Alguien nuevo en la casa (privado-Lemon)

Se maldijo así mismo ante lo dicho, malditos cambios de personalidad… En aquel momento había salido como si nada, bueno la mayoría de veces le pasaba cosas así, así que no tendría por qué sorprenderse, pero claro… El otro no estaba acostumbrado a aquellos cambios, tampoco se había parado a decírselo….

Quizá más tarde se lo diga, ¿o mejor ahora? Bueno, tarde o temprano se lo tendría que decir, ya que quizá alguna vez podría salir una de sus personalidades como hace un momento, pero quizá algún día salga alguna desagradable… Así que sería mejor tenerle advertido….

Al escucharle y sentir la suave caricia sobre su rostro no dudó en girar el rostro a mirarle sorprendido, ¿Qué quería decir con eso….?
En cuando menos se lo esperó sintió los labios ajenos sobre los propios.
Abrió de nuevo sus luceros azulados, ¿Qué…? No se podría creer lo que estaba haciendo…

Sus mejillas se sonrojaron por completo ante aquel gesto tan repentino, es más cerró con fuerza sus parpados una vez que sintió aquel obstáculo por dentro de su cavidad, haciendo que su cuerpo llegase a temblar un tanto.

Se separó de Allen porque lo sintió bastante tenso, y cuando se alejó del menor hasta pudo notar que estaba temblando un poco; ahora se sentía como un pervertido...y peor aún, sentía que estaba obligando al menor a hacer algo así, tal vez no había sido una buena idea.

-Disculpa...no quería asustarte.- porque supuso que temblaba de miedo a que le hiciera algo malo. Posó su mano sobre el hombro del menor tratando de tranquilizarlo con eso, Allen de verdad lo estaba poniendo en aprietos...¿qué iba a pasar ahora? Sólo con un beso el menor ya estaba temblando, ¿qué pasarían cuando ambos estuvieran sin ropa?

-Sabes...mejor veamos un poco de televisión en la sala.- dijo tratando de evitar que ese momento incómodo se extendiera mucho más; ¿y si hacía que el menor se fuera con personas que sí lo usarían para labores domésticas? no...nadie le aseguraba que no abusarían de un pequeño tan lindo. Se paró de la cama y miró al crío esperando que éste hiciera lo mismo.

Una vez que ya no sintió los labios del mayor sobre los propios, dejó escapar un ligero suspiro, llegando a coger aire para después entrecerrar su mirar, quedando atónito ante aquello ¿cómo reaccionar ante aquello? Más bien, ¿Qué hacer?
Pero… Tendría que irse acostumbrando… ¿A qué viene tal comportamiento? Si iban a ser amantes lo más normal es que se acostumbre… ¿No?

No sabía… Solo sabía que parecía que el ajeno se encontraba decepcionado… Entristecido, cosa que se le quedó mirando con su mirada azulada… ¿Qué hacer y cómo actuar? Bueno… Era obvio, ¿no?
Quizá tenga que complacerle… Por muy… Complicado que le pueda resultar, es más… No hace nada le dijo que intentaría hacer lo mejor que podría… Así que…

Pero en cuando el otro se levantó le miró y la reacción que tuvo es cogerle de la camisa, como si le estuviera diciéndole, tan solo con el contacto, que no se marchase, se le quedó mirando, pero al rato reaccionó de lo que acababa de hacer, cosa que le soltó con lentitud y deslizó la mirada a otro lado. –Lo siento…- Susurró débilmente, su cuerpo había dejado de temblar, pero no dejaba de ser que estaba nervioso y sus mejillas aun seguían con ese tono de color carmesí.

La verdad es que… No le gustaba ver de aquella forma al mayor, no sabía el por qué de ello, solo que al mirarle de esa manera le hacía sentir mal, sobre todo cuando se disculpaba sin sentido alguno ¿Por qué se disculpaba, si el que tenía la culpa era el mismo?

Cuando se paró para salir de la habitación, sintió que el menor le tomaba la camisa para que no se alejara, ¿acaso con eso le estaba tratando de decir que quería quedarse ahí?, entonces Allen lo soltó y no atreviéndose a mirarlo le pidió disculpas. El dueño del hotel suspiró y se sentó de nueva cuenta en la cama, su salida fácil acaba de ser rechazada.

-Allen, no te disculpes.- trató de hacer que el pequeño no se sintiera peor de lo que seguramente ya se estaba sintiendo.- tú no tienes la culpa, yo entiendo que esto es difícil para ti.- sí, podía entenderlo, por eso trataba de que las cosas no fueran tan incómodas.- si no quieres ir a la sala a ver televisión entonces mejor recuéstate aquí.- ahí también había una pantalla enorme, pero Abel había sugerido la sala para que no fuera tan incómodo. Se agachó para quitarle el calzado al menor y después movió las frazadas para que el pequeño pudiera entrar en ellas; una vez que todo estuvo listo, el alto se medio echó en la cama pero sobre las sábanas y prendió la televisión mientras pensaba que tal vez sería bueno ir por Thor para que Allen se relajara un poco más.

-¿Qué te gusta ver?- él usualmente sólo veía noticias y después no le hacía demasiado caso al aparato ese, aunque a veces disfrutaba viendo algunas películas.- veremos lo que tú desees.

Al escucharle mantuvo la mirada alejada del otro, cosa que aquella escena parecía la mar de incomoda para ambos.
¿Entendía como se sentía, le habría pasado exactamente lo mismo que a él, es eso lo que quería decir? Por su mente empezaron aparecer imágenes de su pasado, cosa que negó ligeramente con el rostro, sería mejor no pensar en ello, es más… ¿Por qué el otro dijo exactamente eso? …
No, mejor no ser así y relajarse, si no…. Sabría exactamente lo que pasaría, así que mejor tener la mente calmada y poder distraerse con algo.

Sin evitarlo le miró, escuchando exactamente lo que decía, observando cómo se agachaba y le quitaba el calzado, algo que hizo que parpadee, sintiendo el frio suelo bajo sus pies, cosa que después giró un poco su cuerpo, quedando de perfil mientras que observaba como retiraba las sabanas y le dejaba paso para que entrase.
Se quedó mirando a la vez que ladeaba un poco la cabeza, ¿si era su habitación… Por qué le dejaba dormir en su cuarto? Ah claro… Ahora serían… Amantes… Cosa que eso simboliza… ¿Dormir juntos?

Pero…. Antes de entrar a la cama lo más normal es que se cambie… ¿No? Miró al mayor y señaló la salida. –Ahora vengo.- Le advirtió antes de salir de allí, cosa que se dirigió hacia el salón en donde allí ya hacía su maleta de antes, la abrió y rebuscó entre la poca ropa su pijama, una vez hallada miró a su alrededor, bien, al parecer nadie se encontraba allí, bueno al menos el pequeño animal, así que sin dudarlo se cambió allí, poniéndose un camisón de color blanco, cual llegaba hacía más debajo de las rodillas.
Una vez acabó regresó a la habitación, picó a la puerta y entró de nuevo. –Me fui a cambiar.- Dijo con una pequeña sonrisa en sus labios.

Resopló y se adentró en la cama, gateando hasta llegar al otro lado de la cama, en donde allí se cubrió con las mantas y sabanas, se estaba realmente calentito, podría ser que esta noche por fin podría dormir bien… ¿O no?
Miró de nuevo al mayor mientras que el mismo ya hacía sentado con las mantas por encima, al escuchar su pregunta solo se encogió de hombros. –No sé… Como usted quiera.- Musitó suavemente mientras se acomodaba mejor en la cama.

Antes de acostarse, el menor abandonó el cuarto dejando a un incrédulo Abel por lo que estaba haciendo, esperó mientras se trataba de imaginar qué había salido a hacer; estaba a punto de salir a ver qué hacía el menor cuando éste regresó cambiado, se había puesto su pijama. Se metió entre las sábanas y se quedó ahí; Abel aún no estaba cambiado.

-Ya veo. Te ves bien.- se le veía lindo con esa pijama, aunque aún creía que debía de comprarle más ropa...pero como iban las cosas no sabía si podría hacerlo.

Ya no podía soportarlo más, su mano viajó inconscientemente hasta donde se encontraban sus cigarros y se llevó uno a la boca para después prenderlo, sí...eso era lo que necesitaba, eso lo iba a relajar un poco más. Como Allen le dijo que pusiera lo que estuviera bien para él, puso las noticias como siempre y empezó a verlas en silencio, ya prácticamente rendido.

Sólo estaba aguantando esa situación gracias a su cigarro, porque definitivamente ya no sabía que decir, cuando había tratado de preguntarle cosas al menor, éste pareció ponerse incómodo; ahora que lo pensaba, Allen sólo pareció estar cómodo cuando estaban comiendo, tal vez porque en ese rato no hablaron.

Suspiró, muchas cosas pasaban por su mente, de verdad no era una persona muy habladora y usualmente no era quien buscaba el tema de conversación.- si quieres duerme ya...debes de estar cansado.- tal vez al día siguiente el menor estaría más “dispuesto”. Terminó el cigarro y prendió inmediatamente otro, fumarías unos cuantos más antes de irse a dormir.

Una vez que se acomodó mejor en la cama y escuchó el comentario contrario se le quedó mirando, deslizando su mirada con rapidez hacia otro lado mientras que sus mejillas se volvían un tanto sonrojadas. –Gra-gracias…- Susurró casi en un hilo de voz.

De verdad, que aquella situación era realmente incomoda, ¿Qué decir? Más bien ¿Qué tema de iniciación serviría en aquel caso? Rebuscando por su mente y sus ojos vagando por las sabanas no encontró que digamos un tema de conversación, tampoco es que hablase mucho… Miró al mayor por el rabillo del ojo mientras que sus manos ya hacían por las sabanas, mientras que sus piernas estaban estiradas.

Un tema de conversación, un tema de conversación… Fue pensando, se estaba poniendo histérico y encima el otro empezaba a fumar…
Negó con el rostro, ¿Cómo podría estar pensando en eso? Si el otro quería fumar que fumase al fin y al cabo era su casa… Pero… Maldijo su doble personalidad…

¡Ya está! Ahora tendría un tema del que hablar, podría advertirle de lo que le pasaba y así no abría problema alguno.
Decidido miró por una vez más al mayor, si no antes escuchar lo que le ofrecía… Dormir ya.
Dormiría, pero si no antes decirle lo que tenía que decir.

-… Abel…- Le llamó, era la primera vez que decía su nombre, tendría que irse acostumbrando a ello. –Tengo que decirte una cosa…- Susurró, pero… Observó como este veía las noticias… Quizá sea mejor no molestarle, así que dejó de decirle y se mantuvo callado a un lado de la cama.

Ya iba por el tercer cigarro, la televisión no dejaba que el incómodo silencio se apoderara por completo de la habitación, pero aún con el ruido que hacía el aparato, al dueño del hotel le resultaba incómodo todo eso, por eso fumaba compulsivamente, como pocas veces lo hacía, usualmente fumaba porque le gustaba y no porque necesitaba algo que le ayudara a relajarse.

Volteó a ver al menos cuando éste le llamó por su nombre, sonrió un poco porque eso le había gustado, luego Allen le confesó que tenía algo que decirle, pero se quedó calado después de eso; von Bremen cogió el control de la televisión y le bajó un poco el volumen para que pudieran hablar.

-¿Si? Dime...- miraba al chico a los ojos; en esos momentos hubiera deseado ser más como Alec, a él se le hacía tan fácil hablar de cosas que no eran negocios, ¿por qué no podía ser simplemente más audaz con las palabras?

Se preguntaba qué quería decirle Allen, se veía algo serio...¿sería algo malo? no creía poder soportar algo más ese día, ya estaba bastante estresado, al pobre le iba a dar un ataque de nervios de los que sólo le daban cuando Alec hacía alguna locura.

-¿Pasó algo?- insistió para que el menor hablara.

En cuando quiso darse cuenta la voz de la televisión se había aflojado cosa que le llamó la atención, alzando su mirar al mismo tiempo que el rostro.
Parpadeó al ver como el otro lo había aflojado.
Deslizó su mirar hacia el ajeno, en donde se le quedó mirando, era hora de decírselo… Si no… A saber qué pasaría en el futuro si el otro no lo sabía…

Cogió aire y decidido a decirle, frunció un poco el rostro, mostrando así que la cosa iba en serio y que no se lo tomaba en broma. –Bueno…- Empezó a decir mientras que su mirada se mantenía con la del otro. –Yo…- Susurró, ¿se lo tomaría bien lo que le diría? Bueno que se va a tomar bien… Si es algo… Extraño…

De nuevo resopló. –Tengo cambios de personalidad constantemente…- Susurró por lo bajito a la vez que deslizaba la mirada a otro lado, ya se lo dijo, ahora, no abría marcha atrás, aun así, lo más importante es ¿Cómo se lo tomará esto el mayor?

El menor se veía realmente serio, aunque no parecía muy convencido de hablar, aún así Abel lo miraba atento, esperando a que Allen le dijera lo que fuese; empezó a hablar, pero parecía no encontrar las palabras adecuadas, aún así von Bremen fue paciente y no le dijo nada, esperando que el menor pudiera ordenar sus ideas y hablar.

“Tengo cambios de personalidad constantemente”, eso fue lo que el esclavo dijo, Abel tomó un rato en asimilar, ¿a qué se refería exactamente con cambios de personalidad?, ¿se refería a que podía ser grosero...o hasta malo? Lo siguió mirando, aunque el menor no le devolvía la mirada, necesitaba una mejor explicación, en Rozen no le habían dicho nada, ¿tal vez no lo habían notado?, o tal vez sólo querían deshacerse del menor.

-No...entiendo.- y él usualmente entendía.- ¿a qué te refieres con eso?- lo más importante...¿era alguna enfermedad mental? y...¿sería peligroso?- explícame mejor por favor.- no parecía molesto, ni haber reaccionado mal de ninguna forma, sólo parecía...intrigado.

Terminó su cigarro pero no prendió otro, ahora estaba más interesado en su conversación con Allen, sólo dejó los restos en su cenicero.

Entrecerró el mirar al escucharle, no le había comprendido, quizá se explicó mal, pero en cierta parte esto de ser bipolar no era muy común entre la gente, era algo… Extraño… Y claro, normal que el mayor no acabe por comprenderle del todo.
Así que ahora, tendría que encontrar las palabras adecuadas para poder explicarle sin complicaciones o… ¿Y si no se lo decía? Bueno… Podría no decirle, pero no deja de ser que podría llegar a complicarse las cosas si no las sabía, así que mejor decirlo ya…

De nuevo, su mirada vagó por encima de las sabanas, sin en ningún momento alzarla a mirarle, se sentía demasiado nervioso para poder mirarle precisamente a la cara….
Resopló y tragó saliva, dispuesto a continuar con la conversación. –Pues veras… Me refiero a que puedo estar contento pero depende como lleguen a actuar o simplemente con alguna palabra ofensiva podría llegar a cambiar, por ejemplo, si llegan a decirme algo, a pesar que en ese momento estoy contento, feliz o algo, que me afecte lo más probable es que llegue a cambiar y estar agresivo, más de lo normal.- Explicó, mientras que recogía sus rodillas, reflexionándolas y colocando sus manos en ellas a la vez que recostaba su cabeza.

-Solo... Quería advertirte de esto… No significa que vayas a hacer nada malo, pero…- Dijo a la vez que alzaba su mirada a él, observándole con determinación para después proseguir. -Es solo un por si acaso…- Una vez confesado volvió a deslizar la mirada a otro punto de la habitación, mientras que los mantenía entrecerrados. ¿Ahora como el mayor se lo tomaría? Y lo más importante ¿Lo habría comprendido?

De nuevo, abrió sus labios para poder hablar más. -¿La razón del por qué estos cambios?- Preguntó así al aire, para que el otro pudiera comprenderlo mejor. –No lo sé.- Prosiguió. –Solo sé que desde pequeño que me pasó… - Susurró escondiendo su rostro entre las piernas.

Escuchaba atento al menor, éste le explicó un poco mejor a lo que se había referido hacía unos segundos, al parecer los cambios de personalidad eran muy drásticos, pero le preocupaba que Allen pudiera ponerse agresivo...”¿qué tan agresivo?” pensaba, nunca había conocido a nadie con ese problema, al menos nadie cercano, y por eso no estaba seguro de lo que podría pasar. El pequeño le dijo que sólo se lo decía por si acaso, porque no era que él fuera a hacer nada malo, aunque Abel ya pensaba que un error le podría costar caro.

El esclavo se veía triste mientras que el dueño del hotel sólo lo observaba incapaz de decir algo, lo mejor en ese momento sería darle su apoyo y comprensión; abrazó a Allen mientras éste se abrazaba a si mismo y le dio un suave beso en la cabeza. Sólo esperaba que Alec y Allen no terminaran matándose cuando se conocieran, ¿o tal vez el muerto sería él? la idea le pareció un poco graciosa.

-Está bien, gracias por confiar en mi y decírmelo.- al menos ya estaba un poco más preparado para lo que viniera, su esclavo iba a ser un chico complicado, y en realidad a Abel no le gustaban las complicaciones, pero no pensaba devolverlo, eso no.- dime...¿qué tan agresivo te pones?- tenía que preguntar. En ese momento la puerta se abrió un poco y Thor entró volando para quedarse sobre la cabeza de Allen; von Bremen sólo acarició a su mascota.

-¿Debo de preocuparme por que quieras golpearme?- le bromeó, aunque en el fondo sí le interesaba saber si el menor se pondría tan agresivo que intentaría golpearlo.

De nuevo dejó escapar un ligero suspiro, sería complicado intentar que sus personalidades no surgieran a la luz, ya que podría llegar a ser algo complicado de dominar o más bien, depende que suceda, aun que… Antes había salido una de ellas, cosa que a Abel no se dio cuenta de ello.
Cerró suavemente sus luceros, pero… No sabía porque, pero… Tenía la extraña sensación de nada malo podría suceder, cosa que tan solo en pensar en ello se relajó.

Aun así, se sorprendió por ciertos brazos que le rodearon, cual, abrió sus parpados de golpe, parpadeando y a la vez sintiendo aquel pequeño y simple beso en la cabeza. Alzó un poco sus luceros hacía él, en donde se le quedó mirando, se sorprendió por tal hecho del otro, pero… Una vez que escuchó su agradecimiento solo negó con el rostro mientras que una sonrisa aparecía por sus labios. –No es nada.- Susurró.

Pero ante su primera pregunta se le quedó mirando, a la vez que se ponía pensativo, pero a su vez el pequeño animal se presentó delante de ellos, cual notó como se posaba sobre su cabeza, volviendo a dibujar una pequeña sonrisa en sus labios.
De nuevo, miró al mayor, sorprendiéndose por su segunda pregunta, más, se alteró y negó rápidamente con el rostro. –N-no, no creo que llegue a ese estado, si un caso…- Llevó su dedo índice de la mano derecha a sus labios pensativo. –Si un caso me pondría a gritar, es decir… Quejarme.- Dijo a la vez que se encogía de hombros, en sí…. De momento no hubo ningún caso de que haya llegado a golpear a nadie… Y esperaba que continuase así…

Las cosas no iban a ser fáciles, pero por otro lado le llamaba la atención la idea de tener que aprender a vivir con algo así, a veces pensaba que su vida era algo aburrida, si no fuera por Alec su trabajo sería su única distracción, y eso no estaba bien para alguien tan joven como él. Allen pareció alterarse un poco con la broma de Abel, aunque el mayor no había querido que el otro se lo tomara así, él sólo estaba bromeando...tratando de que el pequeño se riera un poco más, parecía no haberlo hecho hacía mucho.

-Ya veo.- por suerte él era una persona de demasiada paciencia, y había que saber tocar nervio para hacerlo enfadar; por otro lado tenía que admitir que no le gustaba que la gente gritara, porque le molestaba todo ese ruido.- creo que no nos vamos a llevar tan mal, aunque no me gusta que griten...no es como si fuera el fin del mundo; además Thor es muy amigable y ya le caes bastante bien.

El animalito se pasó para el hombro de su dueño y entonces von Bremen le volvió a dar un suave beso en el cabello a Allen, aunque el pequeño le contó eso y estaba alegre por su sinceridad y confianza, no sabía si pudieran llegar a hacer algo esa noche.

-Entonces...¿quieres volver a intentarlo?- en algún momento iba a tener que pasar, porque para eso lo había comprado, aunque diciéndolo así, sonaba algo rudo.

Se le quedó mirando, bueno… Al decirle aquello se había quedó aliviado, ahora tenía un peso menos, es más, ya estaba advertido cosa que ya no se preocuparía por nada, solo esperaba que… No llegase a discutir con él… Bueno, pero tampoco se esperaba que aquello sucediera, por esa razón no se preocupaba por algo igual.

Pero una vez que le escuchó, miró al pequeño animal, en donde alzó su mano diestra, para así alcanzar al animal y poder acariciarle con suavidad, rozando su la yema de sus dedos el lomo de Thor, para después apartar la mano y poder notar como este se quitaba de su cabeza y se dirigía hacía el hombro del otro, ahora podía verle mejor, cual le sonrió y después sintió aquellos labios del mayor sobre su cabeza.

Era extraño… Pero se sentía bien, hacía tiempo que no le pasaba nada igual, incluso su corazón se sobresaltó por tal simple cosa, no lo entendía…. Solo sabía que el otro le hacía causar tales reacciones y eso que no hace mucho se conocieron… Algo extraño y curioso….
Su mirada fue vagando por la sala, hasta escuchar la pregunta del otro.

Le miró de nuevo, sorprendido por lo dicho, aun que más bien confundido, ¿intentar…, El qué? Ladeó la cabeza pensativo a la vez que curvaba un poco los labios.
Llevó su diestra hacía su mentón mientras que su mirada se deslizaba a otro lado… ¿Qué quería decir con eso?
Al cabo de los segundos cayó en eso, ¿se referirá a…?

De nuevo, sus luceros lo condujeron hacía él, incluso sus pómulos se tornaron un color carmesí, bajando un poco la cabeza algo confuso, ¿Para eso le había comprado…? Bueno… Si era eso… Lo que el otro quería…
Solo resopló y asintió con el rostro no muy seguro de ello. –Va-vale…- Le miró un tanto serio, diciéndole solo con la mirada que al menos podría intentar… Ahora, a saber cómo podía acabar eso…

Allen le miró confundido cuando escuchó la pregunta, al parecer no había entendido a qué se refería el dueño del hotel, estaba a punto de preguntarle algo más cuando notó que el menor se sonrojaba y asentía, pero no demasiado seguro de lo que iba a pasar. Por un momento pensó en no hacer nada y echarse a dormir, pero si hacía eso iba a tener que devolver al pequeño de cabello plateado, y no quería hacer algo como eso.

Le levantó un poco la ropa de dormir para acariciar sus piernas, con mucho cuidado y tratando de que al más pequeño le gustara; su otra mano se metió totalmente debajo de la ropa y empezó a acariciar suavemente su pecho, sus pezones con más exactitud.

-No quiero hacerte daño...piensa en eso.- dijo cuando notó que el menor se estaba comenzando a poner algo nervioso, entonces buscó nuevamente sus labios para darle un suave beso a la vez que la mano que había estado en la pierna acariciaba el miembro del más pequeño por sobre la ropa.

Se quedó mirando al otro, solo pensó que intentarían hacer de nuevo aquel beso, cosa que se sorprendió en cuando el otro le levantó el camisón, sintiendo con lentitud aquellas caricias en la pierna para después sentir como la otra mano pasaba por debajo, llegando exclusivamente hacía su pecho, en donde este “jugueteo” con sus pezones.

Ante aquellas cosas se sonrojó más de la cuenta a la vez que cerraba sus parpados y se quejó un poco, ¿era eso a lo que quería decir con “intentar de nuevo”?
Llevó su mano diestra sobre sus labios, llegando a cubrirlos con el dorso de esta, mientras que sus parpados permanecían cerrados por completo.

Su corazón palpitaba con más fuerza que anteriormente, cosa que empezó a ponerse nervioso, más de cuanta, era inevitable no ponerse nervioso… Era la primera vez que se sentía así, pero tampoco diría nada al otro… Ya que si… Le compró para eso…
Al escucharle abrió un poco sus luceros, permaneciéndolos entrecerrados a la vez que apartaba su mano de sus labios.

Haciendo así que los labios del otro se posaran sobre los suyos, su cuerpo temblaba, quizá de miedo, de los nervios… Todo se ajuntaban, pero claro… Puede que el otro le volviera a dejar si no hacía precisamente aquello… Así que si quería su libertad… Tendría que aguantar un poco más…
Abrió sus parpados más de la cuenta una vez que el otro comenzó a acariciar su miembro sobre la ropa, cosa que mediante aquel beso dejó escapar un pequeño gemido a la vez que volvía a cerrar sus parpados con fuerza.
Mientras, sus manos permanecieron sobre las sabanas, cual se aferró a estas con fuerza.

Allen permanecía inmóvil salvo por que su cuerpo temblaba igual que hacía unos minutos, por un momento el alto pensó en dejarlo, pero decidió intentarlo un poco antes a ver cómo reaccionaba el esclavo. Notó que el menor se había aferrado a las sábanas cuando intentó quitarle el camisón, entonces lo miró un rato e hizo que soltara las sábanas, después le quitó su prenda, dejándolo sólo en ropa interior.

Después de eso se quitó el saco y la corbata, luego comenzó a desabotonar su camisa, no tardó mucho en quitársela y dejarla a un lado; hizo que Allen se recostara en la cama y se puso sobre él pero cuidándose de que su peso no cayera sobre el pequeño, empezó a besarle el cuello mientras que con un gesto de la mano le indicaba a Thor que saliera de ahí. La pequeña mascota se fue rápidamente, seguro no se quería quedar a ver eso.

-Tu piel es muy hermosa.- le comentó mientras dejaba el cuello para pasar al pecho nuevamente, sólo que esta vez no era su mano la que jugueteaba con los pezones del más pequeño, si no su lengua; los lamía y después los mordía muy suavemente. Una de sus manos acariciaba el cabello plateado del más bajo, mientras que la otra seguía acariciando su entrepierna.

Abrió un tanto sus parpados, observando como el otro clavaba sus luceros en él, cosa que se le quedó mirando aun con sus pómulos totalmente sonrojados.
Pero al poco rato notó como este le hacía hacer que se soltara de las sabanas, cosa que logró…
Una vez que dejó de sostener las sabanas sintió como el frío recorrió su cuerpo, cosa que le dio un leve escalofrío que pasó por toda su espalda.

En cuando se dio cuenta el otro le había quitado el camisón, haciendo que tan solo se quedase con la ropa interior, su cuerpo permaneció temblando levemente.
Tenía que aguantar… Si no quería volver allí…
Cerró sus parpados con fuerza para después abrirlos e intentando tranquilizarse así mismo, pero poco lograba…

Al poco rato, el otro le hizo tumbar, quedándose mirando a Abel, cual ahora lo tenía arriba suyo, entrecerró su mirar para después cerrarlos con algo de fuerza mientras que sentía los besos por su cuello.
De nuevo, sus manos ya hacían en busca de algo, cosa que de nuevo, se agarró a las sabanas mientras que con la otra la conducía hacia sus labios nuevamente.

Manteniendo sus parpados cerrados, sintiendo aquella húmeda lengua pasar por sus pezones, y aquellos mordiscos, pero aquella mano no paró de acariciar su entrepierna cosa que arqueó la espalda y echaba la cabeza hacia atrás, dejando escapar un ligero gemido. –Mm…- Gimió casi en un susurro, debido a la mano que permanecía entre sus labios.

El pequeño seguía temblando, aunque Abel no sabía si ya era de placer o si aún era por miedo, pero Allen no parecía querer alejarlo así que continuó con lo que hacía. Escuchó el suave gemido del menor y levantó la mirada para sonreírle, ¿ese gemido significaba que iba por buen camino? Metió la mano dentro de la ropa interior del de cabello plateado y ahora si comenzó a acariciar el miembro como era debido.

-¿Se siente bien?- le pregunto mirándolo a los ojos mientras que con una mano se deshacía de la ropa interior de Allen y con la otra seguía acariciando su entrepierna; lo hacía con extrema suavidad, pero asegurándose de que el contacto se sintiera bien. Dejó la ropa interior a un lado y después empezó a bajar hasta la altura de la cintura del menor; dio unas cuentas lamidas al pequeño miembro y después se lo metió a la boca.

Ya habían avanzado bastante y no quería detenerse en ese momento, sería bastante frustrante, continuó dándole placer con su boca al menor.

Mantuvo su cabeza echada hacía atrás, aquellas caricias parecían ser que hacían efecto a su cuerpo, cosa que este empezó a reaccionar, a la vez que sentía como su cuerpo poco a poco iba calentándose, mientras que sus mejillas le ardían como nunca antes.
Pero una vez que sintió como metía su mano en su ropa interior se le quedó mirando, no duró mucho su visualización, debido al contacto directo de la mano de este sobre su miembro hizo que cerrase sus parpados de nuevo.

Volviendo a dejar escapar un pequeño gemido de sus labios, su cuerpo tembló ligeramente, y al escuchar su pregunta no dijo nada, quizá no supo que decir… Se sentía bien, pero le daba vergüenza decirle, pero quizá el otro piense lo contrario, cosa que al final tuvo que apartar su mano de sus labios para poder hablar mejor. -…S-sí… Ahhh…- Gimió con algo más de fuerza.

Notando como el otro llegaba finalmente a quitarle la ropa interior, cosa que recorrió un escalofrío por su espalda.
Mientras, abrió sus parpados de golpe al sentir como le lamia el mimbro y finalmente se lo ponía en la boca, haciendo así que una extraña sensación le recorriera su cuerpo, arqueando su espalda y cerrara los parpados.

A la vez que de reacción flexionó las rodillas, casi a punto de cerrarlas, pero… Se podría decir que aquello empezó a darle placer, cosa que no lo hizo, pero igualmente, no dejó de temblar, mientras que de sus labios salieron gemidos suaves, y se encogía un poco ante tal contacto de la lengua del otro sobre su miembro, notando como su boca succionaba todo.

Sí seguía igual no tardaría en irse… Era su primera vez, cosa que no tenía experiencia alguna, cual al no estar acostumbrado se correría con mayor facilidad y rapidez.

La boca del más alto continuaba trabajando expertamente, pero sabía que si era la primera vez del menor, éste no tendría demasiada resistencia, así que suavemente se retiró y miró a Allen mientras le sonreía y después se pasaba la lengua por la boca para saborear los rastros de la esencia del menor.

-Si terminas muy rápido entonces se arruinará la diversión.- le explicó y sacó de uno de sus cajones un pequeño tubito con lubricante.- esto no va a doler.- volvió a explicar al momento de ver la expresión del esclavo.- voy a tratar de ser muy cuidadoso...- insistió por si acaso. Destapó el tubo y, después de hacer que el menor separara bastante las piernas para poder penetrarlo más cómodamente, se echó un poco de lubricante en dos dedos y los llevó hasta la entrada de Allen; al principio jugueteó un poco, asegurándose de que hubiera bastante lubricante alrededor, volvió a echarse más en los dedos y esta vez sí lo penetró; entró el dedo medio, el pequeño orificio del menor casi no opuso resistencia por todo el lubricante que había usado von Bremen, y después de haber movido un poco el primer dedo, se aventuró a meter un segundo dedo.

Hizo que el menor se volteara y quedara boca abajo, después lo hizo ponerse en 4 patas y separar de nueva cuenta las piernas, aplastó el tubo de lubricante y la sustancia cayó entre las nalgas del de cabello plateado y Abel comenzó a masajear la entrada; tendría que prepararlo lo más que pudiera, cuando entrara iba a ser muy doloroso no sólo esa vez, si no muchas otras, Allen de verdad parecía bastante pequeño.

Mantuvo sus parpados completamente cerrados, notando como la boca del otro succionaba su miembro, pero parecía que lo hacía con cautela, pero… Qué más daba, aquello le hacía sentir extraño, por no decir que en cierto modo llegó a sentir placer, ¿eso se podría hacer algo adictivo?...
¿Pero en que estaba pensando?... Solo de sus labios salían gemidos un tanto temblorosos, cosa que intentó retenerlos pero no pudo.

Finalmente no aguantó más, estaba llegando a su limite, quiso avisarle pero ni sus propias palabras salían de sus labios, cosa que sin previo aviso llegó a correr dentro de la boca contraría, si no antes dejar escapar un gemido más sonorizo.
Jadeó con dificultad, notando como sus mejillas le ardían, pero abrió un poco sus parpados al escuchar al mayor.
¿A qué se refería con eso? Se preguntó mientras que le miraba con sus luceros azulados, cual estos eran bastantes expresivos.

En cuando el otro se alejó hacía otro lado, dejó su cabeza recostada entre las sabanas mientras que pasaba su brazo diestro sobre sus parpados, llegando a cubrirse el rostro. Era realmente vergonzoso lo que hacía, es más, tampoco pensó que al final haría algo igual.
Pero al escucharle al mayor de nuevo, retiró su brazo y se le quedó mirando ¿qué… Qué haría con eso…?

Parpadeó nerviosamente, sintiendo como este le separaba las piernas, cosa que al principio llegó a oponerse, pero al pensar que si no lo hacía quizá le devolvería…. Así que será mejor hacer lo que el otro ordene, por mucho que no este de acuerdo…
En cuando sintió como los dedos del otro pasaba por su entrada, pringándole por aquella sustancia, no pudo evitar apretar los dientes, mientras que su corazón ya hacía latiendo lo más que podía.

No tardó en sentir algo dentro de él, algo que llegó a dolerle un poco para después convertirse en una pequeña molestia. –A-ahhh…- Se quejó cerrando de nuevo sus parpados con algo de fuerza, notando ligeramente como este se movía por su interior, haciendo que se encogiera.
Pero al mismo tiempo se arqueó en cuando notó un segundo dedo dentro de él. –Ahhh…- Gimió de nuevo, cubriéndose el rostro con el brazo derecho.

En cuando el otro le hizo voltear, abrió un poco sus parpados, notando ligeramente como le hacía poner a cuatro patas, cosa que así se quedó mientras que sus piernas se separaron por el otro, llegando a sentir aquellos masajes por la entrada, de tal cosa que se encogió, agachando la cabeza entre sus brazos mientras que cerraba de nuevo los parpados y apretaba un tanto los dientes.

El menor parecía estar “sufriendo” internamente por las caricias, aunque su cuerpo respondía como era normal; von Bremen echaba y echaba lubricante entre las nalgas del más pequeño y luego se dedicaba a masajear la entrada con mucho cuidado y tratando de relajarlo, por suerte para los dos, Abel sabía ser muy paciente, incluso en esos casos, aunque a veces le gustara el juego rudo.

No se preocupaba por no haberle dado una pastilla a Allen porque podría dársela después, pero tendría que recordarlo; el de ojos azules seguía gimiendo suavemente por las caricias que le proporcionaba su amo, y aunque Abel estaba empezando a excitarse también, decidió que lo mejor era ir de a pocos con el pequeño. Dejó apenas unos segundos al de cabello plateado para sacar un par de “juguetes”, uno más grande que el otro; tomó el primero que eran pequeñas bolitas en línea recta y después de untarlo bien con el lubricante empezó a introducirlo en el menor, lo hacía con cuidado y las bolitas entraban una por una fácilmente, sin hacer demasiado daño. Cuando ya había metido casi todo, se detuvo para empezar a sacarlo y después meterlo de nuevo, estuvo así un rato hasta que le pareció que era hora del siguiente objeto; el segundo juguete sexual era un dildo de plástico, este era el más grande de los dos.

-Este es un poco más grande...- le avisó por si acaso mientras también lo untaba con lubricante, aparte de echar más en la entrada de Allen. El nuevo objeto tal vez dolería un poco al entrar, pero aún así era más pequeño que el miembro de Abel; el dueño del hotel de nuevo masajeó un poco el pequeño orificio del menor y después empezó a empujar el dildo, éste opuso más resistencia que el primer objeto, pero después de insistir un poco comenzó a entrar.

El otro parecía ser que no detenía aquellas pequeñas caricias por su entrada, cosa que sentía como este estaba un tanto húmedo debido al líquido que este le untaba por encima.
Sus mejillas estaban completamente sonrojadas, aparte de la vergüenza que pasaba, por la excitación que ya tenía encima.
Mientras, mantuvo sus parpados cerrados con cierta fuerza, como si con eso fuera a desaparecer de allí.

Hubo un momento en que aquellas caricias desaparecieron, haciendo así que se quedara un poco descansado, pero… No dejaba de ser que la excitación la tenía encima, igualmente, aprovechó para recuperar algo de aliento, ante eso casi aguantaba la respiración.
Pero no tardó mucho en sentir algo que se introducía en su interior, no era como antes, esta vez incluso dolía en cierto modo, pero no lo exagerado.

Ante ello no pudo evitar dejar escapar un gemido sonorizo, ¿qué era esa cosa? Se pregunta mientras notaba como llegaba a introducirse más en él, notando ligeramente como hacía un vaivén en su interior.
Incluso sus caderas se movían al compás, a la vez que dejaba escapar más gemidos de la cuenta.
-A-ahhhh….- Fue gimiendo mientras que mantenía sus parpados cerrados con fuerza, a la vez que escondía su rostro entre sus brazos.

De nuevo, no aguantaría mucho si seguía así, no aguantaría… Pero intentaba resistir, por mucho que le costaba aguantar…
En cuando el otro sacó aquello jadeó cansadamente, abriendo un poco sus parpados mientras que sus labios ya hacían entre abiertos, cosa que de estos salía un pequeño hilo de saliva.

Al escucharle abrió sus parpados y giró el rostro, mientras que sus brazos ya hacían apoyados en la cama, claro esta que su cuerpo temblaba, cosa que parecía que fuese a caerse en cualquier momento.
-¿Q-qué…? Ahhh...- Musitó pero rápidamente se encogió en cuando este volvió a masajearle la entrada.

Tampoco tardó mucho a sentir como algo volvía a entrar en su interior, pero esta vez dolía más, era algo grande que hacía que el otro empujara para que pudiese entrar.
Cosa que sus luceros empezaron a humedecerse debido al dolor causado por el otro. -…Due-duele… A-ahhhhh…- Se quejó débilmente, su cuerpo tembló más que antes, aquello realmente le dolía, pero quizá ese dolor pasaría… ¿No?