Ahora somos tres

-Lo siento, creo que soy un poco más pequeño que tu.- Se disculpó para luego mirar su cola.- Eto...no te molestes, no es la primera vez que oculto mi cola así, además el pantalón me va algo grande y no me incomoda mucho.- Explicó intentando convencer a Obed de no romper su ropa.

Pero de todas formas se dejó guiar por la enorme casa, sorprendido por la gran diferencia con la casa de Jahi.

-Este lugar es enorme...- dijo en voz baja.

-N..no tienes..que molestarte...- Dijo algo nervioso al verle acercarse con las tijeras en las manos, le gustaban los cuchillos pero las tijeras era otro cuento.

Pero no pudo protestar mucho, ya que, Obed ya se encontraba de rodillas frente a él esperando a que se volteara. Le miró desde arriba sonrojandose nervioso.

-Eto....ten cuidado , né?.- Le dijo mientras se daba la vuelta dejando el trasero al alcance de las tijeras de Obed.

A simple vista se veía el nacimiento de la cola y que se doblaba hacia abajo un tanto apretado.

-...Te saldría más cómodo si me desabrocho el pantalón, así la tela queda más suelta?.- Le dijo mirándole por sobre el hombro con un leve sonrojo en sus mejillas y una nerviosa sonrisa.

-H...Hai!.- Se apresuró a mover su cola, pero al tenerla enroscada en la pierna le costaba moverla con libertad.

Continuaba mirando por sobre el hombro con creciente inquietud sintiendo como tanteaba la base de su cola, lo cual de hacía cosquilla.

-No me importaría si cortaras algo de pelo...mientras no cortes la cola...- Rió nerviosamente, auqnue no pudo evitar un respingo al sentir el frío de la tijera rozar su delicada piel.

Se sobresaltó al oir como se rajaba la tela, pero luego comenzó a ahogar una risita al sentir como Obed intentaba agarrarle la cola con sus dedos.

-Obed....me haces cosquillas...jijijijiji.- Se tapó la boca con una mano mientras miraba a su amigo por sobre el hombro aun sonrojado.- No vas a poder sacarla así...me dolerá...

Se quejó al notar que, para sacar su cola por el agujero debía estar doblada a la mitad.

-Tendré que bajarme los pantalones un poco para poder desenroscar la cola de mi pierna.- Dijo sonrojándose un poco más.- Si no tendrás que tirar de mi cola y eso me va a doler...mi cola en muy sensible.- Explicaba sin mirar a obed a los ojos.

Se sentía avergonzado ante aquella situación, además del detalle de que no le era costumbre de que le tocaran la cola. Y el estar en la cocina no le ayudaba mucho a relajarse.

-Gracias...- Se apresuró a bajarse los pantalones hasta la rodilla y sacar su cola, que por lo menos daba dos vueltas y media a su pierna.

La movió un poco antes de intentar darle al agujero del pentalon, fallando repetidas veces...Luego decidió hacerlo con la mano pasando la punta de su esponjosa cola por el agujero que había hecho Obed para luego volver a subirse los pantalones.

-Ya está mucho mejor.- Le dijo con cierto alivio moviendo su cola de un lado a otro de forma serpenteante.

-No habías venido al jardín?.- Le preguntó sorprendido. Aunque mirando atentamente el bello jardín que les rodeaba.

Caminó soltándose de la mano de Obed, se acercó a las flores pasando sus dedos con extrema delicadeza por los pétalos maravillandose nuevamente por lo suaves que eran. Se quedó largo rato arrodillado absorto en las flores.

"La primera vez que vi un jardín fue ayer...con Jahi..." Pensó suspirando tristemente al recordar lo lindo que había sido el día de ayer antes de que pasara todo esto.

Le miró como si lo hubieran despertado.

-P...pero él dijo que...- Balbuceó bajando la mirada recordando las duras últimas palabras de Jahi.- No creo que el arreglo dure tanto tiempo...las flores se pudrirán...-Susurró.

Volvió a acariciar las flores tomando un pétalo y tirando de él poco a poco...hasta romperlo.

Le miró con los ojos vidriosos sentía las ganas de hacer un hoyo en la tierra, meterse ahí y no salir hasta que todo hubiera pasado. Pero no podía escapar de la realidad así de fácil.

-Quiero creerte...pero lo dijo tan enserio y su mirada era tan cruel...que...eto...no sé...- bajó la mirada nuevamente al sentir que se le llenaban los ojos de lágrimas, no quería llorar más, pero tampoco podía evitarlo.

Le miró horrorizado ante la primera idea de Obed.

-Como me dices eso....no puedo hacerlo!...- Exclamó ocultándo el rostro entre las manos.- No sería capaz...yo...yo le quiero mucho como para hacerle eso.- Sollozaba sin separar el rostro de sus manos.

Nuevamente se sintió ahogado por la pena, sentía como las lágrimas se colaban por entre sus manos. "Como me pide que sea frío con el hombre de quien estoy enamorado..." pensaba amargamente.

-No sé que pensar...no sé que hacer...más que seguir...- Le dijo algo más calmado al sentir el abrazo.- Lo siento...no me gusta llorar por cualquier estupides, sé que me quieres ayudar...y creeme que lo aprecio como no tienes idea...

Le decía pasando sus brazos tímidamente en torno a su amigo para aferrarse suavemente a su espalda.

-Pero...el que Jahi me haya dejado, es como si me quitaran todo y me dejaran sentado en una sala vacía...solamente acompañado de un pequeño consuelo que es lo que me mantiene aquí.- Al decir la palabra consuelo se apretó un poco queriendo dar a entender de que ese pequeño consuelo era él, su único amigo.

Se secó las lágrimas para mirarle con ojos vidriosos y rojos.

-Crees que podré...la sala es muy grande y...no sé si pueda.- Le dijo mientras se levantaba un poco extrañado ya que no se había dado cuenta en que momento se habían recostado en el jardín, pero al final le sonrió débilmente.

Y con cansado suspiro se volvió a recostar apoyando la cabeza sobre el pecho de su amigo.

-Obed...gracias...- Le susurró con voz mezcla de tristeza y dulzura.- Siempre tienes unas lindas palabras para mi...

Se acurrucó mejor junto a su amigo y le dio un pequeño y cándido beso en la mejilla para luego volver a su posición inicial. Se sentía bien junto a su amigo, Obed le daba la seguridad y el ánimo que necesitaba para pasar este duro momento.

-Né...en verdad puedes hacer nevar son ese...ma..n..mant...mantra?.- Recordó las palabras que había escuchado momentos atrás y le habían despertado su curiosidad.