Razones por las que nunca se le debería dejar a Lenin Tenembaum a cargo de la celebración de un cumpleaños...conejito escaldado incluido (HAYDEN)

Notaba al esclavo algo más retraido y sumiso que de costumbre, a estas alturas, en una situación normal, le habría dicho algo verde o habrían estado discutiendo. Pero parecía que nada de eso iba a pasar, y Lenin no dejaba de echarse la culpa mentalmente por eso.
Lo miró fijamente, con los ojos violetas brillantes, lamiendo su miembro de manera golosa, sonriendo satisfecho, para darle a entender que le gustaba su hacerle aquello, temeroso de que el esclavo anduviera acomplajado o temeroso de no gustarle.
Paró un momento la felación, y puso su cabeza a la misma altura de la del otro, besando suavemente su mejilla:
-...sé...que suena...sumamente...idiota...y cursi...pero te quiero...aunque...a veces...no parezca...demostrarlo...-acabando con el momento de reflexión, ´finalizó con la frase verde de turno-...y tienes...el culo...más...bonito...que he...visto nunca...
Tras haber acabado su extraña declaración de intenciones, volvió su atención al miembro del menor, lamiéndolo y succionándolo con renovada fuerza y ganas.

Definitivamente Lenin podía leer en él con solo mirarle, le fastidiaba un poco ser tan obvio para él, pero no le molestó lo más mínimo las palabras que escuchó luego, hasta ese momento no creyó posible que el narco dijese tales cosas que si, tal vez sonaba un tanto cursi viniendo de su boca, pero sin duda era lo que el peliplata necesitaba escuchar en ese momento.
Bajó la vista notablemente sonrojado, esbozando una sonrisa que se ocultaba en parte tras los blancos mechones que caían empapados a los lados de su cabeza.
Se tensó un poco cuando el mayor retomaba las atenciones sobre su sexo, haciendole emitir varios gemidos leves.
Sin embargo, aunque estaba excitado y aquella situación le encantaba, tras eso sentía que no necesitaba tan "urgentemente" el sexo en ese momento.
Sin mediar palabra, tomaba el rostro del mayor entre sus manos como solía hacer, elevandolo un poco para verle a los ojos haciendole parar, despacio retiraba algunos mechones que estaban pegados a la piel por el agua.
Le miró un momento aún con aquella media sonrisa, importandole bien poco que notase su rubor y se dejó deslizar de nuevo hasta el interior del agua caliente para finalmente unir su boca con la del narco iniciando un muy húmedo beso pero que reflejaba más cariño que pasión, en lo que , sn pensarlo, juntaba su cuerpo al de Lenin, abrazandolo con un deje posesivo.

Sonrió gatuno, ronroneando satisfecho ante el contacto del abrazo. Había acertado con sus pensamientos, aunque daba gracias de no haber expresado el tercer supuesto que manejaba para explicar la tensión anterior del esclavo, y haberle preguntado si estaba estreñido.
Le gustaba el abrazo, le gustaba que le hubiera besado con cariño y le gustaba su sonrisa...y para que negarlo, le gustaba la visión de su trasero con la visión que le daba su cabeza, por encima del hombro del menor.
Para quitar un poco de tensión, emotividad y sentimentalismo que solían crear aquellas situaciones, que solía matar el ánimo de Lenin, que casi nunca sabía cómo reaccionar,pasó sus brazos con fuerza por la espalda del esclavo, tirando de él juguetón, en pleno abrazo de oso:
-...muajajaja....¡soy el Kraken de la bañera!
Se echó para atrás con Hayden entre sus brazos, salpicando de agua todo en un ratio de un metro.
-...a todo...ésto...¿tú...sabes...qué...es..el teatro...experimental....? -preguntó curioso, poniendo en práctica otra de sus manías, cambiar de tema para preguntar cosas raras.

- Waah!- Rió divertido ante aquella reacción inclinada al juego del narco y solo atinó a agarrarse a su cuerpo cuando el agua salía disparada por todas partes, sabía que Lenin no aguantaría mucho rato aquel momento "emotivo", pero aún así le había gustado el resultado de todo aquello.
- Teatro experimental?- Volvía a reir ante aquel cambio drástico de tema sin venir a cuento de nada.- Pues...no,.. je, no tengo ni idea...- era mas fácil limitarse a seguirle el juego y no preguntarle por qué cambiaba de tema pues seguramente la respuesta tampoco podría entenderla, estaba bien así.- Por qué?- aún así quería saber que era eso del "teatro experimental", le miró curioso esperando que le respondiese antes de que se le fuera la cabeza a otra cosa antes de hacerlo, sacudiendo un poco la cabeza a los lados, ahora estaba excepcionalmente cubierto de espuma y el pelo le chorreaba agua tras el ataque de "el kraken de la bañera".

-...porque...espero...que...no sea...aburrido...o saldrá..."el kraken...del teatro..."-comentó como quien no quiere la cosa, distraido en nuevos pensamientos-...
Soltó a Hayden y se empezó a acalarar con rapidez, cogiendo una toalla y colocándosela a la cintura, cogiendo el pato de goma y dándoselo al menor:
-...te...lo dejo..., pero...no le...digas...que...me fumé...los últimos...petas...sin...él...queluego...me echa...la bronca...-aquel era todo un gesto de confianza hacia el menor, el "rey de los patos" había cedido a su objeto de bañera fetiche y en la actualidad único súbdito-...voy a...arreglarme..., ´ponte lo...más...apañado...que..tengas..., un día...de éstos...te llevo ...a comprar...ropa de...verano...-comentó distraido, retirando los mechones blancos, ahora pegados a su rostro, pensando que si lo llevaba dejaría que eligiera mientras se quedaba en la furgoneta, ya que no le iban mucho las tiendas de ropa.
-...yo...me voy...a poner...elegante...también...-se alejó perdido en sus pensamientos, pensando que demonios habría elegante en el armario de la "habitación de los muertos", mientras a lo lejos el conductor le echaba la bronca por haber tirado agua en todas partes, a lo que Lenin respondía con borderías entrecortadas.

Cómo esperaba, no entendió nada sobre lo del "teatro experimental"...de hecho apenas tenía claro eso del "kraken", pero sí podía imaginar a Lenin cómo mostruo marino de andar por casa.
Sonrió al recibir el pato y lo miró un momento antes de volver la mirada al narco que salía del baño, parecía que había sido buena idea no "liberar" a ese despues de todo.
Lo dejó a un lado con cuidado cuando estuvo solo y terminó de aclararse, retirando toda aquella espuma y salirse de la balera también, secandose el pelo con cuidado delante del espejo, fijandose que aunque limpio ya no estaba en tan buenas condiciones cómo antes y por un momento se le pasó por la mente la idea de cortarselo, pero las voces que Lenin le daba al conductor a lo lejos le hicieron dejar de pensar en eso.
Terminó de secarse y fué a vestirse con aquellas ropas negras que le encantaban, empezaba a darse cuenta de que prefería la ropa negra u oscura, tal vez porque contrastaba con lo pálido de su piel y cabello.
Una vez vestido, se recogió en pelo en una coleta baja y se colocó el collar, tapandolo un poco con el cuello de aquella camisa de botones también totalmente negra y fue al encuentro del narco, pasando por un lado del conductor echandole una mirada entre indiferente y molesta, no le gustaba tenerle todo el rato por ahí.
- Bueno, yo ya estoy....- le decía distraido colocandoselas mangas, temiendo lo "elegante" que se pondría Lenin, pero hasta ese momento no le había dado sorpresas importantes frente al tema de la vestimenta.

Al abrir el armario, le llamó la atención una bolsa del tinte entre el resto de perchas, tenía un post it con aquella fecha y lo que indudablemente era su letra. Como todo lo que hacía, no recordaba haberla escrito, pero agradecía mentalmente a su yo del pasado por el detalle de haberse acordado de esas cosas.
El traje negro con raya diplomática, no lo conocía, pero el corte era guay, así que sólo rezaba porque le entrase. Cinco minutos después, con camisa negra y corbata roja a juego con su tono de pelo, descubrió que la combinación no era tan clásica como para ser de otra persona y que aquella ropa le iba como un guante. Su yo del pasado se había portado bien, y al parecer su había esforzado en tener en cuenta todos los detalles, y por el pañuelo con estampado que estaba en el bolsillo de la chaqueta también descubrió que se había fumado un par de porros fijo antes de comprarlo.
Se echó un poco de colonia en el pecho, y sacó de un neceser ocasionalmente preparado un bote de gomina y un peine, por lo que se estu´vo cinco minutos batallando con su pelo para dejarlo liso y echado para atrás en perfecto orden, colocando los mechones blancos delante y sin engominar.
Estaba arrebatador, pero al mirarse en el espejo también se dió cuenta de que parecía una mezcla entre un ejecutivo y un play boy...y eso le ponía a cien.
Entró en su habitación, mirando las caras de tensión entre el conductor y su conejito.
-...listo...deja que...compruebe...que llevo...las entradas...y nos...vamos...

Centró su atención en Lenin mirandolo con más que justificada sorpresa.- Vaya....voy a parecer un mendigo a su lado, señor Tenembaum...-rió por lo bajo acercandose a él y colocarle el cuello de la negra camisa, ¿ por qué le sorprendía tanto verle con corbata?, como fuere, no podía negar que se veía realmente bien así vestido y repeinado...aunque a primera eso de "voy a ponerme elegante" , el esclavo pensó que no iba tan en serio, hasta parecía haberse enbadurnado en colonia.
- Ehm...- se sintió un poco incómodo de pronto, ¿ a qué venía tanta formalidad ?, esperaba no verse en alguna situación en la que no supiese comportarse o algo así.
- Si - respondió simplemente asintiendo a las palabras del narco y en lo que esperaba fue a echarle una últma ojeada a Gato, el roedor seguía dormido en aquel nido que se había hecho en el fondo de su jaula.

Echó una mirada de mala leche al hamster y a un conductor que lo miraba extasiado, antes de coger el sobre y meterlo dentro de la chaqueta:
-...no lo...flipes, ...tampoco voy...tan arreglado...-comentó distraido-...ten...-por fin abrió la caja de madera y sacó algo de cuero negro, en concreto, una imponente chaqueta de cuero y cremalleras metálicas, y se la colocó al menor sobre los hombros-...así...no pasarás...frío...sobre la moto...nunca más..., es la famosa...cazadora...que me regalaron...cuando...cumplí...los diecinueve..., con ésta...entré...armado...al hospital...una de las...primeras...veces...y me...tiré...a todo...un jurado...para evitar...condena...por posesión...de drogas...tiene mucha historia..., el negro...te sienta...bien...
Hizo una señal al conductor, indicándole que se llevaba la moto y se largara a su puñetera casa, volviendo a establecer una conversación a base de gruñidos y suaves amenazas, que acabó con el conductor bajando por las escaleras, con Lenny detrás de él, gruñéndole que si hubiera cogido cinco kilos de dinamita estaría seguro de que se acordaría.
-...Hayden...mueve...tu perfecto culo...hasta aquí...-gritó el narco mientras bajaba, empujando levemente el enorme cuerpo del conductor sólo por fastidiarle

Habia vuelto a poner su atención en el roedor cuando sintió el peso de la chaqueta sobre sus hombros.- ...Ah?...- Miró al narco por un momento sin entenderle del todo hasta que terminó de contarle la "batallita" de la chaqueta, sonriendo para sí por haber recibido de él algo que significaba tanto.
Se levantó y se la puso bien, yendo al espejo del baño donde se miró con ella puesta, le estaba un poco grande y pesaba bastante por las cremalleras y demases, pero le gustaba, sí le gustaba cómo le hacía aparentas mas...¿mayor?, parecía un tipo duro con eso puesto pese a su cara de niño.
Se ajustó el cuello dejandolo levantado, definitivamente el negro era su color...
Se había quedado haciendo "posturitas" frente al espejo ( cosa muy rara en él ya que odiaba su aspecto físico) cuando escuchó que Lenin lo Llamaba desde abajo.
- Voy!! -Salió corriendo del baño y bajó las escaleras como un rayo encontrandose con el conductor a mitad de camino, le dirigió un seco y malhumorado " Luego he de hablar contigo", acompañado de una mirada gélida y llegó junto a Lenin en un abrir y cerrar de ojos.
- ...Oye...- le dijo mirando la moto.- algún día me dejaras que la lleve yo?...- le miró con los ojos brillantes.- Me enseñarías a conducirla?

Con una pierna pasada por encima de la moto y las manos en el manillar lo miró unos instantes, ¿con el miedo que le daba montar con él en moto ahora le apetecía conducirla. Ya montado empezó a arrastrarla un poco para sacarla de aquel incómodo quicio y poder maniobrar para salir de allí.
-...¿desde...cuando... te gustan...las motos...? - lo miró suspicaz -...si, te...enseñaré...un día...de estos...-murmuró lo último por lo bajo, no muy convencido-...de todos...modos...es fácil...te subes encima..., aprietas con...fuerza la palanca...-se dejó caer con fuerza sobre la palanca y la moto empezó a rugir-...el manillar...sirve para...acelerar...y los...frenos de...al lado...baahhh...eso son pijerías...y lo único...que tienes que..hacer...es mantener el equilibrio...y mantenerla...recta en las...curvas...para no...volcar haciendo presión con ...el cuerpo...
Le tiró el casco, pensando que a pesar de haberse repeinado, el efecto del viento tendría un efecto curioso sobre su pelo y acabaría como un gato despeluchado.

Miró algo contrariado a Lenin, parecía que no le cuadrase del todo que el peliplata quisiera aprender.
Guardó silencio durante la mini clase resumida que le brindó el narco, fijandose en sus acciones y asintiendo, no parecía tan complicado a fin de cuentas.
-Nunca dije que no me gustasen las motos...-se colocaba el casco imaginando el aspecto que tendría el engominado pelo de su amo cuando llegasen a donde quiera que fuesen.- Solo que ir contigo llevandola puede ser bastante dañino para la salud...-murmuró esto último sentandose detrás de él y agarrandose a donde podía, menos temeroso de lo habitual.- Además, nunca se sabe cuando podrias necesitar que yo la llevase...- Hablaba como si aquello fuese una gran obviedad y en parte lo era, podía ser bastante útil en el futuro, conocido el historial conflictivo del narco.- Bueno, ¿ vamos?-

-...bla...bla...bla...bla...dijo...el ornitorrinco...-murmuró en plan de cachondeo, ignorando olímpicamente el comentario sobre el factor de mortalidad en la condución del narco, de manera bastante infantil, pero reflexionando la proposición del menor, llegando a la conclusión de que definitivamente era buena idea. Tenía demasiados detractores últimamente.
Como respuesta, sonrió gatuno y aceleró al máximo para arrancar y salir despedidos y derrapando del callejón, pasando a escasos centímetros del espejo retrovisor de la furgoneta del conductor, que pitó cabreado y soltó un taco.
Levantó la rueda delantera de la moto para saltar la acera, acelerando antes de llegar al suelo, con un fuerte tirón y vibración de la moto, y como ya era habitual, pronto empezaron los aullidos, mientras el vehículo se dirigía a toda pastilla hacia el centro de la ciudad.
El cumpleaños sólo acababa de empezar...