Empezando algo nuevo... (Allen)

Había estacionado el auto en la zona subterranea propia de la zona de residentes. A pesar de tener mucho dinero, no era de aquellos que preferian casonas lujosas o mansiones gigantescas. Era sensillo en ese aspecto. No necesitaba un lugar gigantesco si vivía solo y mis pertenencias no eran grandes ni lujosas. Para eso estaba la casa de quien fuera mi mentor y que ocupaba en las vacaciones para relajarme.

Ahora vivía ahí, en un amplio departamento cerca de las casas de los suburbios. Era amplio y cómodo y poseía tres habitaciones. Sonreí. Nunca pensé que viviría allí con alguien.

- Ya llegamos - le dije con una sonrisa - Vivo en el cuarto piso. Me temo que el unico problema que tendremos será las habitaciones. Las que estaban desocupadas las ocupé de biblioteca y estudio, así que ahí veremos como nos ingeniaremos a la noche... donde dormiré yo.

Y le sonreí, saliendo del auto para abrirle la puerta.

El camino a la casa de Arael fue facinante, desde el propio camino hasta ver las enormes casas que se levantaban al rededor, aun que fueran solo casas pequeñas para el eran enormer, claro a comparacion de un cuarto de 4x4 que compartía con varios chicos, y su pequeña vitrina se sentía libre, pero al mismo tiempo temeroso; por fin entraron a la Zona de los suburbios, donde casas mas grandes, del doble o triple del tamaño de las simples, se elevaban majestuosamente. Por fin el auto se detuvo en un estacionamiento subterraneo. Se quedaron un rato en el auto, donde Arael le explicaba donde vivía y las condiciones de su hogar.
Al bajar del auto Allen se queda estatico,ya que por lo que había dicho de donde dormiría, y yo no quería importunarle de esa manera.

Arael... yo... no quiero sacarle de su cama, yo.. cualquier lugar esta bien para mi, aun en un sillon o en el piso.. a mi no me incomoda para nada. Lo que menos quiero es cambiarle su estilo de vida...

Se recargo sobre la puerta con la mirada gacha.. era nerviosismo lo que sentía. Puesto que todo para el era demaciado grande.

Me acerqué a él y le tomé la mano para que me siguiera hasta el ascensor que nos sacaría de ahí.

- No me molestas... - le dije - Pero no pudo dejar que duermas por ahí, así que yo creo que tendremos que dormir juntos hasta que ordene uno de los cuartos solo para tí. Aunque seas libre, sigo siendo tu amo y me tengo que encargar de tí. Desde ahora... - le miré sonriente por sobre el hombro - ... cuidaré de tí.

Aprete el botoncito de la pared en espera a que llegara el escensor que nos conduciría a la zona de arriba, sin solatrle la mano a mi acompañante.

Le acompañó hasta el ascensor tomado de la mano de Arael...
Lo que había dicho era verdad, de cierta menera era libre, pero era de el.. era su amo y le hablaría como debía de ser...
De pronto en lo que caminaban decía que cuidaría de el, y sonríe.. era bueno saber que tal vez recibiría buen trato.

Gracias amo...

Fue lo que dijo estando de pie hasta que llego el ascensor y entraran en el, con prisa Allen apreto el boton del ascensor del cuarto piso, ya que había dicho su amo que el vivía en el cuarto nivel. Los ascensores no eran nuevos para el ya que de vez en cuando los usaba cuando estaba en Hanori, ya sea para ir a su entrenamiento o cunado le hacían prubas de fertilidad.. asi que ya estaba a costumbrado.
Aun no soltaba su mano, le empezaba a gustar esa sensación.

- No me llames amo - le sonrió - Llamame Arael. No quiero que haya un muro entre nosotros.

Le agradó sentirle de esa manera y le pareció hasta dulce. No era el muchacho a la defensiva del día anterior y eso me agradó bastante.

- Ya verás que podremos llevarnos bien - le dijo, acariciándole la cabeza - Así que yo te llamaré Allen y tu Arael, ¿de acuerdo?

Esta bien... Arael.
Creo que tambien podremos llevarnos bien

Le sonrio... algo que no usualmente hacía... pero le daba cierta confianza. Porfin llegaron al piso indicado y espero a que el mayor dijera o hiciera algo. Pero no le gustaba esperar por lo que empezo a caminar hacia la puerta aun con arael de la mano.

Estoy seguro que tu casa es bonita, asi como en las revistas que veía a escondidas en la oficina de uno de los cientificos.

- No se si es bonita, pero a mi me gusta mucho y epsero que te guste a ti también - le decía mientras caminaba hacia la puerta de su apartamento y colocaba la llave - Bien, antra.

Adentro, un piso amplio, de paredes claras y decorado minimalista, junto a un hermoso living de cuero marrón, junto a una suave alfombra beige que hacía juego con las cortinas de corte oriental que se asomaban en la terraza. Un equipo de audio acompañado a un televisor de pantalla plana con equipo stereo y salida de parlantes Home theater le daban la bienvenida. habían más muebles, pero todo era ordenado y sencillo. Al fondo el pasillo que guiaba a la cocina lashabitaciones y el baño.

- Y bien? ¿Qué te parece?

El decía que no sabía si era bonita o no... pero al verla, era mas que bonita... todo bien ordenado.. de cierta manera lujoso.. bueno para el era un lujo.. se suelta de la mano de Arael y camina con cuidado... viendo cada pequeño detalle, poniendo las manos en la espalda para evitar tocarlas o tirarlas.. Quería sentarse en un sillon, pero la alfombra era clara, no quería ensuciarla, por lo que camino hasta la terraza... la vista era sorprendente.. se veía toda la parte de residencias... esas casas grandes que parecían castillos.
Estaba emocionado, tal vez el haber salido de aquel encierro le estaba haciendo cambiar un poco dejando ver ese lado que nadie conocía de el.
Estaba facinado, recargo sus manos y su basbilla sobre la baranda disfrutando del viento que daba justo en la cara, quedandose así un buen tiempo.

Me gusta...

- Que bueno que te guste, porque desde ahora este es tu hogar hasta que quieras - le dije con una sonrisa, mientras me acercaba por la espalda - Me gusta que esté todo muy ordenado y limpio, así que siempre estarás en un ambiente grato.

Le tomé de la mano para acercarlo al living y dejarlo sentado mientras iba a la cocina en busca de algunos refigerios. Me sentía extraño. Me gustaba ser tan cordial y que el joven no se incomodara. Era primera vez que me sentía tan a gusto con alguien en mi hogar.

Regresé con un par de refrescos y una bandejita llena de galletas. Sonreí.

- Debes tener hambre despúes de este pequeño viaje. Sirvete con confianza - le acerqué el jugo - Luego veré que te puedo pasar de momento de ropa para que te cambies ese kimono que te hace lucir tan apetecible. - bromeo sentándome a su lado - Mira que lo menos que quiero es que crean que eres esclavo y mucho menos que te miren mucho - continué con la broma - Soy celoso.

Y sonreí divertido, mientras le miraba atentamente.

El mayor le llevo de regreso a dentro, no quería pisar la añfombra, pero finalmente fue sentado en uno de los sillones, Arael, desaparecio mientras se quedaba en el sillon se sento en la orilla, como teniendo un poco de cuidado y no estropearlo, cuando regreso el mayor, le sonrio, tomo el hugo que amablemente le había llevabo y tomo una galleta de auqel plato mientras le escuchaba su platica, haciendole sonrojarse por su comentario.

eeh!! si.. bueno... no quiero molestarle con gastos inecesarios en mi. Con que tenga tres o cuatro mudas de ropa esta bien, se hacer limpieza, hacer de comer.. pero yo que sea apetecible.. no creo que nadie pueda comerme, no creo tener buen sabor. Yo... yo hare lo posible para que tambien tengas una buena compañía... leere mucho.. aun que no se hacerlo... pero escuchare las cosas que digan en la tv para que almenos puedas tener una plática conmigo...

Empezo a hablarle con un poco mas de soltura.. me agradaba el embiente, ya no sentía tan grande el lugar... eso si si tendría que salir solo entonces si preferiría quedarse encerrado.

Reí un poco mientras le escuchaba. Realmente era más adorable de lo que hubiese imaginado y me gustó sentir que ya no tenía ese muro del día anterior. ¿Acaso este ere el verdadero Allen?

- No te preocupes por es, soy tu amo y lo minimo que puedo hacer por ti es atenderte como se debe. A mi no me molesta en lo absoluto comprarte cosas. Tengo el dinero suficiente - le dije dejando mi vaso en la mesa y me acercaba para acariciarle. Por un momento sentí que le estaba cortejando - Además, recien saliste de Hanori. Sin dinero no puedes hacer nada... pero como ahora estás bajo mi cuidado, tengo que atenderte bien.

Para el menor era bueno saber que al menos alguien le procuraria en un ambiente nuevo, podria ver el mundo en compañía de alguien, siempre procuraria atenderle aun que el mayor no lo tratase como esclavo, el sabia que lo era el habia pagado u salida, lo menos que podia hacer era complacerle y cuidar de el aunqe aun no sabia como.simplemente se de jaria hacer y obedecer al mayor.

-De nuevo le agradezco mucho haberme sacado de ahí, de cierta manera uno esta solo dentro de ese lugar, no se ve pero hay competencia en nosotros los esclavos, siempre vistiendonos bien para que algun posible amo se fije en nosotros y poder salir de ahí algunos corremos con suerte otros no, vivir por años en un lugar asi nos hacen vulnerables o en mi caso una persona que haria lo imposible por salir de ahí. Arael me da mucho gusto que hayas sido tu quien me haya sacado. De ver sido aque hombre probablemente estuviera atado a una cama o en cerrado en algun lgar mas pequeño que mi jaula.

Allen le sonrie y sin mas se acerca al mayor posa us anos en sus piernas y recarga su cabeza en ellas

Le miré desconcertado ante ese gesto, pero sonreí. Era lógico que era una persona solitaria que buscaba una salida a su estado... y yo podía ofrecersela. Le acaricie la cabeza con una sonrisa.

- Menos mal que llegué a tiempo... creéme que no me habría gustado llegar tarde y ver como ese hombre te llevaba - le susurré, antes de cogerle el rostro por el mentón y levantarlo con suavidad - Creo que el destino quiso que nos conociéramos. Yo no entré con la intención de comprar nada, sólo por curiosidad y te vi en esa jaula alejada y de inmediato me sentí atraído por tí... no lo sé muy bien, pero quería sacarte de ahí. Cuando charlé contigo supe que eras distinto d elos demás y eso me agradó mucho... pero ese ayer andaba sin la chequera por eso no te compré de inmediato y al volver a casa pensé muvho en la situación. No podía dejarte allí. Además, me debes una charla.

Me acerqué para besarle la mejilla en un acto que no pude comprender y le volví a sonreir.

- Y por favor... no me trates de "usted"... ya te dije que dejemos eso a un lado. Llámame Arael y sin formalidades.

El menor se sentía muy emocionado por las palabras y acciones del mayor, por lo que sin miedo, o algo mas se dejo dar aquel beso, un beso que no tenía malas intenciones..lo disfruto.. disfruto la cercania de aquellos labios en su mejilla. De verdad podría ser feliz? de verdad no le quitarían esa felicidad? tanto tiempo encerrado y humillado, tratado como un simple objeto, aquel hombre le estaba dando felicidad, solo quería saber el menor cuanto tiempo podría durar. Pero aguantaría hasta que el se cansara de el. no importaba.

Yo le dare esa platica...

quedo callado para corregir.

Yo te dare esa platica Arael, lo hare. y no quiero darte solo una, quiero darte muchas. y darte muchas cosas.

El pequeño enrojecio ya que esas muchas cosas podrían ser todas aquellas cosas que le habían enseñado para atender a su amo.

- Me parece bien - sonreí ante ese tierno rubor - Yo también te daré muchas cosas... será recíproco.

Me levanté del asiento y le alcabcé una mano para ayudarle a ponerse en pie, con gesto gentil.

- ¿Vamos a mi cuarto? Debo buscar algo de ropa que pueda quedarte para salir a comprar. Así conoces la ciudad, elige lo que necesitas y de paso charlaremos para conocernos mejor... ¿Qué tal? Perfectamente esto podría ser una cita - broméé.

Allen toma la mano del mayor para levantarse de igual manera del sillón, se dio una rapida vista a su manera de vestir.. y de verdad que no estaba en las mejores condiciones de poder salir.. con todo ese traje señido a su cuerpo, dejando ver mas de la mitad de sus muslos, y abdomen. se sonrojo mas al pensar en salir asi... pero Arale le ayudaría y le llevaría a comprar algo mas descente... ahí si sería dificil la situación ya que no sabría como comprar las cosas o que si el escogiera sería correcto, trato de no pensar mientras iban a la habitación. Al llegar ahí, se sorprendio mas... una cama enorme.. ventanas, muebles.. facilmente esa habitacion podrían entrar mas de 10 esclavos... y solo Arael dormía ahí.

Es hermosa...

Suelta la mano de Arael y camina un poco quería saber que tan comoda era la cama... se acerco a ella y solo con la mano tento un poco.. era suabe, nada comparado a lo que era su cama...no quiso subir, ya que no era su cama y ademas las cubiertas eran blancas... no podría ensuciarlas... Voltea a ver a Arael y le sonrie.

Su cama es suave.. es muy bonita.. bueno todo es muy hermoso... sabes... aqui facilmente podríamos dormir un poco mas de diez.. y sería un lujo.

- ¿De verdad? - pregunté sorprendido - MI habitación no es tan grande...¿Acaso dormían en un espacio tan reducido?... Vaya, veo que la vida dentro de Hanori es peor de lo que imaginé.

Tomé la mano de Allen y le llevé a la cama, para que se sentara allí, mientras me dirigía hacia mi armario y revisaba que podría pasarle.

- No tengas miedo de sentarte en mi cama si tienes ganas de hacerlo - comentém revisando cuidadosamente mis prendas - De todas formas, esta noche dormirás aquí, hasta que arregle lo de tu cuarto.

Seguí revisando hasta encontrar unos pantalones deportivos que ya no usaba que que podían ajustarse fácilmente al cuerpo del joven, junto a una polera que me habían regalado hace algún tiempo y que no usaba por quedarme pequeña. Primera vez en mi vida que agradecía no botar lo que no usaba. Y así, sin perder tiempo, las lancé sobre la cama.

- Pruebate eso a ver como te queda... La sprendas están limpias.

Se encontraba sentado en aquella comoda cama... si era bastante suave, mientras el mayor buscaba algo que se pusiera., sus manos pasaban una y otra vez por la cama. Hasta que se sorprendio a ver volar la ropa y caer en la cama. la vio, y no estaban mal, tal vez le quedarían un poco grandes, pero era mejor que tener puesto esas miniaturas.

Gracias me las pondre en seguida.
mmm etto... puedes ayudarme a quitarme esto? es que por la espalda tiene cintas, y estan algo apretadas, y no las alcanzo... pero primero me pondre los pantalones...

El menor sin darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer... sin mas empezo a desatar las cintas de aquel pantalonsillo corto y empezar a quitarselo.

Le miré un poco desconcertado ante ese acto. Si bien le había dicho que no le ocuparía de esclavo, mentiría si dijese que no me parecía atractivo que ese ligero movimiento me parecía insinuante.

Corrí mi mirada hacia otro y lado y cuando comprobé que ya tenía puesto el pantalón, me acerqué para soltarles las amarras de la espalda. Estaba nervioso y no sabía porqué... o en realidad si, pero deseaba sacar esa idea de la cabeza. No quería volver a mis antiguas andadas y por mucho que fuese un esclavo, deseaba que las cosas fueran diferentes.

- Ya está... - y me alejé, para ponerme al lado de la ventana y mirar hacia afuera.

Finalmente el menor se había cambiado, era claro que le quedaba holgado. Pero era mejor que estar apretado.

Listo... ya estoy listo... me queda algo grande pero me gusta...
que tal...

Se da una vuelta rapida y camina hasta donde se encontraba el mayor. y lo tomo del brazo.

Gracias... creoq ue será mi vestimenta favorita apartir de hoy.

De pronto cierto ruido proveniente del estomago de Allen hacia su aparicion, si habia comido galletas, pero en Hanoria apenas le alimentaban.

- Te queda bien...

Pero de inmediato el sonido del estómago de Allen me hizo reir con ternura.

- Veo que no has almorzado... Vamos a la cocina a preparar algo y salimos despúes de comer, vale?

Lo llevé a la cocina y empecé a ver que podía preparar de comer. En realidad no sabía lo que le gustaría a Allen, así que le pregunté su opinión. De todas formas, al vivir solo no tenía mucho que ofrecer.

-¿Arroz o tallarines? - pregunté algo abergonzado - Como vivía solo... no poseo muchas cosas para comer en la casa... y a eso le sumamos que la mayor parte del tiempo ceno afuera...

Al estar en la cocina, escucha la sugerencía del día...

mmm bueno.. creo que prefiero los tallarines. Eso estaría bien parami... no te preocupes, yo se hacer de comer.. al menos es algo que se hacer.
Quieres que te ayude? A mi no me importaría hacer las cenas siempre. Pero claro debemos hacer compras para la alacena.

Se acerco a Arael y le sonrio... Estaba empezandose a sentir en un verdadero hogar.
La sensacion de compañia, y calidez... que había sentido en un experimento se volvía realidad... tal vez siempre podría quedarse con el.. si no se aburria el mayor de el.

- No... por hoy lo prepararé yo... Luego me ayudarás tú. Eres mi invitado.

Preparé la olla y el agua y comencé a preparar los tallarines. Mientras se cocinaban, saqué algunas verduras del refrigerador y preparé una ensalada de tomates y lechuga, además de la salsa que vertó sobre los tallarines una vez que estuvieron listos.

Sacados los platos, serví la comida, junto a la ensalada y dos vasos de jugo.

- Listo! Espero que no te intoxiques.

Había esperado a que elmayor terminara de hacer de comer... el menor solo se la paso sentado en una silla cercana.. viendo como iba y venía, cortaba y guisaba... era de cierta forma entretenido. Hasta que por fin termino y sirvio los platos y los vasos de jugo.

jejeje, no te preocupes... estoy seguro que cocinas muy bien... al menos no son los casi mendrugos de pan que nos daban.. o la poca comida que probaba en Hanori... Se ve todo muy rico... Gracias. Entonces empecemos a comer juntos.

Tomó su tenedor enrrollo los tallarines con algo de dificultad y trato de ponerlo en la boca cuando algunos salian de la misma... no tuvo remedio que succionarlos...pero no se fijo... tenía tanta hambre y esta tan rico que se había olvidado por completo de los modales en la mesa...

Me senté al frente de él y empecé a comer en silencio, mirándole de veez en cuendo con una sonrisa. Tomé una servilleta y le limpie con ternura la mejilla manchada de salsa.

- Vaya... si que tenías hambre... No te vayas a atorar - dije con suavidad sin animos de ofenderle - y... ¿Cómo están? ¿No te intoxicas?

Y le mire con ternura, mientras me llevaba un sorbo de jugo a la boca.