Levantó entonces una de sus piernas y la enrolló en la cintura del mayor; la penetración entonces se hizo increiblemente más profunda, y Alec soltó un grito que dejaba adivinar que esta vez sí le estaba doliendo un poco. Pero que importaba. Estaba excitado y quería que Moses empezara a moverse de nuevo pronto...

-¿Un pony?...-Moses se carcajeó un rato con el comentario del menor.-No…no aguantan mucho peso, ¿Por qué no un caballo?.-El ex monje se quedó pensando un rato en las palabras de Alec.-Si hubiera pensado que eras una vaca, te hubiera atizado o puesto un piercing.-La última idea no sonaba del todo mala. De hecho, sería interesante probarlo…más adelante.

Aunque sabía que era una broma, no le gustaban los comentarios del vocalista sobre engaño y otros hombres, por lo mismo no soportaba a Abel a pesar de que ni siquiera le había visto ni menos entablado una conversación; el punto era que Alec le tenía gran afecto y Moses no podría competir contra ello, por lo que sólo se afanaba en creer que en realidad no era más que un amigo.

Lo que vino después fue muy rápido y el rubio más alto recién se percató de la nueva situación en la que se encontraba cuando tuvo que agacharse un poco contra la pared para no salir de Alec, ya que este era más bajo; de nuevo los papeles se invertían y él sólo se dejaba hacer hasta que al final el vocalista quedó apoyado en la muralla con una pierna que se apoderó de la cintura de Moses.

El mayor deslizó su mano hasta aferrarla al muslo del vocalista mientras la otra se dirigía a su cintura y comenzó a moverse con cuidado, para que al chico no le doliera demasiado la nueva posición; iba aumentando las embestidas progresivamente.

En un ataque de lujuria, Moses subió la pierna de Alec que se encontraba tocando el suelo y la enrolló a su cintura. Luego sus manos se posaron en las nalgas del vocalista y reanudó sus embestidas rápidamente y con una pasión incontenible.

-oh! aah!!.- gritó Alec mientras se aferraba al cuello de Moses para que no se fueran al piso; no pensaba que el otro podría con su peso, pero estaba gratamente equivocado; su espalda y nalgas chocaban contra la pared rítmicamente y cada vez más rápido y más rápido; la cabeza la apoyaba en el hombre de Moses o correría la misma suerte, y no le hacía falta perder más neuronas.-luego...tendrás..que... hacerme ... masajes...nnn!

Se quejaba, pero la verdad era que si el más alto se detenía en ese momento Alec iba a quejarse aún más. Tenía una erección de nuevo, pues al parecer su cuerpo estaba diseñado para tener orgasmo tras orgasmo sin requerrir el mínimo descanso. Además, su pene estaba rozando con el estómago de Moses y esa era la única atención que le hacía falta. Creía que iba a venirse de nuevo, pero aún quería más del rubio alto, un poco más...entonces buscó la boca de Moses para atraparla con la suya y su lengua se deslizó en aquella cavidad hasta casi llegar a la garganta del otro, acariciando con un desenfreno que hasta ese momento no había demostrado.

-dios!!!!.-gritó cuando ya no pudo más y dejó que su semen ensuciara la piel del otro rubio; no había querido que todo fuera tan rápido, pero ese sexo matutino había sido incluso mejor que el de la noche

-Tú escogiste esta posición para acabar Alec…así que no reclames porque sólo me dejé hacer…-Dijo entre jadeos, estaba tan excitado que sentía iba a venirse en cualquier momento, pero quería que el otro lo hiciera antes, ya que sería un poco vergonzoso, seguramente el vocalista se lo recriminaría por el resto de su existencia y no estaba dispuesto a soportar tal situación.

Sentía el pene del otro rubio rozar su estómago, en ese momento se percató que lo había dejado de lado por deslizar sus manos en los muslos de su acompañante, pero era mejor eso a una caída en medio del sexo.

Al contacto con sus labios, Moses cerró los ojos…la lengua del vocalista demandaba atención y no creía poder dársela por completo, ya que jamás lo habían besado de esa manera. Pero este era el momento de aprender, por lo que el ex monje inspeccionó la cavidad de su acompañante minuciosamente para luego acariciarla suavemente con su lengua, intentando torpemente que no chocara con la otra.

-Mierda…vas a tener que enseñarme a complacerte en ese ámbito.-Dijo haciendo referencia a los besos, iba a decir algo más pero fue silenciado por el orgasmo de Alec, lo que provocó una reacción en cadena, ya que el otro se corrió al sentir el semen en su torso desnudo.

Moses sostuvo fuertemente al vocalista y se recostó en la cama, rozando la piel de su espalda con las sábanas.-Aún me falta mucho…-Dijo mientras retiraba sus manos de las piernas de Alec; pensaba si algún día llegaría a satisfacerlo por completo, en cada área en la que el otro demandara un poco de atención.

Luego de terminar Moses sostuvo al más pequeño para llevarlo a la cama. Ahí el mayor pudo al fin darse un descanso, o al menos uno relativo, ya que el rubio se dejó caer sobre él casi inmediatamente; aún estaba respirando agitadamente, y si alguna vez había sentido que había tenido suficiente sexo, esa era la ocasión.

-Tú tienes que aprender?..pues yo no estoy seguro de aguantar tu ritmo por mucho tiempo.- dijo Alec riéndose, mientras su cuerpo terminaba de ganar algo de aire.- eres un lujurioso...y me encanta...

Esta vez, el vocalista le dió al otro tan solo un suave beso antes de lavantarse de la cama y dirigirse al baño...necesitaba ducharse de nuevo. Anrió el grifo y mientras esperaba a que el agua se calentara empezó a hablar alto, para que Moses pudiera escucharlo.

-Saliendo tomaré una de tus pastillitas...funcionan así, verdad?.-esperaba que funcionaran, o estaría de nuevo en el mismo tonto problema.- luego podemos ir a caminar un rato por la ciudad, qué te parece?

Aunque la idea de quedarse encerrados en el cuarto todo el día le llamaba la atención, era consciente de que trasero necesitaba un descanso. Algo de caminata no le vendría mal. Entró a la ducha y salió de ésta rápido, para volver al cuarto envuelto en una toalla blanca y empezar a vestirse.

-Acompáñanme a mi habitación a sacar algo para abrigarme, si?

Ladeó su cabeza un tanto avergonzado por el comentario del vocalista; sin duda el que le había enseñado el verdadero significado de la lujuria era él, aunque lo mejor era que ya no se sentía arrepentido de sus actos, ya habría tiempo para derramar toda la sangre necesaria cuando estuviera en el infierno así que...¿Por qué debería sufrirlo ya, por propia voluntad?.

Moses se quedó recostado un poco más en la cama ya que se encontraba cansado; en pocas horas había tenido sexo tres veces…todo un record para su vida sexual con poco movimiento y al fin, después de tanto tiempo en las sombras, se sentía feliz. Pensaba que en ese estado ya nada podía afectarlo, a menos claro que fuera el mismo Alec quien lo hiciera. Salvo él, se sentía inmune al daño.

-Si…funcionan así.-Dijo un tanto pensativo, ya que de nuevo habían olvidado el condón, de ahora en adelante debía llevarlos en el bolsillo, para así no pasar otro susto como el de la mañana.-Claro que me gustaría.- Moses se deleitaba al ver la gente caminar por las calles, era un extraño placer el que lo inundaba al ver todas esas personas diferente en aspecto, pero la mayoría con el mismo fondo vacío que caracterizaba a los pobres.

Mientras Alec se bañaba, el ex monje se subía el cierre y abrochaba el pantalón, afortunadamente no se lo había sacado a plena luz del día, ya que su cicatriz se hubiera visto en todo su esplendor. Luego se puso la camisa y para cuando el vocalista salió del baño, ya estaba relativamente arreglado.

-Como quieras…- Se quedó pensando un rato tratando de unir cabos…¿Abel?, mierda…tendría que actuar lo mejor posible para que el otro rubio no viera su molestia al encontrarse con el otro hombre.