No, no busco sexo...creo (Yuki)

Había sido difícil, para qué negárselo a él mismo, cuando supo que de Hanori había regresado a Rozen, y después lo habían vendido a un tipo que lo había vendido posteriormente en el mercado negro, pensó que no hallaría rastros del chico; pero era Gabriel Dantes y sin duda le enfadaba no poder conseguir algo, porque su orgullo le decía que él lo podía lograr todo, así que no se quedó tranquilo y movió sus contactos hasta dar con aquel chico. Estaba en otro país ya, muy lejos de la isla, pero al parecer no le iba mal, su último dueño había resultado ser una buena persona después de todo, y no lo había vuelto a vender, detalles no sabía, sólo sabía que no lo maltrataban.

Victorioso y tranquilo por fin con la información que había jurado conseguir, se fue al prostíbulo a buscar a Yuki, se sorprendió un poco al ver que desde tan temprano ya habían chicos ofreciéndose ahí y aunque a algunos hubiera desead llevárselos a la cama, ese día iba por otra cosa.

Buscó a uno de cabello morado, sin dignarse a preguntar a los demás que trabajaban ahí por él, porque creía que él sólo podría encontrarlo, se sentó en un lado y lo buscó con la mirada, sin rastros de él.

Había despertado hacía apenas una hora y se tuvo que arreglar precipitadamente, pues él tenía por costumbre desertarse más pronto de lo que se había despertado hoy. Se dió una ducha rápida en el baño que había dentro de su habitación y se vistió como tenía por costumbre cuando estaba en el prostíbulo con unos shorts negros y con una camiseta de tirantes blanca, algo ajustada.

Salió de su habitación, que se encontraba junto con las de sus compañeros, en la otra parte del prostíbulo y se dirigió a una sala continua al bar, saludando con una leve sonrisa y un gesto con la mano a algunos de sus compañeros que se encontraban ya despiertos. A estas horas no se veía aún a muchos clientes, como mucho se podían ver dos o tres, no más y de esos se encargaban sus compañeros más madrugadores o los que necesitaban urgentemente dinero.

Entró a la sala con su típico andar, encontrándose con dos de sus compañeros a los que saludó como a los otros y vió con cierta sorpresa a uno de sus últimos clientes, Gabriel. Se acercó a él con una pícara sonrisa y se paró enfrente de él.-Buenos días Gabriel .-le saludó sin borrar la sonrisa de su rostro.

Mientras esperaba a que apareciera el chico, habría prendido un cigarro y estaba fumando tranquilamente, extrañaba a su mascota, ella seguro podría encontrarlo fácilmente. De pronto el de cabello morado apareció frente a él, debía de haber estado pensando en otras cosas porque no lo había visto venir. Sonrió un poco y lanzó el cigarro al suelo para apagarlo después; no pudo evitar ver el hermoso cuerpo del de cabello morado de nuevo, esa ropa le favorecía bastante.

-Buenos días lindura.- se paró de donde estaba sentado y se acercó un poco más al menos.- ¿qué? ¿no me vas a dar un besito?- bromeó y luego empezó a caminar para que fueran a un lugar más privado.- ¿está abierto el bar a esta hora?- jamás se había pasado por el prostíbulo tan temprano, y quería conversar con el otro sentado y con un trago. Esperó a que Yuki le siguiera y le respondiera.

Su sonrisa flaqueó y terminó por reir por lo bajo, acercándose igual que el mayor un poco más a él.- ¿Quieres que te lo de? .-dijo con el mismo tono bromista que el mayor, acercando su rostro al de él pero al estar escasos centímetros de los labios del mayor, dirigió los suyos al cuello del más alto y lo rozó con sus labios, dándole un suave beso en la base.

-El bar siempre está abierto.-respondió echando a andar al lado de Gabriel, saludando con la mano a un compñaero suyo que entraba justo cuando ellos salían. Entró al bar y lo condujo a una de las mesas que había en el lugar, pero sin llegar a sentarse él.- ¿Qué quieres que te pida?. -le preguntó con una suave sonrisa, iría él mismo a por la bebida del moreno, pero solo pediría algo para él, Yuki acababa de levantarse y no le apetecía beber nada aún. Dirigió una rápida mirada al bar, encontrándoselo vacío a excepción del camarero que se encontraba detrás de la barra.

Le había gustado el suave beso en el cuello, Yuki sí que sabía ponerlo de buen humor. Era una buena noticia que el bar estuviera abierto; pensó un rato qué quería beber, no estaba con ganas de nada en especial.

-Whisky estará bien.- le respondió mientras sacaba un nuevo cigarro de su cigarrera y se lo llevaba a la boca para prenderlo posteriormente, también le ofreció uno al de cabello morado. Cuando tuvo el licor frente a él, tomó un poco y después miró a su acompañante a los ojos.

-Ya tengo información de tu hermano.- comentó suavemente mientras botaba las cenizas en un cenicero que había estado en la mesa desde que se habían sentado. No dijo nada más porque quería saber la reacción de Yuki.

-De acuerdo.-dijo con una media sonrisa y se acercó a la barra para pedirle al camarero el pedido. Le saludo con un guiño de ojos y no tuvo que esperar mucho para que le sirviera la bebida. La llevó a la mesa donde estaba sentado Gabriel y la dejó sobre ella, aceptando el cigarro que le tendía el moreno y sentándose él también.

Se llevó el cigarro a los labios cuando estuvo prendido y le dió una calada, expulsando el humo lentamente y clavó sus grandes ojos en el rostro del mayor. En parte suponía que había venido por eso, pues le había dicho que cuando las tuviera fuese a visitarle al prostíbulo.- ¿Son buenas o son malas? .-preguntó directamente. Por una parte quería saberlas aunque fueran malas, pero por otra parte no quería saberlas. Le dió una nueva calada al cigarro y esperó a que el moreno le respondiese a la pregunta.

Sonrió complacido, él era una de esas personas que disfrutaba de ser escuchado, venía con el resto de su “simpática” personalidad. Pensó un rato sus palabras, las noticias no eran malas, al menos no según el narcotraficante, pero aunque la historia había tenido un final al parecer feliz, tal vez a lo largo del desarrollo no había sido todo color de rosa.

-Dejaré que tú juzgues eso.- le respondió tranquilamente y después de llevarse el cigarro a la boca para darle una nueva calada, continuó hablando.- se lo vendieron a un tipo muy rico en Hanori, estuvo con él unos meses y luego lo vendió a Rozen; ya en Rozen, estuvo un par de meses hasta que alguien lo compró...al parecer para las labores del hogar.- hizo una pausa.- pero cuando su segundo dueño tuvo problemas económicos, lo vendió en el mercado negro...lo compraron rápidamente.- tomó un poco más de licor.- no puedo decirte detalles...pero al parecer donde está ahora lo tratan bien.

Le extendió un sobre sellado, donde se encontraba toda la información que el otro podría necesitar, números, fotografías, direcciones, incluso habían horarios, no había duda de que la gente de Dantes hacía bien su trabajo.

-Ábrelo si es que quieres encontrar a tu hermano.

Escuchó con atención lo que le contaba Gabriel sobre su hermano. No había pensando que su hermano hubiera sido vendido tantas veces y aún creía que seguiría con el priemro que lo compró, pero parecía que las cosas no eran así. Dió al final un suspiro de alivio, lo único que le importaba era que su hermano estuviera bien y por lo que había dicho el moreno a su hermano ahora lo trataban bien, aunque eso no fuera así al principio.

-Gracias por todo .-sonrió con dulzura y agradecimiento, en verdad saber algo de su hermano le alegraba enormemente. Tomó el sobre que le tendió Gabriel y lo miró durante durante un tiempo, decidiéndose a abrilo al fin. El sobre contenía información variada, pero él tan solo sacó un par de fotografías de su hermano, acompaño en alguna por un tipo que supuso que sería el que lo compró. Las miró unos instantes y las volvió a guardar en el sobre con una leve sonrisa.-Pensé que serían peores noticias.-comentó mientras dejaba el sobre en la mesa y le daba otra calada al cigarro.

Sintió solamente cuando Yuki le dio las gracias y después se quedó atento viendo lo que hacía el de cabello morado; después de mirar el sobre un rato, el menor se decidió a abrirlo y sacó un par de fotos de su hermano, Gabriel no perdía detalle de nada, el de cabello largo parecía estar realmente feliz por saber que su hermano no la estaba pasando mal.

-Sí, bueno...supongo que a veces la vida no es una completa basura.- eso también le había hecho pensar en muchas cosas a Gabriel, no todo eran finales tristes, no todo era dolor y pérdida, a veces habían finales felices, aún habían cosas en aquel mundo por las que había que seguir viviendo; aunque no lo dijera ni lo demostrara en ninguna forma, a él también le alegraba que el hermano del prostituto no la estuviera pasando mal.

-Y...de nada.- se terminó su whisky y apagó lo que quedaba de su cigarro en el cenicero.- ¿puedo preguntar cómo es que tu hermano terminó de esclavo?- Gabriel era un tanto curioso, y eso no lo había mandado a investigar, para no perder tiempo.

Dió una última calada al cigarro y lo apagó en el cenicero que había en la mesa, girando después la cabeza hacia el camarero y pidiéndole con un simple gesto una bebida con poco alcohol, que él ya sabía cual solía tomar. Mientras esperaba a que la trajese, volvió la mirada a Gabriel y asintió con la cabeza ante sus palabras.

-Hay gente con suerte que no tiene que vivir lo que otros viven .-dijo con una sonrisa de lado y sonrió agradecido al camarero cuando le trajo su bebida. Le dió un sorbo antes de responder a la nueva pregunta que le hizo el mayor, tomándose unos minutos en responder.-Cuando mis padres se endeudaron, nos mudamos a la zona 0 y allí mi hermano para ayudar a mis padres se hizo en secreto prostituto. Según me contó mi padre un tiempo después, un cliente suyo lo cogió y se lo llevó para vendérselo al ricachón de Hanori.-contó brevemente, aunque tampoco había mucho más que contar.-Eso fui lo último que supe de él y poco después murieron mis padres y me quedé yo solo.

Le dió un nuevo sorbo a la bebida para después jugar con uno de los mechones que caían grácilmente sobre su rostro, pensando en como sería la vida de su hermano siendo esclavo y que buscaría una persona para querer tener uno.

Observó un rato la bebida del menos mientras éste le contaba la historia, le parecía un poco extraño que se lo hubiera llevado de la nada para venderlo como esclavo y que hubieran aceptado a alguien así en Hanori, tal vez lo hizo pasar por algún tratamiento para que volviera a ser virgen, no faltaba el enfermo.

-Supongo que...todos tenemos una historia triste que contar.- dijo después de que el de cabello morado terminó con su relato, todos tenían una, algunas peores que otras, pero no había alguien que no tuviera. Miró al prostituto, se veía realmente sólo...sin padres, sin hermano, completamente solo en la vida, obligado a prostituirse para sobrevivir; usualmente no le habría importado y hasta tal vez se habría aprovechado de la situación, pero Yuki le había caído bien, y de alguna manera, él tampoco tenía a su hermano consigo.

-Dime Yuki...- su voz era bastante seria, como pocas veces había sido con el menor, aunque en realidad era la segunda vez que se veían.- dijiste que no tienes interés en una pareja...pero, ¿no te sientes solo?, ¿no te atormenta el saber que si te pasa algo nadie va a extrañarte ni llorar tu muerte?

Le dió un trago a lo que le quedaba de bebida y asintió ante las palabras del mayor, era estraño que ninguna persona tuviera algo triste que contar y si lo había seguramente mentiría para ser más feliz de ese modo. Se terminó de un último trago lo que quedaba en el vaso que le habían servido hacía un rato y volvió a mirar al mayor.

Escuchó las dos preguntas que le hizo el moreno, tomándose unos minutos para responder. En verdad lo que le había preguntado era lo ue él sentía, pero nunca solía demostrarlo, no le gustaba que la gente tuviera lástima por él.-Claro que me siento solo, aunque puede que por eso trabaje más en el prostíbulo, al menos al estar con algún cliente mi mente se evade por un tiempo .-confesó con una sonrisa ladeada.-Y sí tengo muy presente lo que dices, aunque espero que no ocurra eso .-intentó decirlo con algo de diversión, aunque de eso tenía poco.

-En verdad, en alguna ocasión había pensando comprarle un esclavo, pero tengo entendido que son muy caros y el dinero no me escasea .-admitió después de estarse un timpo callado pensando en si decirle eso o no.

Escuchó lo que le decía el de cabello morado, no se había equivocado con él, era obvio que debía de sentirse así, lo raro sería si no; él también esperaba que no le pasara nada al menor. Para Dantes, morir y que nadie le recordara con cariño, era algo terrible, le aterraba el pensar que sus seres queridos podrían olvidarlo así alguna vez.

Miró un tanto sorprendido a Yuki, un esclavo era compañía, no necesariamente amor, pero sí compañía, y claro...eran muy caros, incluso los de Rozen, eran bastante caros para alguien que trabajaba de prostituto. Prendió un cigarro mientras pensaba que para él sería tan fácil regalarle un esclavo, porque después de todo, él hacía lo que deseaba con ellos, como si fueran objetos.

-Así que un esclavo...no me lo veía venir de alguien como tú.- admitió.- ¿Cuándo es tu cumpleaños? te regalo uno...- le dijo despreocupadamente mientras miraba el humo del cigarro; después de todo, no sería la primera vez que le regalaba un esclavo a un amigo, a él no le costaba casi gana, porque Hanori y Rozen ganaban millonadas al mes.

Rió por lo bajo al escucharle decir que no se lo veía venir de mi, en verdad cuando en lo pensaba se reía de si mismo al pensarlo. Había empezado a pensar en tener uno al darse cuenta de que podría tener a alguien con quien poder estar y en parte poder pedirle lo que quisiera y no ser siempre él el que recibiera órdenes.

- ¿De verdad? .-dejó escapar ese comentario sorprendido. No le había comentado eso para que sintiera pena por él o para intentar sacar algo de provecho, por lo que se había sorprendido ante la oferta del mayor.-Uhm..Pues mi cumpleaños es el 9 de abril .-respondió finalmente con una media sonrisa, no quería hacerse esperanzas por si acaso fuera después una broma, se había acostumbrado a desconfiar de la gente.

Dejó de hablar y se sumió en sus pensamientos, pensando en lo raro que se vería tener él, un prostituto un esclavo. Sabía que muchos hombres consideraban a los prostitutos como esclavos pero a los que había que pagarles, al contrario que a los esclavos. Pero a él le daban igual los comentarios de los demás, por lo que dejo el tema a un lado, sin querer darle más vueltas.

Asintió a la primera pregunta y después escuchó la fecha del cumpleaños, aún faltaba, no demasiado pero faltaba...y Gabriel era una persona un tanto apresurada a veces, con ciertas cosas, no le gustaba tener paciencia, entonces algo más se le cruzó por la mente, algo que si Yuki aceptaba...los haría felices a todos.

-Aún falta para tu cumpleaños...- dijo suavemente, casi pareciendo que reflexionaba sobre aquello.- así que yo...podría hacerte un préstamo.- y si así era, Yuki podría tener al esclavo que deseara; claro que Dantes no pensaba cobrar en monedas, sus pensamientos iban mucho más allá que a cobrarle intereses caros al menor. Aunque él se sabía todos los juegos sucios, si Yuki no podía pagarle, él podría hacerle su esclavo, pero eso no le llamaba la atención al narcotraficante; el prostituto, si se convertía en esclavo, perdería toda la magia que le rodeaba, todo lo que a Gabriel le llamaba la atención.

-Yo mismo te llevaría a Rozen o a Hanori para que eligieras al que desees...

Salió de sus pensamientos al escuchar al moreno hablar nuevamente y asintió dándole la razón al escuchar que aún faltaba para su cumpleaños, pero tampoco es que tuviera mucha prisa, podría esperar. La nueva idea que le propuso le llamó la atención e hizo que mirara con interés a Gabriel.

-Uhm...Por mi está bien .-respondió sin poder ocultar una sonrisa de entusiasmo que se asomaba en su rostro. Se mordió después el labio inferior al pensar como le debería devolver el préstamo. Pero por si acaso prefería preguntar en vez de quedarse con dudas y después malinterpretar todo.- ¿Y cómo te devolvería el préstamo yo? .-preguntó al fin el tema que rondaba esos instantes por su mente.

-Supongo que me daría igual ir a un lugar que al otro, pero preferiría ir a Hanori .-le comentó al mayor, paseando su mirada por la mesa. No tenía un motivo en especial por elegir ese lugar, pero quería ir primero a ese.

Se esperaba aquella pregunta del menor, como había predicho, era un chico inteligente y no se dejaba enamorar fácilmente por las palabras, personas así le servían a él muy bien.

-Hay formas y formas de pagar.- dijo mientras se llevaba el cigarro a la boca para darle una calada.- no pienso cobrarte en dinero.- le explicó, porque eso era uno de las cosas que menos necesitaba el más alto. Lo pensó un rato y después volvió a hablar.- puedes pagarme con tu cuerpo.- habló finalmente y luego continuó para que el de cabello morado se quedara tranquilo.- sin trampas ni palabras con doble sentido...sin contratos engañosos ni declaraciones de ningún tipo.- Gabriel le pedía sólo su palabra, porque eso le bastaba en realidad.- sólo debo de advertirte algo...a veces soy un tanto rudo.- admitió; como había dicho, sin engaños.

Sonrió porque Yuki había elegido ir a Hanori, ahí algunos esclavos doblaban y hasta triplicaban los precios de los esclavos de Rozen, pero eso sólo eran buenas noticias para el narcotraficante.

-Hanori será.

No se sorprendió cuando escuchó la propuesta del mayor, al contrario, prefería pagarle con su cuerpo que con dinero, pues eso era lo que menos le sobraba a él en esos momentos. Asintió varias veces con la cabeza, antes de dar su palabra aceptando el trato, pensando todo bien antes de aceptar por completo.

-Me parece bien, sin ningún tipo de trampas ni engaños .-volvió a repetir las palabras del mayor. Se quedó callado después de decir eso al escuchar lo siguiente que dijo el mayor, se había sorprendido en parte cuando dijo que a veces era algo rudo, pues la única vez que estuvo con él no lo demostró. No comentó nada y volvió a asentir, tampoco es que fura ahora a echarse a atrás por eso, varios clientes suyos tampoco es que lo trataran de forma delicada, por lo que no pensaba que fuese tan malo lo que Gabriel le advirtió.

-Entiendo, pero de todas formas acepto el trato .-dijo ya finalmente, sonriendo de forma pícara, sinceramente la forma de pago no le desagradaba y menos si era él al que debía pagarle.- ¿Y cuándo me llevarías? .-preguntó sin querer meter prisa o algo parecido, simplemente tenía curiosidad.

Estaba realmente complacido de que Yuki hubiera aceptado el trato aún sabiendo que a veces le gustaba ser rudo, y aún habiendo conocido a su mascota, otros se habían echado para atrás, pero el de cabello morado, parecía hasta complacido con el trato, como lo había dicho el narcotraficante “y todos felices”.

Extendió la mano para estrecharla con la del menor, una formalidad solamente para saber que ambos estaban dando su palabra y se estaban comprometiendo; cuando el más pequeño le dio la mano también, Gabriel sonrió.

-Tenemos un trato...- apagó su cigarro y después escuchó lo que le decía Yuki, él no tenía problemas con ir en ese instante, no estaba del todo ocupado porque por algo estaba perdiendo el tiempo en ese lugar.- ahora mismo, si está bien por ti.- le dijo tranquilamente y sacó dinero para pagar su trago y el del de cabello largo.

Estrechó la mano que le tendió el moreno sin dudarlo. No se iba a echar atrás en los últimos segundos, él había dado su palabra y una vez hecho eso nunca se lo pensaba dos veces.-Tenemos un trato.-repitió las palabras del mayor. Sonrió a medias y se estiró un poco, como si fuera un gato y después se volvió a acomodar en la silla en la que estaba sentado.

-Por mi está bien .-respondió sin borrar la media sonrisa de su rostro.-A estas horas los pcos clientes que hay ya están siendo atendidos por mis compañeros .-explicó sin darle mucha importancia. Observó lo que hacia el mayor y se levantó de la mesa en la que estaban sentados y se colocó a un lado del mayor. Vió mientras esperaba a que Gabriel pagara su trago y el de él como alguno de sus compañeros se paraba a las puertas del bar a observarlos para después marcharse como si nada.- ¿Tú tienes muchos esclavos? .-preguntó de repente. No se extrañaría que dijera que sí, pues con solo ver su mansión y auto se podía ver que tenía mucho dinero.

A pesar de todo, Gabriel era un hombre de principios, y él sería incapaz de faltar a su palabra, porque así había sido criado, y aunque Yuki no o supiera, no tenía nada que temer, salvo por la única advertencia que le había dado Dantes.

Asintió a la respuesta del menor y después de pagar y de dejar una buena propina para el que les atendió, se unió a Yuki para salir de ahí; se quedó pensando en aquello...sí, esclavos tenía de sobra, pero ninguna era de compañía, ninguno era como el que el de cabello morado quería.

-Sí, tengo muchos, y si cuentas a los de Rozen aún más.- porque él disponía como quería de aquellos chicos. Una vez frente a su auto, abrió la puerta del copiloto primero, para que Yuki pudiera sentarse, mostrándole modales que no le había mostrado antes. Subió él también al auto.

-Pero no he dejado que ninguno se me acerque.- le explicó para hacerle saber que él usaba a esos chicos sólo para sexo. Encendió el auto y comenzó a manejar.

Esperó a que el moreno terminara de pagar y cuando terminó empezaron a caminar hacia la salida del prostíbulo. Asintió cuando respondió a su pregunta, pues como había pensando tenía bastantes pero aún no comprendía para que quería tener tantos, con tres o cuatro tendría suficientes para lo que los necesitase a su parecer.

Agradeció con una coqueta y encantadora sonrisa al gesto del mayor al abrirle la puerta de copiloto cuando llegaron a su auto, para después sentarse bien el asiento mientras esperaba a que el mayor se subiera al auto también.-Son tus esclavos, puedes hcer lo que quieres con ellos ¿no? .-le dijo al entender para que los usaba solamente. Observó por la ventana como poco a poco se alejaban del prostíbulo, dirigiéndose a Hanori para ir a por su nuevo esclavo. Se preguntaba como serían los esclavos que había en ese lugar y si encontraría alguno o por el contrario no le llamaría ninguno la atención y tendrían que ir a Rozen.

Le gustó la sonrisa de Yuki y se la devolvió antes de cerrar la puerta del auto. Cuando el menor le dijo que podía hacer lo que quisiera con sus esclavos, el narcotraficante sólo asintió, por eso eran esclavos, y él les tenía poco o nada de consideración en realidad, si había que juzgarlo, Gabriel no era de esos amos buenos.

-Sí, a veces hago cosas que tal vez no quieras saber.- sonrió un poco, le gustaba decir cosas como esas para asustar o a veces sólo para molestar; mientras manejaba miró la hora, era temprano y seguro había muy poca gente ahí en Hanori, así que podrían mirar a su gusto, aunque Dantes sólo estaría a un lado fumando esperando a que el de cabello morado se decida.

-Yuki, serás casi mi amante.- bromeó, aunque al parecer serían algo así.- eso tiene ventajas ¿sabes?- tener esa clase de relación con el mayor sí tenía ventajas, porque Gabriel se preocupaba de cualquier persona que lograra estar más de tres veces en su cama.

Alzó una ceja al escuchar el comentario del mayor y apartó la mirada de la ventana del auto para mirarle. En el tiempo que había estado junto a él, no sabía cuando decía un comentario de broma o si lo decía en serio, pero por su tono de voz parecía que había dicho en serio eso de que hacía cosas que seguramente no querría saber.

-Uhm...Entonces será mejor que no pregunte, no quiero tener pesadillas después .-dijo medio en broma, esbozando después una media sonrisa de diversión. Volvió a posar la mirada en la ventanilla, viendo que cada vez estaban más cerca de su destino.

Volvió a mirar a Gabriel ante el nuevo comentario y rió suavemente, asintiendo a la vez con la cabeza.-No me desagrada para nada esa idea.-dijo en su mismo tono, esbozando después una pícara sonrisa para reafirmar lo que había dicho.- ¿Qué tipo de ventajas? .-inquirió curioso, para él las únicas ventajas que había pensando era que le daría a alguien para hacerle compañía y disfrutar con él en la cama, no como muchas veces que se quedaba insatisfecho con alguno de sus clientes que solo se preocupaba por su propio placer.

“Sabia decisión” fue lo que pensó cuando Yuki le dijo que no preguntaría para no tener pesadillas, no sabía si sus relatos causarían pesadillas, pero sí sabía a que veces a la gente no le gustaba saber lo cruel que podía llegar al ser el administrador de Rozen, por suerte...muy pocas veces era así él.

Sonrió por lo que el menor dijo que no le desagradaba esa idea, a Gabriel tampoco, le gustaba que sus amantes fueran bonitos y expertos en la cama, si no...no sería divertido; y cuando el de cabello morado formuló aquella pregunta, el narcotraficante se quedó pensando, en todas las ventajas que se adquirían al ser su amante.

-Pues...ya sabes que soy muy bueno haciendo favores, mis amantes consiguen favores gratis.- cuando Gabriel hablaba de favores, se refería a cualquier cosa, desde prestar un poco de dinero, hasta eliminar a alguien que estaba molestando.- también puedes dormir y comer en mi casa gratis.- porque en su casa siempre hacían bastante comida, y era normal ver a veces a algunos amigos de Gabriel descansando o almorzando y cenando ahí.- también me preocupo por todos mis amantes...los cuido y protejo.- esas eran las más importantes, a parte...obtenía una serie de privilegios.

De detuvo frente a Hanori y bajó del auto para abrirle la puerta a Yuki y ayudarle a bajar; le sonrió.

-Esta es otra ventaja...mis amantes...no son putos cualquieras para mí.