Alguien nuevo en la casa (privado-Lemon)

El de cabello plateado gemía y gemía por las caricias de von Bremen, pero cuando éste metió el segundo juguete, los músculos del más pequeño se tensaron y la intromisión fue algo dolorosa; aunque Allen se quejaba de que le dolía lo que el mayor le estaba haciendo, Abel no se detuvo, porque había logrado avanzar bastante, continuó empujando el objeto hasta que entró casi por completo, entonces empezó a hacer lo que había hecho con el primero, lo sacaba y lo volvía a meter con bastante cuidado.- tranquilo...ya va a pasar.- lo tranquilizaba. No pasó demasiado tiempo antes de que la entrada del menor se acostumbrara a tener eso dentro. El dueño del hotel echó un poco más de lubricante y siguió preparando la entrada con el segundo juguete.

No tenía ningún apuro, estuvo bastante rato haciendo eso, echando algo de lubricante y penetrándolo con el dildo, con la mano que le quedaba libre, acariciaba parcialmente la espalda y las nalgas de Allen.

Ya le había dedicado bastante tiempo al cuerpo y la entrada del esclavo, y su cuerpo ya le estaba pidiendo un poco de atención, la media erección que tenía debajo de la ropa se estaba volviendo una completa molestia, así que dejó descansar un rato al pequeño para él poder deshacerse de su ropa; dejó todo a un lado y quedó desnudo al igual que el menor, verlo en ese estado...rojo pro la excitación y la vergüenza, temblando apenas de placer y algo sudoroso, lo hacía excitarse más y más, casi no tuvo que tocarse demasiado para que su erección alcanzara su punto máximo.

-¿Estás listo o necesitas más preparación aún?- se acercó para preguntarle al pequeño mientras le besaba lujuriosamente el cuello.

Por mucho que llegase a quejarse el otro parecía que no quería detenerse, aquel dolor surcaba desde su entrada, aquello que el otro le había introducido en su interior era demasiado grande, y aparte de que era la primera vez que le hacían algo igual, no estaba acostumbrado a ese tipo de “tratamiento”, era una sensación rara de explicar.

Mientras que el otro seguía sacando y metiendo aquel objeto en su interior sus caderas se movían al mismo ritmo que aquello, pero no dejaba de ser que el dolor permanecía, ¿cuanto más tendrá que estar así? Sus luceros ya estaban humedecidos al igual que todo su cuerpo ya hacía con gotas de sudor, temblando por el placer y algo de “miedo” que sentía, es más, al parecer aquel dolor poco a poco iba desapareciendo, como si ya estuviera acostumbrándose a eso.
Aun así, de sus labios ya surgían innumerables gemidos, al mismo tiempo que la saliva que pasaba de sus labios, deslizándose lentamente por el mentón.

Sus manos, ya agarradas con fuerza a las sabanas, temblaban como nunca, quizá sea por la excitación que ya llevaba, aparte de que tampoco aguantaría mucho si seguía de esa manera, su aguante era nulo, así que como el otro continuara se volvería a correr, pero claro, al igual que antes, no podía advertirle, como si sus palabras no salieran lo que el quería, tan solo gemía y llegaba a quejarse.
Intentó advertirle pero no pudo, aparte de las palabras contrarias intentándole calmar no podía, ¿cómo quería que estuviera tranquilo?

Escondió su rostro entre medio de sus brazos estirados, haciendo que su cabello plateado le cubriera su mirar, mientras que sentía como la mano del otro pasaba por su espalda y nalgas, notando aquellas suaves caricias que parecían masajes.
Al poco rato ya no sintió aquel vaivén del objeto, dejando caer su rostro encima de las sabanas, jadeando cansadamente, no quiso ni observar al mayor de que estaba haciendo, pero… La excitación la tenía encima, así que… sería un poco incomodo tenerla encima…

Pero en cuando escuchó al mayor, alzó un poco el rostro, observándole con sus luceros entrecerrados y sus mejillas de color carmesí, claro esta que se podía visualizar a la perfección.
Aun así, ante su pregunta se le quedó mirando mientras jadeaba, ¿Estar listo, para qué? Se preguntó, no le entendía, listo para que…. Aun así… Ya estaba al máximo no podía aguantar más…
Así que mientras sentía como el otro besaba su cuello se encogió un tanto. –Mm…- Gimió dulcemente para después, con su mano diestra dirigirla hacía el cabello contrario, en donde le hizo una pequeña caricia en esta. –Ha-hazlo… Hazlo… Ya…- Susurró suavemente mientras que sus dedos se entrelazaban con los mechones del contrario.

Estaba tan excitado que ni si quiera sabía lo que había dicho, es más, tampoco sabía precisamente que era lo que iba hacer el otro, así que prefirió decir pocas palabras. Cerró sus parpados con algo de fuerza mientras que entreabría sus labios, dejando escapar unos pequeños y suaves gemidos ante aquel beso en el cuello, cual, quizá, podría dejar marca en su piel.

Primero el menor llevó su mano hasta el cabello de Abel y lo acarició un poco, cosa que le gustó al dueño del hotel porque parecía que por fin el menor le estaba participando un poco, aunque fuera bastante poco; entonces Allen enredó sus dedos en el cabello del más alto y jaló un poco, sin lastimar, mientras le decía que lo hiciera ya.

Abel le tomó la palabra, tal vez porque en medio de toda la excitación no estaba pensando tan claramente; cogió su miembro y lo dirigió hacia la entrada del de cabello plateado, le dio un suave beso en la mejilla mientras acariciaba con su pene la pequeña entrada de Allen.- relájate.- le pidió, porque si no eso sería bastante difícil, pero no dijo nada más porque no quería asustar al pequeño.

Empezó a empujar suavemente al principio, pero al ver que así no estaba logrando demasiados avances, hizo un poco más de fuerza para poder entrar en el menor, eso debía de estar doliendo porque Allen se había tensado nuevamente; le empezó a acariciar la espalda mientras le decía suavemente que se relajara y que todo iba a estar bien. Finalmente pudo entrar en el menor, pero sólo había entrado la cabeza de su miembro, no se movió más pensando que se tendría que retira si al de cabello plateado eso llegaba a dolerle demasiado.

Sus palpitaciones se podrían escuchar hasta el otro lado de la ciudad, notaba como la sangre le ardía, palpitaba a la vez… Su cuerpo sudaba de el calor a la vez que temblaba ligeramente, por mucho que ya estuviera excitado no dejaba de ser que no podía parar de temblar… ¿Qué imagen dará al mayor?
Aun así su mente no pensaba en otra cosa, tan solo hacía o intentaba hacer lo que el otro decía, sin ser consciente de lo que el otro realmente decía, o el mismo hacía.

Deslizó un poco su mirada hacia atrás, para poder saber que era lo que quería decir el otro antes, cosa que no vio mucho ya que al mismo tiempo sintió un punzante dolor, no era como antes, esto era peor, como si fuera a partirle en dos en cualquier momento.
Cerró sus parpados con suma fuerza mientras dejaba escapar un gemido de dolor, encogiéndose sobre sí mismo, mientras que sus manos, desesperadas, buscaban algún consuelo.

Desde sus orbes empezaron a fluir pequeñas y ligeras lágrimas que se iban deslizando por sus mejillas, mientras que el iba sollozando, jadeando y gimiendo a la vez, la cabeza empezó a darle vueltas, por mucho que el otro no se moviera sabía que estaba allí, lo notaba por el dolor.
Por más que las caricias y los “ánimos” del otro no conseguía relajarse, ¿cómo quería que lo hiciera?

Se mordió con fuerza el labio inferir mientras que sollozaba en un hilo de voz, intentaba tranquilizarse así mismo, pero no mucho conseguía, pero finalmente decidió hablar de nuevo… -…Co-continua…- Le pidió casi en un ruego, preferiría que aquello terminase de una vez y así después poder descansar…
Pero también lo hacía por que quería quitarse de una vez su excitación de encima….

El pequeño ya estaba llorando, y más que con lo anterior que sólo habían sido unas cuantas lágrimas, a pesar de todos los esfuerzos de Abel, estaba lastimando al menor, así que decidió retirarse para ya no hacerle más daño, pero entonces escuchó lo que Allen le decía, le estaba pidiendo que continuara; aunque el dueño del hotel no sabía cuáles eran las razones del esclavo para pedirle algo así, decidió hacerle caso finalmente.

Llevó su mano hasta la erección de Allen y empezó a acariciarla suavemente mientras penetraba más al pequeño; cuando ya había entrado un poco más de la mitad de su miembro, se detuvo para darle un poco de tiempo al menor de acostumbrarse, pero las caricias de su mano aún no se habían detenido; cuando lo creyó conveniente, volvió a moverse para terminar de entrar en el menor.

Una vez que entró por completo en el esclavo, esperó unos momentos para dejarlo acostumbrarse nuevamente, entonces comenzó a moverse suavemente y por unos momentos descuidó el miembro del más pequeño.- aaah...- ya no podía evitar gemir, Allen era muy pequeño y le apretaba, se sentía bastante bien, tal vez no tardaría demasiado en correrse, era una sensación bastante placentera. Entonces recordó que había dejado abandonada la erección del menor y volvió a masturbarlo hábilmente.

-Allen...- le susurró al oído en un gemido de placer; después de eso le besó el cuello, y empezó a moverse más rápido que al principio.

Sus lágrimas iban descendiendo desde sus luceros, pero ya no sentía tanto dolor como antes... Quizá sea por que se estaba acostumbrando a tenerlo dentro de el.
Apretó los dientes, conjunto al agarre de las sabanas una vez que este empezó a acariciar su miembro una vez más. –A-aahh…- Gimió manteniendo sus parpados cerrados, no aguantaba… Que lo haga rápido y ya esta… Pero si el mayor continuaba así no tardaría en correrse de nuevo.

De nuevo se encogió en cuando este le penetró más, cosa que soltó un gemido mayor. –Mmh… Due-duele… Ahhhh…- Gimió y replicó por una vez más, pero tampoco dolía tanto, cierto que sus lágrimas seguían cayendo pero quizá no sea de dolor exactamente.
En cuando el otro se detenía en penetrarle gemía debido a la masturbación que el otro le brindaba.
Finalmente el miembro del mayor estaba totalmente en su interior, apretó los dientes con fuerza, mientras que su cabello le cubría su mirada.

En cuando este empezó a moverse notaba como sus propias caderas se movían al mismo compás que el vaivén del otro.
Llevó su mano diestra hacía sus labios, en donde se cubrió con el dorso de esta misma pero igualmente sus gemidos se escuchaban, no conseguía precisamente callarlos…
Pero en cuando el otro también gimió una extraña sensación recorrió su cuerpo.

En cuando este volvió a masturbarle no pudo evitar dejar escapar un gemido a la vez que un dulce suspiro. –Ahh A-Abel….- Le llamó con un pequeño hilo de voz, ante aquellos movimientos un tanto más de prisa parecía ser que le iba a conducir a la locura, sus gemidos llenaban todo el cuarto, haciendo que tan solo los gemidos y jadeos se escuchasen en toda la sala.
Sus caderas seguían moviéndose al mismo ritmo, mientras que de sus labios volvió a pronunciar su nombre entre gemidos y jadeos; Abel. Como si quisiera decir que se sentía bien, se podría decir que le estaba gustando, incluso el dolor había desaparecido como si se hubiera transformado en placer.

Al principio Allen le había dicho que le estaba doliendo, pero él mismo le había pedido que continuara y además parecía que el dolor iba disminuyendo, así que von Bremen no salió del esclavo. Al poco tiempo a haberse empezado a mover dentro del de cabello plateado, éste también empezó a decir su nombre, lo cual excitaba más y más al dueño del hotel; con uno de sus brazos rodeó a Allen por la cintura y lo acomodó un poco para poder penetrarlo más profundamente, al mismo tiempo que su mano continuaba masturbando el miembro del más pequeño.

-Allen...voy a...terminar.- le dijo entre gemidos que se ahogaban en el cuello del menor, el que se había preocupado por besar, iban a quedarle algunas marcas. Finalmente sus movimientos se hicieron más intensos y terminó eyaculando dentro del más pequeño.- ¡¡aaaah!!- gimió fuertemente al momento que terminaba, no lo había podido retener más; los movimientos de su mano también se habían vuelto mucho más acelerados, por lo que Allen terminó en la mano del más alto. Después de eso, Abel salió del de cabello plateado y lo soltó para dejarlo caer en la cama y dejarlo descansar; el más alto rodó un poco y quedó al lado del esclavo, se limpió la mano y después le dio un suave beso al de ojos azules en la frente.

-¿Cómo te sientes...?, ¿te duele algo?- estaba algo preocupado, y sin perder de vista al menor, estiró su brazo para buscar una pastilla que Allen tendría que tomar antes de que el cansancio pudiera más que él.

-Lo has hecho muy bien.- le comentó con una suave sonrisa, en caso de que el menor lo dudara.

Las embestidas parecían que no cesaban, aparte, se podría decir que… ¿Se sentía bien, le gustaba? Ni el mismo lo sabe solo que… Placer sentía, y el dolor había desvanecido así que diría que aquello empezó a ¿”disfrutarlo”?
Ante aquellas dudas sus gemidos y lágrimas seguían con lo suyo; los gemidos envolvían todo el cuarto mientras que las lágrimas se unían con las gotas de sudor, haciendo así una extraña mezcla.

Pero en cuando le escuchó ni si quiera podía hablar bien, cosa que no dijo nada, tan solo gemía y sentía aquellos besos por el cuello cual le causaba escalofríos por la espalda, a la vez que la mano que aun le seguía masturbando, si seguía así… Se volvería loco.
Aun así, algo sintió dentro de él, es más dejó escapar un gran gemido a la vez que escondía de nuevo su rostro entre sus brazos. –¡Ahhhh…!- Gimió con fuerza a la vez que se corrió de nuevo, manchando la mano del mayor.

Por lo visto el otro había terminado en su interior, se podría decir que ahora lo tenía en su interior…
En cuando el otro salió de dentro de él dejó escapar un pequeño gemido que se deslizó de sus labios, para después dejarse caer por completo, intentando recuperar el aliento entre jadeos, manteniendo sus parpados cerrados.

No tardó mucho en sentir un cálido beso sobre su frente haciendo que abriera sus parpados y mirando al mayor aun sonrojado por completo y húmedas por las lágrimas y sudor.
Ante la pregunta del otro parpadeó y negó con el rostro ante su segunda pregunta. –E-estoy… Bien…- Habló cansadamente, nunca pensó que aquello cansara tanto, y ahora que lo piensa… Su primera vez y con un… “Desconocido”, claro, acababa de conocer a Abel, no sabia muchas cosas de él…

Entrecerró sus parpados para después escuchar el halago de este, cual se sonrojó por completó y escondió su rostro entre las sabanas por la vergüenza. ¿Lo hizo bien? Pero si no hizo nada… Giró su rostro hacía el lado contrario que el mayor, mientras que su cuerpo seguía estirado y desnudo, claro, al poco rato empezó a coger frío así que quizá sería mejor vestirse o irse a duchar o… Poco a poco fue cerrando sus luceros, estaba cansado y el sueño le podía cosa que al final los cerró por completo quedándose medio dormido.

Después de que el menor le dijo que estaba bien Abel se relajó un poco pero aún así no olvidó las pastillas, tenía que dársela rápido porque no quería que Allen se durmiera sin haberla tomado; notó que el de cabello plateado cerraba los ojos y se acomodaba para descansar, aunque hacía frío, seguramente el cansancio podía más. Sacó una de las pastillas y movió un poco al más pequeño para que no se durmiera.

-Allen.- lo llamó suavemente mientras lo hacía levantarse muy a su pesar y le acercaba la pastilla.- antes de que te duermas tómate esto.- se la puso en la boca y después le alcanzó una botella de agua para que la pasara.- ya está.- después de dejar la botella en su lugar le dio un suave beso al esclavo y lo volvió a dejarse recostar en la cama, cogió las sábanas y se aseguró de que no tuviera frío.

Una vez Allen estuvo bien arropado, von Bremen se paró de la cama y se metió al baño, se aseó en pocos minutos t regresó a la cama al lado del menor, aún era temprano y no sabía a qué hora llegaría Alec, pero sería bueno descansar un poco para estar preparado para esa conversación. Se acercó el más bajo y empezó a acariciarle el cabello suavemente y a cuidarlo, no sabía nada de ese chico, pero lo había comprado porque algo en él le había llamado la atención y pensaba cuidarlo en adelante. Sentía aprecio por Allen, no era cariño ni amor aún...pero sí sentía algo.

La verdad es que aquello cansaba, e incluso empezó a sentir frío, cosa que se encogió sobre sí mismo, colocando sus manos en los ante brazos contrarios, mientras que mantenía su rostro escondido, haciendo que su propio cabello plateado le cubriera la mirada, pero sintió algo que le empezó a zarandear con suma suavidad, pero aun así no dejó de ser que le molestó cosa que gimió de la molestia para después encogerse un poco más.

Quería dormir un ratito… ¿Qué malo tenía eso? Pero al escuchar su nombre abrió un poco sus luceros, manteniéndolos entrecerrados y girando su cabeza hacia el inquilino que le llamaba, parpadeó y notó como algo lo ponía en su boca, al estar medio dormido no se enteró de lo que era, así que tan solo hizo caso al otro, se tragó la pastilla en cuando bebió el agua.
No tardó mucho en sentir un suave beso sobre sus labios, cosa que cerró sus parpados, aprovechando así para poder acomodarse y dormir en cuando el otro le arropó.

Después de aquello la luz se apagó, finalmente se había quedado completamente dormido, ya su alrededor no importaba… Tan solo dormía, ya cuando se despierte ya pensaría en lo que hacer más adelante, pero de momento un pequeño descanso no estaría mal…

CERRADO