Ahora somos tres

Le miró con los ojos muy abiertos.

-Has visto la nieve de verdad?.- Le preguntó con ingenua curiosidad.- Yo sólo la he visto por la tele.- Dijo después sonriéndole con una pequeña chista de entusiasmo brillando en esos enrojecidos ojos.

-Harás que caiga nieve? y haremos muñecos como en las pelis?.- Una débil sonrisa fue ilumimando poco a poco su, hasta ahora, triste sonrisa.

Se sentía algo entusiasmado ante la idea de hacer caer nieve, más que mal...Kudo era un niño aun.

Lo miró con gran atención como se movía y se acomodaba. Cuando le escuchó que él también debía colocarse en la misma pocición, se apresuró a sentarse frente a Obed con las piernas cruzadas, puso las manos de igual forma.

-Asi está bien?.- Le preguntó prestando atención en sus movimiento.- Y si lo hacemos...caerá nieve mañana! tan pronto?.- Miró hacia el cielo, lo veía nublado, pero no creía que fuera a nevar. En realidad Kudo jamás había visto como era el cielo antes de una nevada de verdad, todo lo que sabía del clima o la naturaleza lo había aprendido por la TV.

-Hai, hai...pensar sólo en la nieve.- Repitió el neko cerrando los ojos e intentando relajarse, aunque su cola demostraba lo inquieto que estana con su incesante vaiven.

Realmente se le había despertado una gran curiosidad por esto de hacer nevar. "Obed es increíble, sabe muchas cosas interesantes" pensaba entusiasmado.

Nuevamente trató de relajarse respirando profundamente como escuchaba que lo hacía Obed. "Quiero que neve, quiero que neve, quiero que neve...."repetía su mente cada vez que escuchaba el "Ohmmmm" de Obed.

-Nieve...- Susurró "1...2...3...4...".- Nieve....- Volvió a decir mientras continuaba su conteo mental.- Nieve...

Continuó repitiendo esa palabra mientras en su mente repetía que quería que nevara para conocerla.

Se quedó en silencio sin saber si podía parar o no. Obed se había detenido, pero aun no había dicho un palabra. Cuando le escuchó hablar abrió los ojos lentamente y sonrió ante las palabras de su amigo.

-Sería genial que nevara mañana, ojalá funcione!.- Exclamó sonriendo tiernamente.- Obed...como sabes tantas cosas? sabes hacer coronas de flores...sabes como hacer nevar...sabes muchas cosas!

Le hablaba con entusiasmo.

Le miró atentamente como si le hubieran revelado un gran misterio.

-Me enseñaron como se maneja el dinero en caso de tener que mantener una casa, como hacer las compras más conviente para el bolsillo del amo...pero nunca he tenido dinero propio.- Le dijo sonriendo con inocencia.- Así que no sé mucho sobre dinero...ni de nada en realidad...en mi vida jamás dejé Hanori, incluso habían montado una escuela falsa cuando tenía que ir a la escuela y que era parte del experimento del que fui parte.- Contaba de lo más normal.

Se acomodó mejor en el pasto del jardín, juntando sus rodillas, sentándose sobre sus talones y apoyando ambas manos en sus rodillas. Esta pose le daba un aire de inocencia casi increíble para un esclavo.

-Claro que te enseño, tu has sido muy bueno conmigo.- Le sonrió con más ánimo.- Yo te enseño...aunque no es mucho, es más como hacer las compras y escoger, por ejemplo, en vez de ir a una tienda a comprar vas al mercado a escoger las verduras y las frutas y esa clase de cosas.- Le dijo aun con la sonriza en su rostro.

Se comenzó a sentir con algo más de ánimos al pensar de que podría serle útil a su amigo, quería ser capaz de devolverle toda la amabilidad que le había dado.

Se encogió de hombros mientras reia, restandole importancia al asunto.
- Todo sirve, por mas escencial que sea... y con aprender no se me ropera una pierna... - dijo riendo mas y luego estirando sus brazos hacia el cielo, mientras veia hacia este tambien... "Nieve... no me falles mañana.." pensó viendo las espesas nuves blancas que arropaban el cielo por encima de ellos, pero luego volvió la vista a Kudo.
- ALgo mas que quieras hacer antes de volver adentro y preparar algo de comer? - preguntó ladeando la cabeza 30 grados.

Se recostó de espaldas colocándo sus manos tras la nuca y mirando como las nubes se arremolinaban y chocaban unas con otras. Se le hacía tan tranquilo estar así tendido, la casa era muy silenciosa a pesar de que estaba Frederich en algun lado de esta, no se sentía para nada.

Levantó la mirana al escuchar las últimas palabras de Obed.

- En realidad me da lo mismo...si quieres podemos entrar.- Le dijo encogiéndose de hombros, le agradaba sentir el frío en su cara.-...pero si quieres entrar, entremos.

Le miró con una suave sonrisa mientras se sentaba nuevamente.

-No...no tengo hambre.- Contestó con un suspiro cansino.- Es como si tuviera un nudo en el estómago...pero no te preocupes, estoy bien, ya me dará hambre tarde o temprano.- Le dijo en tono tranquilo sonriéndole aunque sin separar su mirada de las nubes.

Quería dormir, pero temía a las pesadillas. El neko no había soñado jamás, pero si había tenido horribles pesadillas en dos etapas de su vida...Cuando le dijeron que era parte de un experimento de comportamiento y que en realidad era un exclavo. Y después del accidente, aunque desde ayer en la tarde temía que si dormía las pesadillas volverían peor que nunca.

-Pero si quieres te puedo ayudar a preparar algo para ti y para tu amo.- Le ofreció sonriéndo con amabilidad.

- Ay, Obed...en verdad te agradesco todos los esfuerzos que haces por ayudarme, pero no tengo ganas de nada...me gustaría quedarme tendido aquí todo el día vegetando como una planta.- Dijo en un triste suspiro.

Cerró los ojos, los sentía pesados e hinchados tanto de cansancio como de tanto llorar. Continuó en silencio y con los ojos cerrados por un buen rato disfrutando de la fría brisa y de los rayos del sol que, en ocaciones, se colaban por entre las nubes.

"Olvidar?..no quiero olvidar..." pensaba estirando sus brazos con gesto perezoso. "Pero tal vez me sienta mejor?...Además, qué será lo que hará si le digo que si?" Su curiosidad se hizo presente una vez más y fue más fuerte que la tristeza que lo agobiaba.

-Si tu ya lo probaste...- Abrió los ojos y le miró.- Entonces si.

Le sonrió intentándo parecer alegre, cosa que no le resultó mucho. Se estaba sintiéndose cansado de todo, pero sabía que Obed no le dejaría estar solo. Le agradecía la compañía desde el fondo del corazón, es por eso que estaba dispuesto a intentar todo lo que quisiera.

Aunque por dentro moría de la risa y de la curiosidad, por saber como Kudo reaccionaría, también se sentía algo raro lo proximo que haría... y ahí estaba el neko pensandoselo cuando abrió los ojos y le habló.
Aguantó la risa y se incorporó.
- Bien, en ese caso, debes cerrar los ojos, relajarte y no pensar en nada... será rapido.. - su boca tenia una sonrisa serpenteante, apretaba y aflojaba los labios para evitar reirse.

-Ok...- Le dijo volviéndo a cerrar los ojos.

" Qué hará?..." se preguntaba sin cesar relajándose lo más posible. Dejó los brazos a los costados sintiendo las briznas de pasto acariarle las palmas de sus manos que ya estaban frías a causa de la temperatura que cada bej bajaba más.

"Que agradable sensación..." dió un suspiro al sentir el frío del suelo traspasar su ropa.