Se relamió los labios con lentitud, degustando aquel dulce sabor que aún resguardaba en esa fina comisura que formaban sus labios. Sí. Aquel era dulce. Y por demás, cálido.
Encerró los brazos en aquella figura que ahora dormía pegado a él. Pudiéndo notar su acompasada respiración, su aroma cerca. Suspiró suavemente.
En movimiento acompasado el pecho ajeno comenzaba a crearle cierto estado de letargo y poco a poco, el sueño le invadió, provocado no sólo por los actos pasados, si no de que, ahora, se sentía completamente libre.
Sólo por esa noche, lo había sido.
{[ Tema Cerrado~ ]}