Ahora somos tres

-Hai...- Contestó mientras le daba los últimos toques a la salsa.

Armó los platos de una forma sencilla y elegante. Puso la carne sobre un nido hecho con las papas salteadas y con mucho cuidado, colocó la salsa junto con los trozos de champiñones. El plato se veía apetitoso y las papas le daban color al plato y como decoración final, el neko había hecho unas flores de zanahorias que puso en los platos.

-Qué te parece?.- Le preguntó mostrando dos platos listos para llevar a la mesa.

-Eto....porque no le llamas tu...- Le dijo mirando la puerta con cierto recelo.- Es tu amo....- Agregó ayudando a Obed a llevas los trastos sucios.

No quería interrumpir el trabajo del Señor Frederich, temía molestarle, además se sentía terriblemente incómodo en precencia de él. No sabía el porque, él no había sido grocero no malo con el neko, si no, todo lo contrario.

Mientras revolvía las montañas de documentos sobre mi escritorio escucho la puerta, tal vez sería Obed, ya que el neko al parecer me tenía un pavor el cual no le permitía ni verme a los ojos. Eso me preocupaba, no había sido rudo o grosero, pero aun así le infundía miedo, tal vez por el hecho de haberle separado de su amo, y eso era comprensible.

Adelante, puedes pasar.

Levanto un poco la vista y como había pensado era Obed.

Que pasa? falta algo en la cocina?, si es así puedo ir a comprarlo.

Bueno solo firmo estos documento y voy a la cocina, comeremos ahí?
Bueno en un momento los alcanzo.

De nuevo me metía entre documentos, no pensaba que tenía trabajo atrasado, pero había prometido a obed pasar una semana con el, y ahora con Kudo, bueno, solo mientras Jahi se decidía en ir a la casa y entregarle lo mas preciado para el. Al terminar lo que estaba haciendo me dirijo a la cocina, de pronto el aroma en el pasillo empezaba a inundar la casa. Entro a la cocina...

Huele muy rico aqui.

En el tiempo en que Obed estuvo en la oficina de su amo el neko se dedicó a ordenar la mesa de la misma manera que le preparaba la mesa a Jahi. Buscó en cada mueble hasta hallar lo necesario. La preparó elegantemente, incluso había doblado las servilletas de género para que parecieran graciosas aves delicadamente posadas en las copas.

Estaba esperando, algo indeciso a Obed cuando escuchó la voz del señor Frederich en la cocina, lo cual causó que el neko comenzara a mover la cola de forma inquieta. "Calmate gato tonto!" se regañaba, "El señor Frederich se está haciendo cargo de ti y es amable, y tu le pagas con esta actitud?!" Dió un profundo suspiro y se dirigió con paso decidido a la cocina donde había escuchado las voces cuando vio salir a Obed con los platos en las manos.

-Te ayudo!.- Se apresuró a ayudarle.

El comedor? jejeje, ya no recordaba que existía el comedor, tanto tiempo en la oficina y en cenas fuera de casa que no recordaba esa parte de la casa, bueno pero ahora será diferente, comeremos mas seguido ahí en el comedor.

Pensé mientras preparaban todo para comer en el comedor, me acerco a la puerta que conectaba la cocina al comedor, y por la ventanilla de esta logro ver todo lo bien preparado que estaba, todo en orden y bastante elegante, parecía mesa de restauran.

Quieren que les ayude en algo?

-Voy...- Dijo apresurándose a entrar en la cocina a buscar los platos que habían quedado.

"Ahora si Kudo...comportate como se debe..." Se dijo a si mismo antes de volver al comedor y ver como Obed le ofresía el asiento de la cabecera de la mesa a su amo. Entró con los platos y los puso en sus respectivos lugares y tomó asiento. No podía evitar sentirse terriblemente nervioso ante la presencia de Frederich y sentía vergüenza de mirarle así que se mantuvo con la mirada baja y su cola moviendose nerviosamente de un lado a otro.

Me siento en el lugar que me indica obed. La mesa y todo era perfecto.

Lo han hecho muy bien, me agrada tener buena compañía cuando como y ustedes son muy buena, le agradezco la preparación de todo esto.
Bueno, comamos para que esto no se enfríe, no quiero dejar nada en el plato, ya que esto se ve delicioso.

Como un niño esperaba a que me sirvieran, el ambiente estaba raro, tal vez por que no acostumbraba a comer con alguien en casa, ademas eso me gustaba, se sentía como familiar.

-G...gracias...- Dijo en voz baja a Frederich por lo de buena compañía.- Que le aproveche...

Le miró por primera vez desde ayer sonriéndo tímidamente mientras se quedaba quieto, luego miró a Obed algo nervioso. Luego se levantó tomando la botella de jugo y les sirvió, primero a Frederich luego a Obed y finalmente a si mismo. Sirvió los vasos desplazandose por detrás de las sillas sin cruzarse ni derramar una gota. Moviéndose así marecía un camarero sirviendo vino en un restaurant.

Una vez había terminado volvió a sentarse en silencio y se quedó quieto nuevamente mirando su plato. No sentía hambre y tenía esa extraña sensación en el estómago que le había acompañado desde la mañana. "No quiero comer...siento el estomago revuelto..." pensaba mirando el plato servido, se sentía contrariado. No quería que sus anfitriones se enfadaran porque no quería comer.

Kudo era un buen mesero, por así decirlo. todo lo estaba haciendo de la manera correcta. Eso era bueno, pero me preocupaba el que tuviera esa expresión de miedo. Sería yo acaso el motivo de ello? Pensé en mis adentros. Al sentase, solo puedo felicitarlo.

Gracias Kudo, eres muy bueno en esto, tal vez si buscaras un trabajo de ese estilo te contratarían de inmediato. Bueno comencemos

Doy la primera probada de mi plato y me quedo sorprendido, pero al mismo tiempo veo que Kudo solo ve su plato, no tendría hambre lo mas probable.

Sucede algo Kudo, recuerda que estas en confianza. No quiero que enfermes, no sabría que hacer si algo te sucediera. Sabes que puedes contarme lo que sea, y si no ami, a Obed a quien tienes mas cercano. solo no quiero que enfermes, si eso sucede tratare de cuidar no solo de ti sino de Obed.

-T..Trabajar?.- Le miré algo sorprendido.- Pero...eto...- No esperaba que Frederich le dijera eso y no supo que decir más que sonreir un poco más y sonrojarse ligeramente.-...Gracias...

Se le quedó mirando de reojo viendo la reacción ante el primer bocado sonriendo para si, le agradaba el haber podido ayudar a Obed a cocinar algo para su amo.

-Eto...en realidad, señor Frederich.- Volvió a mirarle.- Pues no siento apetito, lo siento, pero siento el estómago un poco extraño...- Le dijo bajando sus orejas.-...Gomen...- Se disculpo.

Esta bien , no tienes por que preocuparte, te entiendo, se lo que es estar separado de alguien, se lo que es no comer, y sentir se morir, pero no quiero incurrir en el pasado, esta bien si no quieres comer en estos momentos, pero no te vayas acompáñanos, no quiero que estés solo, ademas eres buena compañía, sabes no solía comer en esta mesa acompañado, no desde hace mucho, de hecho ya había olvidado que este lugar existía, me la paso comiendo fuera o en la oficina, al igual que dormir, solo regresaba a casa a cambiarme e irme de nuevo. Solo espero poder disfrutar así las comidas, en compañía de alguien.

No quería que Kudo se sintiera mal, no quería hacerlo. comprendía su dolor, aun que no pensara igual.

-Gra...cias, es usted muy bueno conmigo.- Dijo en un susurró mirándole con una tímida sonrisa en los labios.- Siento causar tantas molestias...

Se estaba dando cuenta de que el señor Frederich no era tan atemorizante como lucía, era amable aunque aun le daba algo de miedo.

- N...no se preocupe...Obed y yo podemos encargarnos de preparar las cominas para usted...- Y miró a Obed sonriendole.

Muchas gracias, espero tener muchas comidas como esta, saben se siente bien comer con las personas importantes, ya lo había olvidado.

Termino mi bebida.

Kudo, podrías pasarme la botella de vino que esta en esa pequeña caba? Me gustaría beber de ese vino, les ofrecería pero uno, tu no has comido y dos ambos son muy jóvenes para beber aun. Y no me gustaría que terminaran en mal estado por mi falta de responsabilidad. Así que yo beberé por ustedes.

-Si, señor...- Se levantó llendo donde le habían indicado.

Sacó el vino y junto con el descorchador que estaba en el mueble, volvió a la mesa y parándose junto a Frederich le mostró el vino como si fuera un elegante camarero.

-Eto...quiere que lo descorche para usted?.- le preguntó mientras colocaba la botella en la mesa frente a Frederich.

No te preocupes, lo haré yo, ademas ya has hecho mucho este día. Anda ve a sentarte.

Tomo la botella y la miro, era un vino muy caro y que nunca había podido destapar. Pero este era el momento mas indicado para hacerlo.
La destapo con sumo cuidado y elegancia. Me levanto y Voy por otra copa limpia. Sirvo la copa y la levanto mostrándoselas.

Brindo por los tres y nuestra reunión, brindo por la próxima felicidad de los tres y que estemos juntos el tiempo que tenga que ser, ya fuese corto o largo. Brindo por estos dos chicos que me han devuelto la felicidad.

Pongo la copa en los labios y bebo de ella.

Miró a Frederich algo sorprendido y emocionado por su brindis. No creyó que estaba siendo algun bien en esa casa, más que molestar.

-Né...Obed, creo que la Mayoría de edad es de 21 años para las personas libres, pero para nosotros no corre...podemos beber si el amo lo desea o no.- Le dijo en voz baja y tímida, como si aun temiera a Frederich.

Sintió el fuerte olor del vino y se notaba de que ya tenía varios años de guarda y debería ser de sabor fuerte con leves matices de madera de roble, dejando un retrogusto algo aspero y agradable. Pero ese olor hizo que al neko se le revolviera el estómago y palideciera levemente, pero no dijo nada ni demostró malestar alguno. Se negaba a "Hechar a perder" la comida de sus anfitriones.