La crisis de los 30 un año más cerca...Felices 26, señor Tenembaum.{Priv/LEM.}

Le miró algo confuso cuando aún le tenía delante, ¿ "negocio" ? , hasta ese momento no había querido darle muchas vueltas a todas las peculiaridades que tenía aquella, ya de por sí extraña relación que tenía con el narco, de hacerlo todo se le hubiese echado cuesta arriba al no compartir del todo algunas ideas que el otro tenía, pero tras escucharle ahora no pudo evitar que en su mente aparecieran por un momento unas cuestiones algo angustiosas, pero era demasiado cómo para poder pensarlo en ese momento en el que le tenía tan cerca.
Sin embargo sí pudo mantenerse lo suficientemente lúcido cómo para pensar en que aquella fribolidad de Lenin para con la promiscuidad no era del todo de su agrado, ya tenía más que asimilado que no podía retenerle solo para él en el terreno sexual, pero a pesar de eso no se imaginaba a sí mismo en tales actitudes con otro hombre que no fuese él, tal vez fuese por su ingenuidad aún latente o por su juventud, pero esa era una idea que aún no tenía cavida en si psique, aunque tenía la dudosa tranquilidad de pensar que de darse el caso de verse en la cama con otro al menos no recibiría reproches ni tendría porqué sufrir de cargos de conciencia.
Se limitó a asentir intentando que aquellos pensamientos no se reflejaran en su expresión, no quería estropear aquel día que por el momento estaba transcurriendo tan pacíficamente, lo mejor era no pensar en ello, o al menos dejarlo en segundo plano.

Cerró los ojos cuando el narco comenzaba a masajear su cabeza, aquello le encantaba, de verdad que era relajante y aunque recibir ese tipo de atenciones aún le hacían sentir algo abrumado, no dudaba en dejarse llevar, cerrando los ojos y prestando atención a su clase particular de "Tacticas submarinas de seducción".
- ...nngh...- se estremecía por el contacto hecho en su nuca, aquella zona era realmente sensible para él, odiaba aquel bulto en su piel que evidenciaba que no era más que un esclavo, pero a veces el mismo Lenin le hacía olvidarlo...
- Eh...ah?...-entreabría los ojos, cómo si despertara de un pequeño trance.- No...di-digo sí...- apoyaba su espalda en el húmedo cuerpo contrario, notandose algo tenso, los mismo "juegos" eran lo suficientemente excitantes y torturantes cómo para hacerle perder la concentración, y eso que apenas había pasado de la zona de su cuello.- Juegos presexuales...- repetía en un susurro cómo si de verdad estuviese tomando apuntes en una clase, volviendo a cerrar los ojos, cómo si de ese modo disfrutase más de aquella "clase particular".

Entrecerró los ojos, pensando que toda esa falta de concentración se debía a las caricias, después de todo ambos llevaban ya un buen round en el cuerpo. Decidido a concentrarlo debidamente, agarró suavemente su mano derecha, alzándosela a la altura del hombro y se echó hacia adelante, empezando a lamer y chupar aquellos dedos de manera lasciva y provocativa.
-...¿...estás...cansado...ya, Hayden...? -preguntó sobre su oído-...si no...te apetece...sólo dilo..., quiero que...estés...a gusto...conmigo...
Abandonó sus dedos para besar suavemente su hombro y empezar a masajear y enjabonar su espalda, apretando suavemente el hueco entre sus omoplatos, ajustando un pequeño nudo de tensión.
-...¿mejor...?...
Volvió a pasar sus brazos alrededor del cuerpo de Hayden, enjabonando sus muslos, evitando sus partes pudendas, mientras no dejaba de repartir pequeños besos en la zona del chip, encantado con la sensibilidad que le aportaba a su conejito aquella extraña pieza metálica que les daba por poner a los esclavos en Hanori sin demasiada justificación.

Sonrió para sí mismo ante aquella curiosa contradicción del narco lamiendole los dedos diciendole al mismo tiempo que le dijese si no le apetecía, estaba seguro de que Lenin sabía que no podría resistirse ante tales provocaciones.- ...y a gusto estoy...- susurraba también cuando este ponía rumbo hacia su espalda y le enjabonaba el cuerpo casi por entero de ese modo tan descaradamente torturante.
Estando de ese modo el mayor tenía una clara ventaja para con el cuerpo del esclavo, quien se sentía poco menos que indefenso cuando este atacaba zonas especialmente sensibles de su cuerpo como era por ejemplo la zona de la nuca, haciendo que se estremeciera en cara nueva caricia.
De improviso se echó un poco adelante, haciendo espacio entre los dos cuerpos y giró el tronco para verle.-...Si los "juegos" implican que no puedo mirarte a los ojos entonces no quiero jugar más...- se aventuró a decirle bastante serio, clavandole la mirada, aún sabiendo que por regla general el narco no aceptaba de buen grado comentarios sobre su agraciado aspecto físico ( ojos violáceos incluidos ).
- Me has tenido todo el rato de espaldas...- se giraba haciendo como que gateaba hasta él.- No es justo...-decía esto último con una extraña sonrisa que delataba que tal vez aquello también formaba parte del juego.
Apoyaba las manos en sus hombros haciendo presión para que el otro cuerpo retrocediera deslizandose por el acuoso elemento hasta que la espalda contraria daba con uno de los bordes de la bañera.- ¿...No podemos seguir con la "clase" cara a cara?...- su tono había cambiado a meloso tras ese pequeño arrebato con aires ¿ dominantes? y ahora repartia besos y lametones por el mentón, cuello nuez...- Me cuesta mantener la concentración en sus clases, profesor...me hace tener pensamientos y deseos impuros...- seguía lamiendo ahora las clavículas, dejando "traviesas" mordidas en sus hombros, con las manos entrelazadas en aquellos rojizos mechones, llegando sin mucha más dilación al pecho del mayor donde además dejaba algunos chupones más en su ya más que marcada piel.

No sabía cómo había llegado a estar de espaldas a la bañera, pero Hayden era taaan terriblemente ...sexy, que se había quedado flipado por sus acciones y lo había tomado por sorpresa mientras miraba como un idiota aquellos ojos azules perfecto e hipnotizantes.
Su mente estaba por darle de palos cuando empezó a gemir fuertemente al notar aquel mordisco sobre su nuez, explicándole por enésima vez la diferencia entre arriba y abajo, mientras el resto del cuerpo de Lenin se había empezado a mover levemente hacia delante, haciendo más profundos los besos y las lamidas sobre su cuello, y pensaba en el conductor desnudo y vestido con la ropa de mujer de Hayden, para evitar que su erección fuera en aumento. Cualquier otro hombre se hubiera llevado ya un buen rapapolvo por tratarlo de ese modo tan "vulnerable" pero para su eterna desgracia, estaba enamorado hasta las trancas del esclavo, y tenía tendencia a ser permisivo y darle todo lo que quisiera. Apoyó la cabeza sobre el hombro ajeno, notando las atenciones sobre su pecho, y algo mareado entre el agua caliente y el calentón que empezaba a llevar encima.
-...joooder...-murmuró, para no quedarse atrás empezó a morder suavemente el hombro ajeno, mientras sus manos bajaban hasta una de las partes favoritas de la anatomía del menor: su trasero, masajeándolo con fuerza.

Siguió con las lamidas y mordidas por aquella zona, queria pagarle con su misma moneda y evitar us zonas erógenas más obvias, pero las ganas de probar su sabor eran muchas y no pudo evitar la tentación de lamer aquellos puntos en concreto que eran los pezones del narco, los cuales delataban que los "juegos" no solo estaban haciendo efecto en el esclavo.
-..mmnnh...- recibía mas que encantado las atenciones de su amo, quien parecía estar sucumbiendo sin querer a sus impulsos, Hayden le miraba divertido de tanto en tanto, notaba cómo este se contenía a sí mismo y eso ..¿para qué negarlo?: le subía mucho la autoestíma al esclavo, el hecho de que Lenin le encontrase sexualmente atractivo había conseguido que de alguna manera el albino comenzara a superar un poco más sus complejos.
Dejó aquella "tortura" tomando el rostro del mayor entre sus manos, sonriendole pícaro y le besó de manera muy apasionada.- Sí te gusta...-rompía la húmeda unión susurrandole lascivo y provocante , soltando su cara y llevando sus propias manos a las del narco y pretandolas haciendole estrujar así con mayor fuerza sus nalgas.-...por qué te reprimes?-

Dió un respingo cuando notó su lengua sobre sus pezones, preguntando porque demonios Dios había puesto aquellas cosas sensibles en el cuerpo masculino, mientras se centraba en..cosas hippies, para no variar.
-...mmm...flores...cannabis...hombres poco...atractivos...con túnicas....el dalai...lama...-los susurros iba saliendo de sus labios de manera inaudible-..Mike...con túnica floreada...tirándose...al dalai...lama...-se apoyaba en su hombro, evitando que sus manos empezasen a urgar en el interior del esclavo -...ehhh...no quiero morderte , y si lo hago lo haré...-comentó, algo colorado entre el calentón y el agua caliente.
La verdad es que la parte racional de su cerebro (sí, inexplicablemente tenía una pequeñísima parte coherente dentro de un mar de incogruencias, y esa parte le decía que le patearía el culo si al esclavo le pasaba algo o se propasaba), por lo que se dedicó a responder a su beso, sin intentar pensar en que el otro lo animaba, pero es que estaba tan bien así...¿por qué no habría pensado antes en la bañera?, Dios, a la mierda leer en la bañera, a la mierda inyectarse cosas...se replantearía nuevos usos.
Inició otro beso húmedo mientras sus manos alzaban suavemente su trasero, dejándolo sobre su cuerpo a horcajadas, mientras empezaba a morder el lóbulo de su oreja, y masajeaba su pecho, empezando a crear fricción entre sus caderas:
-...si me contengo...es porque...contigo...es especial...-una de sus manos abandonó el trasero, para dirgirse al miembr del menor, empezando a acariciarlo-...estoy ...inusualmente..relajado...-susurró, confidencial-...y no...sólo...por la maría...

Sonrió de lado negando con la cabeza ¿ por qué siempre parecía que era él quién tenía que "suplicar" por las atenciones del mayor?, ante esa perspectiva de la situación lo mejor que se le ocurría era tomare la "justicia" por su mano.
- En ese caso... dejame jugar un poco contigo...- a horcajadas sobre él, movía las caderas en ese cadencioso contoneo que tenía por costumbre cuando estaba en tales actitudes con Lenin, claro que al hacerlo la fricción que el otro ejercía sobre su miembro aumentaba lo que provocaba que los primeros suaves jadeos empezaran a escaparse.
En realidad él también se encontraba bastante relajado, pero las ganas de jugar no se le iban.
Tomó la mano del narco despacio, haciendole soltar el agarre que tenía en su sexo y unió ambas caderas, haciendo que ambos falos quedaran en contacto, como si se frotaran mutuamente por los movimientos de caderas del albino.
Besó el dorso de esa mano y despacio pero sin pensarselo dos veces, lamia no por uno, muy lentamente aquellos dedos como si de caramelo se tratase, introduciendolos en su boca y succionando goloso.
Le miraba directamente a los ojos con total descaro, siguiendo con su contoneo y con aquel húmedo y torturante juego, si estaba relajado...podía jugar relajadamente.

Aquel contoneo de caderas era enloquecedor, notaba el pene de Hayden frotándose contra el suyo, y sus ojos eran todo un poema mientras lamía sus dedos. Sin dejar de perder el contacto visual, con ojos nublados pero por el deseo y la excitación, tuvo que apoyarse unos instantes en la superficie de la bañera, entre suaves jadeos, antes de echarse para adelante y susurrar contra la oreja del menor:
-...no...pares..., por favor...
Su mano libre arañaba suavemente la espalda del menor, mientras Lenin empezaba a morder los pezones de su esclavo, soplando sobre la sensible zona humedecida, para bajar hasta su ombligo, al borde del agua e introducir su lenga dentro de él, mientras notaba que sus caderas se alzaban de manera mecánica, intentando ampliar el contacto y profundizarlo.
Por su lado, la mano de la espalda había encontrado un sitio mejor en la que situarse y este era la separación de las nalgas del menor, que se puso a acariciar sin dudarlo, haciendo más profundas las caricias sobre su entrada

Se había empeñado en torturarle jugando con él lentamente...pero parecía que finalmente era el albino quien sufría la tortura, soltando aquella mano que lamía para doblarse sobre el cuerpo del narco aferrandose a este, las lamidas, las caricias...toda su concentración se había esfumado y dejaba que sus jadeos se depositaran en el oido del mayor como si estuviese contandole su más íntimo secreto.
Intentó no parar cómo el le dijo, pero sus caderas parecían no querer obedecerle al sentir las manos ajenas adueñarse de su trasero, pero claro estaba que ni podía ni quería quedarse atrás.
Notando su cuerpo tembloroso, soltó una mano del agarre que tenía en el cuerpo del mayor y la llevó bajo el agua, tomando con ella ambos sexos y empezar a masturbarlos lentamente al unísono.- mmhe..mgh...ah,..ero...- Jadeaba incomprensible aunque las palabras estaban claras en su mente, empezaba a cruzar de nuevo esa línea que separaba al Hayden cuerdo de aquel Hayden lascivo y lujurioso, no pudiendo resistirse a degustar ansioso la piel del cuello ajeno, en sus caricias, lametones y mordiscos, dejaban en clara evidencia que aquella era una de las partes preferidas del esclavo en cuanto al cuerpo de Lenin se refería, adoraba escuchar sus "reprimidos" gemidos cuando le atacaba esta zona.

Soltó un gruñido amortiguado de disconformidad sobre el pecho ajeno cuando el contacto entre sus caderas disminuyó, y se lo quedó mirando un momento con aire enfurruñado, que fue sustituido por uno de sus ronroneos satisfechos habituales cuando notó como se aferraba a él. Era tan blandito...como un ornitorrinco de peluche albino, o al menos, eso era lo que pensaba Lenin de la suavidad de la piel del esclavo.
-...ornitorrincos...-susurró, sin poder evitarlo, dando un respingo cuando notó como empezaba a masturbarlos al unísono-...ah...
Cerró los ojos unos instantes, excitado por el placentero contacto, entrecerrándolos confuso ante las palabras de Hayden:
-...¿eihm?
Se le olvidó todo cuando empezó a jugar con su cuello, echándose para atrás para dejar la garganta a merced del albino. Sus manos acariciaron con algo más de rudeza y necesidad el trasero ajeno, empezando a introducir con cuidado sus dedos en el cálido interior del menor.

¿Ornitorrincos?...
Se apartó un poco cuando el mayor hacía la cabeza hacia atrás dejandole aún más piel disponible.
Relamió sus labios antes de volver a la carga con más ganas aún lamiendole el cuello en toda su extensión, desde la unión de sus clavículas hasta el mismo mentón, jugueteando con la nuez a mitad de camino.- mm me...ah, me- me gusta...- mordisqueaba y lamía su barbilla.- ...tu sabor...- confesaba entrecortado llegando hasta lo labios y delinear su forma con la lengua.
- Nngh...- Cerraba los ojos al sentir la intromisión en su interior, con toda aquella humedad los dedos entraron sin problenas ni necesidad de ningún tipo de lubricantes.
Su respiración se había acelerado de manera notable y aumentaba la intensidad en los movimientos que su mano realizaba en ambos excitados sexos, notaba como sus caderas volvian a tomar vida propia con aquel movimiento tan suyo y le miraba con los ojos entrecerrados y sí, un tanto vidriosos, besando y lamiendo sus labios, esperando que le permitiera entrar, sentía que necesitaba devorar esa boca.
...Debía admitirlo, los "juegos presexuales" eran realmente interesantes y estimulantes.

Gimió quedamene cuando el otro tocó la garganta. Encima de él estaba un conejito mitad ornitorrinco con una personalidad ocualta lasciva y excitante.
Parte de las caderas de Hayden empezaban a golpear suavemente su pecho con aquel vaivén, que a parte de incrementar las caricias en sus manos, hacían que sus dedos se introdujeran más en el interior del esclavo, que aprovechó para empezar movimientos circundantes, en un simulacro de penetración.
Volvió a jadear suavemente cuando notó que subía a su barbilla y lamía sus labios, de manera algo ansiosa, y mirándolo un instante, abrió la boca y lo dejó explorar a sus anchas.
De todos modos, el narcotraficante siempre era el que solía tomar la iniciativa y explorar el cuerpo ajeno, así que aquel era un cambio interesante y veía normal que el esclavo tuviera curiosidad, y desde luego, él no iba a negarse.