Ahora somos tres

Termino mi comida. y lleno mas la copa.

Bueno chicos, les ayudare a levantar la mesa, y después me encerrare un rato mas en la oficina, pueden hacer lo que quieran en la casa, pueden si quieren investigar, o jugar al escondite, , bueno creo que ya son mayores para ese tipo de juegos, pero pueden hacer lo que les guste.

Me levanto y llevo los platos de los tres a la cocina.

-No...quiere un café o algo así?.- Le preguntó al tiempo que se ponía de pié, algo mareado, pero estable.- Siempre he visto que los adultos toman café después de comer.- Le sonrió aun con tímidez.

Al levantarse volvió a sentir el olor del vino quie le hizo volver a sentarse y cerrar los ojos un momento. "Estoy mareado..." pensó algo inquieto abriéndo los ojos lentamente, sentía como su tuviera el estómago apretado contra la garganta, pero no quería molestar a nadie.

-Si, estoy bien...- Le dijo sonriendo aunque aun estaba algo mareado no le dió importancia.- Ya te ayudo a recoger la mesa, né?

Le dijo como si nada, pero sin ponerse de pié aun. Cuando dejó de sentir el aroma del vino se sintió con fuerzas para levantarse y mientras tomaba una de las ensaladeras miró a Obed.

- No te preocupes...- Y se fue a la cocina.

- A que quieres jugar?.- Le preguntó mientras comenzaba a lavar los platos

En realidad no quería nada, el olor de la comida y el vino le habían revuelto el estómago a tal punto que sentía nauseas. Su rostro se había puesto cada vez más pálido, pero el neko continuó haciendo caso omiso del mal estar.

No dijo nada, sólo se dejó llevar. Notó su mano sudorosa entre los dedos de Obed. "Estaré enfermo?" Pensaba curioso, jamás había enfermado antes y, sinceramente, no sabía como era estarlo.

Cuando salieron al neko se le nubló la vista y sólo atinó a sujetarse de la mano de Obed para evitar caer.

-Obed...- Susurró con voz ida.- Me siento mareado...

Dijo antes de caer de rodillas llevándose una mano a la cabeza.

Sólo se abrazó a Obed cuando este le tomó en brazos y lo llevó al cuarto. Apoyó la cabeza en el hombro de su amigo viendo como su visión se nublaba y distorsionaba, pero sintió un granalivio als entir las frescas sábanas bajo de si.

Se acurrucó de costado mientras un escalofrío le recorría el cuerpo.

- Estoy bien...sólo fue un mareo.- Le dijo sonriéndo débilmente.- Ya se me quita y bajaremos a jugar como querías.- Estiró una mano para tocas la de su amigo.

Cuando sintió que Obed se levantaba rápidamente le tomó de la manga.

-Eto...no, no te vayas....ya me pondré bien, en serio...- Se sentó lentamente sin soltar la manga de Obed.

Aunque estaba algo mareado ya las náuseas estaban desapareciéndo, al igual que la sensación de fatiga, lo que le hizo pensar que pronto estaría bien.

- Ya no siento náuseas....- Le dijo como un último recurso para convencer a asu amigo de que no le dejara solo en aquella enorme habitación.

no contestó ante las palabras "no te voy a dejar morir" de Obed, simplemente le abrazó y dió un triste suspiro mientras se acomodaba en su pecho y cerraba los ojos.

-Gomen...no esperaba que nuestra amistad fuera en estas circunstancias...- Le dijo con la misma melancolía de la mañana.

Se quedó muy callado atento solamente a los latidos del corazón de Obed. " Que fuerte se escucha...es como si fuera un tambor en la mitad de la cálida selva, impenetrable y segura....vivir en la selva...lejos de todo y de todos...." pensaba mientras comenzaba a caer en un profundo sueño guiado por aquel poderoso tambor que era el corazón de su amigo.

-Hai....que dure para siempre....- Dijo entre sueños el neko dando un profundo suspiro adormilado.

Se acomodó mejor sobre el pecho de su amigo, Buscaba calor, ya que, a pesar de estar abrigado tenía la piel fría y se notaba un leve temblor en las puntas de sus orejas.

Pero dormía tranquilamente abrazado a su amigo, le abrazaba firmemente como si temiera que se alejara.

El neko dormía tranquilamente cada vez más relajado, al parecer ninguna pesadilla lo atormentaba como las veces pasadas. De repente se acomodaba o movía la cola, pero en ningún momento daba señas de despertarse.

Sus manos se fueron aflojándo poco a poco, liberándo a Obed de su abrazo cuando se las llevó a la cara y las dejó cerca de la mejilla, empuñadas como patitas de gato.

Según yo estaba trabajando, pero me había metido la botella a la oficina, saco una fotografía del pasado y la empiezo a ver. El efecto del alcohol empezaba a surtir en mi, no podría acaso olvidar a esta persona?, a pesar de tener en mi vida ya a Obed?
Ya me encontraba bebido, y al tratar de levantarme para lanzar aquella fotografía a la calle, resbalo cayendo de espaldas y de paso llevarme toda la papelería que debería entregar en tres días a la oficina. Solo me quedo ahí tirado con botella en mano.

Mi vida es un asco, pensando en alguien muerto cuando tengo a alguien que quiere vivir conmigo.

Obed trata de ayudarme, pero en el estado alcoholico en el que me encontraba no podía distinguir el pasado de la realidad.
En mi estado podía ver a Obed con el rostro de aquel aquien habia amado, cambio los papeles y dejo a Obed debajo mio, me acerco a su rostro lo suficiente, atrapo sus labios con los mios besandolo de manera arrebatadora, mientras mis manos empezaban a acariciar su delgada situeta, queriendo escabullirse por debajo de su ropa.

La sensación era parecida pero no igual, algo de el había cambiado, mi mente jugaba cruelmente conmigo, y en ese juego estaba lastimando a Obed. al confundirlo con alguien mas, Me separa de sus labios y me toma del rostro. Su voz era calida pero distante, no quería despertar de mi ilusión. pero la fuerza de Obed sobre mi rostro me hace despertar de mi sueño. Solo puedo verlo fijamente, me preocupo y me levanto como puedo.

Lo siento Obed, será mejor que vaya a mi habitación, tu quedate con Kudo. No quiero terminar por hacerte daño.

Camino hasta la puerta para salir de la oficina.