En Casa Con Un Nuevo Lobito (PRIVADO)

¿Era ese todo el problema? Sin entender por qué no había terminado aquel refrán lo miró curioso, ¿tendría algo que ver con él?. Como había hecho semanas antes, se acercó con cuidado hacia su nuevo amo, con el fin de no molestarlo con su presencia, y volvió a romper el forro del cuello de su chaqueta militar, quitándosela después con cuidado, y dejando el sobre, algo abultado, con el dinero que en otro tiempo solía llevar para rescates, cerca de la cabeza del moreno.
-¿Es suficiente? -preguntó el lobito, moviendo la cola inquieto de un lado para otro- no quiero ningún collar de oro, y cuidaré de ti a partir de ahora, como hacía con mi creador - cogió la chaqueta entre sus brazos, apretándola durante unos instantes con cariño, quedándose únicamente con la camiseta interior que llevaba debajo, que apenas hacía contraste con la palidez de su piel.

Abriendo uno de sus ojos miró como el peliblanco dejaba "algo" cerca de él, enderezándose completamente de la cama para tomar entre sus manos el abultado sobre con curiosidad...

-¿Hn?....-

Como no queriendo la cosa empezó abrir el sobre descubriendo la grande cantidad de dinero para mirar algo alarmado a los ojos del chico lobo...-¿De dondé conseguiste éste dinero?....-Habría empezando a tirarlo sobre la cama para realmente contarlo, pero sabía de sobre que no era de su propiedad, sino más bien la de Inu.

Miró tranquilo como el moreno empezaba a contar el dinero, subiendo a su vez a la cama y cogiendo un par de billetes que se estaban escurriendo por la colcha y soltándolos encima del montón, apartando la chaqueta a un lado:
-hay sobre 40 mil, es el precio que se suele pagar por el rescate de una persona en...-dudo en pronunciar la palabra- la función para la que fuí creado, no sé si será suficiente. Lo llevaba escondido entre la chaqueta y el collar para salvar rehenes...la única limitación que tengo respecto a él es que no puedo gastarlo o usarlo para pagar mi propio rescate.
Se agazapó sobre la colcha, de manera similar a un gato, mirando cómo el otro contaba el dinero y bostezando levemente mientras desperezaba su cola blanca con un suave vaivén.

Miró al peliblanco como se acomodaba en la cama apareciendo una pequeña sonrisa en su rostro, mientras dejaba el sobre intacto con el dinero dentro sobre una esquina de un mueble de la habitación. Imitó la acciónes anteriores de Inu, acomodándose a un lado del peliblanco y recargar después su cabeza en uno de sus brazos para poder ver a su antojo al chico...

-Pero es tú dinero Inu. Solo tú puedes decidir que hacer con él....-

Miró curioso como se acomodaba a su lado, él por su parte plegó la cola alrededor de su cuerpo, terminando de ovillarse como un gato:
- Es el dinero para el rescate de rehenes, yo no puedo cambiar esa regla y según mi programación básica usted tampoco. Sin embargo, está en esta casa sin ser un esclavo, por lo tanto es un rehén, y con ese dinero se rescatan los rehenes.
Observó atentamente la postura del otro, y se acercó con cuidado a gatas, como quien no quería la cosa, y frotó unos instantes su almohadillada cabeza contra el brazo del otro, volviendo acomodarse contra él, mirándolo precavidamente, como si estuviera haciendo algo malo.

Sonriendo acomodo su brazo para acariciar la blanca cabeza de Inu. No le era incomoda la cercanía del otro, sino todo lo contrario, se mantuvo relajado a un costado del lobito. Disfrutando del agradable calor del otro cuerpo.

-¿Me estas diciendo que soy una especie de "rehén" aquí?-

Rompiendo el "empalagoso" ambiente que se había formado entre ambos. Se subió arriba del cuerpo del chico lobo. Aplastándolo con su cuerpo. Y tomando las mejillas del otro para empezar a molestarlo en broma...

-claro que es un reh...-antes de que pudiera acabar la frase, se vió aprisionado por el moreno, y gruñó suavemente al notar las manos ajenas sobre su cara.
Creía entender que quería el mayor, y en un instante, las orejas blancas se echaron para atrás y enseñó levemente los dientes. Con un gruñido de falsa fiereza, levantó a pulso el cuerpo del mayor y lo tiró contra la cama, situándose de un salto arriba y empezando a empujarlo y morderlo ocasional y suavemente.
Se entretuvo tirando con fuerza del cuello de la camisa de Jounochi para atrás, sonriendo suavemente entre el agarre de la dentadura. Hacía tiempo que nadie lo tiraba contra su espalda y lo invitaba a jugar, por lo que quizás lo trataba con algo de más fuerza de lo usual para su lado racional, pero su parte lobuna estaba encantada con morder y tirar de su ropa.

-¡Oe!, ¡Oe!....jejeje...-No había podido evitar reír al ver la actitud juguetona del peliblanco. Posando ambas manos en el pecho del lobo para tratar de separarlo y empujarlo hacia la cama de nuevo. Pero sin intención verdadera en ello. El peliblanco era algo fuerte y al mirarlo por primera vez divertirse en cierto modo, lo complacía enormemente.

-Que seas mitad lobo, no me detiene en atacarte por igual ¿sabes?....-

Reafirmando sus palabras. Alzó ambos brazos para terminar atrapando el cuello del peliblanco entre ellos. Ocasionando una mordida en la oreja del chico en modo de "ataque" sosteniéndole con fuerza.

A pesar de lo "extraña" y algo comprometedora que podría verse la imagen. Mantenía sus labios cerca de la unión del cuello y hombro del peliblanco al dejar de morderlo. Dejando también sus brazos alrededor del joven en un repentino y completo silencio.

Soltó otro gruñido triunfal cuando el otro contraatacó. Normalmente la gente lo veía como una especie de peluche o mascota bonita y abrazable, pero su carácter militar y su seriedad solían echar para atrás a cualquiera a la hora de jugar con él.
De todos modos, no aplicó ninguna resistencia cuando el moreno pasó las manos en torno a su cuello, encantado con el juego, pero el ambiente volvió a cambiar inexplicablemente, y ahora los labios de Jounochi estaban cerca de su cuello...estaba empezando a intuir lo que pasaba.
-...am..Jounochi, creo que tiene mucha tensión sexual encima -dijo como quien comentase el tiempo, de todos modos, ya había observado ese tipo de comportamiento raro en soldados que estaban aislados durante mucho tiempo en el campo de batalla.- teniendo en cuenta que Talos y usted no, ya sabe, se benefician mutuamente -intento por todos los medios ser lo más educado posible, a pesar del tema en cuestión, al fin y al cabo era un tema bastante usual en el campamento de mercenarios en el que se había criado-...¿se masturba a menudo? -preguntó en tono formal, con los ojos amarillos etérnamente tranquilos, más preocupado por la salud del mayor que por las posibles y más que probables complicaciones que le pudieran traer la preguntita.